𝐯. ego swinging ✔️

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The great war
chapter five !

❝ ego swinging ❞lo que el viento se llevó; pt2

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❝ ego swinging ❞
lo que el viento se llevó; pt2


El patio principal solo estaba iluminado por la luz azul de la luna llena. Los alumnos que antes vagaban por los pasillos a estas horas de la noche se encontraban escondidos en sus habitaciones.

A excepción de Gaia y Fae, que preferían pasar el rato fuera de su cuarto. Sin mentir, solo estaban ellas y cuatro parejas más de amigos. Aunque la mayoría estaba nerviosa por los guardias que las vigilaban de manera poco discreta.

Fae tenía un libro entre sus manos, pero no podía evitar notar la pierna de Gaia que se elevaba ligeramente, con nerviosismo.

La miró de reojo. —¿Estás bien? —dijo, viendo que su mirada estaba fija en un par de guardias al otro lado del salón—. ¿Gaia?

—Tantos guardias me ponen nerviosa. No me puedo concentrar— confesó sin desviar la mirada de esos guardias.

Recordando que una de las salas de estudio para hadas se encontraba próxima a ellas, Fae se puso de pie, llamando su atención.

—Entonces vámonos—, dijo, y Gaia la siguió.

Casi sin hacer ruido, caminaron rápidamente hasta cruzar una esquina en la que ya no había guardias. No era un delito caminar por la escuela, pero tampoco podían entrar a los salones; Rosalind les había quitado mucha privacidad este último mes.

Pero tampoco podía juzgar a Gaia; a Fae también le ponían nerviosos los guardias. Lo que antes era una alegre Alfea se había convertido en una prisión sin descanso, pues Rosalind quería que entrenaran y estudiaran duro. Apenas tenían tiempo para convivir con sus amigos.

Giró la perilla de la puerta lentamente para entrar en silencio. Solo pudo respirar profundamente cuando entraron y cerraron la puerta. Tiró su bolso junto a la entrada y se acercó a Gaia para ver cómo se encontraba.

—Oye, puedes hablar conmigo —recordó, a lo que ella asintió.

—No es nada, de verdad.

La miró fijamente, sin creérselo del todo, pero no pudo insistir.

—Por Dios —dijo una tercera voz al fondo de la habitación. Gaia y Fae giraron la cabeza al unísono, encontrándose con Terra.

—¿Terra?— la llamó Gaia, y parecía que ella tampoco se había percatado de su presencia. Quitó sus audífonos de los oídos haciendo una mueca.

—Amalgama de Eldwyn —dijo, llamando la atención de Gaia—. No es que Flora sepa algo del caso, pero la combinación que sugirió...

Fae supo de inmediato que estaba hablando de Devin, quien llevaba ya varios intentos para despertarlo inyectándole remedios naturales.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐫𝐞𝐚𝐭 𝐖𝐚𝐫 | 𝐑𝐢𝐯𝐞𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora