Quinto mes

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📍Argentina, 2021

Como cada 10 del mes una pequeña alarma exclusiva sonaba para marcar el inicio del día, por lo que el despertar me era menos complicado y la sonrisa imperecedera amanecía pegada a mi rostro. Nervios, ansiedad y alegría era lo que había en mí y por obvias razones este mes era especial. El quinto mes. Estire mi cuerpo holgazán y me deslicé hasta la ducha poniendo prisa en todo lo que hacía.

Apenas eran las 7:00 de la mañana y salí directo hacia la habitación de Olivia para esperarla a que saliera para poder irnos juntos hacia el consultorio donde el medico designado por Tapia se encontraba instalado. Agradecía el hecho de que el lugar parecía estar tranquilo, no se veía a simple vista que alguno de los chicos anduviera dando vueltas o estuvieran ya levantados, por lo que me relaje más y espere paciente a un costado de la puerta a que Olivia abriera su puerta, pero pasados los 10 minutos mi "paciencia" comenzaba a irse. Si, estaba demasiado nervioso y no lo podía ocultar. Decidido golpee su puerta y espere a que ella saliera

-Buen día- dije al sentir que abrió su puerta

-Buen día- respondió un tanto asombrada

El correlativo de palabra que tenía para decir se me había quedado atascado en alguna parte del cuerpo después de verla. Dios mío, que mujer. Esa mañana lucia más resplandeciente de lo normal, tenía un fulgor especial y la sonrisa que aderezaba en su rostro era el firme sol en pleno Mayo frio y oscuro del cielo argentino, simplemente estaba bonita y podía jurar que yo tenía la cara del bobo más grande del paneta.

-¿Pudiste dormir?- cuestiono ella llamando mi atención

-Eh si si- respondí -¿Vos?

-Sí, bien- comento saliendo y cerrando su puerta -¿Vamos?

-Vamos-

El camino hasta el consultorio resulto entretenido, volvía a sentir esa conexión inquebrantable entre Olivia y yo, provocando una descarga de alucinación en mí, después de tanto la volvía a escuchar hablar con fluidez y solazada. Había extrañado tanto sentir la rapidez con la que habla siempre como si no terminara de hilar una idea, en pocas palabras esta mujer seguía volviéndome loco, disparando mis emociones a cualquier lado.

Golpeamos la puerta del consultorio y esperamos a que nos atendieran

-Buen día- la figura de un hombre apareció tras la puerta

-Buen día- contestamos al unísono

-Bienvenidos, siéntense y en un momento empezamos- el lugar estaba perfectamente amoblado para desempeñar su trabajo, por lo que cada uno ocupo el lugar que le correspondía

-Bien, ¿Olivia, verdad?- ella asintió -¿Cómo te sentiste estos días? ¿Has notado alguna anomalía en vos?-

-Tranquila, uno que otro mareo como siempre, un poco más de apetito y cansancio- respondió ella

-¿Estuviste tomando las vitaminas como corresponde?- cuestiono

-Si- intervine

-Muy bien. ¿Están listos?- pregunto viéndonos a ambos que parecíamos emanar más nervios de lo normal –Les recuerdo que este es el quito mes, por lo tanto cabe la posibilidad que el pequeño se muestre y descubramos su sexo- comento

-Sí, estamos listos- respondió ella

Apenas inicio un vacío en el estómago se generalizo en mí, sintiendo victima de los nervios, que sabía que si no calmaba me iba a quedar extendido ahí y debía bajo cualquier cosa mostrarle serenidad a Olivia, quien se encontraba soltando pequeñas lagrimas desde que comenzó a mostrarse sobre la pantalla aquel pequeño y ¿Cómo no hacerlo?, este mes era el más importante y significativo para ambos y las emociones estaban a flor de piel

-Bastante inquieto este bebé- comento el medico mientras veía la pantalla -¿Qué les gustaría que fuera? ¿Niño o niña?- cuestiono

-Nos da lo mismo- respondí yo todavía concentrado en aquella imagen

El sonido de los latidos del bebé inundaba en todo el consultorio provocando un hilo de reacciones positivas

-¿Los nombre ya decidieron?-

-Sí, ya- respondimos ambos

-Si es niña...- siguió hablando

-Se llamara Ava- respondió Olivia, con completa seguridad

Sonreí al escuchar decir aquel nombre que yo mismo había propuesto aquella noche que decidimos los posibles nombres. Ese era mi nombre favorito.

-Y si es niño-

-Santiago- respondí rápidamente

-Uh avanzaron un montón-

Los nervios me carcomían la cabeza y podía sentir cierta tensión que me generaba la ansiedad de saber con urgencia ¿Tanto puede demorar? Pase mis manos sobre mi cabeza, exasperado, aguantado las ganas de pedirle de la manera menos atenta que se apure en decirnos que era

-Tenemos un pequeño bebe tímido- rio. Por favor, no le des tantas vueltas –Felicidades chicos, van a ser papás de un futuro arquero-

¿Es niño?

¿Es un niño?

Sí, es un niño.

Me contuve tanto los nervios que me cuesta reaccionar pero por dentro tengo ganas de gritar a viva voz ¡Es un niño! Gire mi vista, todavía en un estado de trance, hacia Olivia quien lloraba a mares, viéndome sin poder creerlo, o esperando una reacción de mi parte la cual no salía de ninguna manera de mí hasta que volví a mi realidad y reí soltando los nervios que había contenido minutos atrás, tomando su mano que se encontraba a un costado, atrayéndola hacia mi depositando una infinidad de besos, mientras que desprendía un par de lágrimas víctima de la felicidad que sentía en ese momento tan afable y único. Era tanta la exultación que tenía adentro que sentía explotar de tanta placidez, por lo que en el control de mis emociones perdí por un minuto los estribos y sin ningún rastro de lentitud tome el rostro de aquella mujer que me estaba haciendo el hombre más feliz del mundo y bese sus labios fugazmente, con un deseo permanente de no terminar nunca.

-Bien chicos, terminamos- comento interrumpiendo aquel silencio mezclado con nuestros sollozos de felicidad –Ahora te voy a dejar unas cuantas indicaciones Olivia, así seguimos progresando con normalidad, sobre todo por tu bienestar y el del bebé-

Después de un par de indicaciones y una serie de nuevos medicamentos que el medico suministro a Olivia, la sección finalizo con una nueva oleada de felicitaciones por parte del doctor, para después salir al pasillo despidiéndonos mutuamente.

Al salir no aguante la emoción que tenía y tome por sorpresa a Olivia abrazándola fuertemente contra mí, intentando compartir la emoción que sentía después de saber tal noticia, abrazo que ella respondió al instante conectándonos allí ambos volviendo a unirnos en sollozos interminables

-Gracias, gracias, gracias- repetía sin fin, aferrándome más a aquella mujer que tenía envuelta en mis brazos la cual lloraba con más insistencia por lo que me separe unos escaso centímetros para mirarla y secar sus lágrimas pero ella ya era un mar de lágrimas –Shh no llores más, amor-

-¿Y? ¿Nos dan la primicia ya?-

El grupito revoltoso de Otamendi, Papu y De Paul llegaron hasta donde estábamos nosotros, intrigados por saber que pasaba

-Es un niño- dijimos juntos






































































©annita_sca

Calamitoso Divorcio |Emiliano "Dibu" Martínez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora