📍Argentina, 2021
-¿Están listos?-
-Sí, ya vamos-
Tenía exactamente 13 días en Argentina, instalada cómodamente en el predio de AFA, completamente armonizada y cómodamente tranquila. Después de mi llamado a Tapia, le solicite de la manera más atenta que me dejara viajar al suelo argentino para ayudar a Daddy y Pablo, a modo de pretexto, el cual acepto muy contento mi propuesta y facilito de inmediato un vuelo disponible para que pudiera viajar. Al llegar al predio, sorprendí gratamente a mis dos amigos quienes se exasperaron al verme, abrazándome enérgicamente y cuestionando el por qué estaba allí, cuando claramente faltaban días para que fuera, razón la cual les explique detalladamente, obviando las verdadera razones.
Buscaba pensar muchas cosas pero a la vez obviarlas y donde encontraba un refugio de donde huir era en mi trabajo, muy a pesar de que no tenía mucho para hacer allí, me ofrecía voluntariamente para ayudar a Daddy a recortar tareas que el pobre tenia y así amortiguaba la tristeza que sentía. Me pasaba los días caminando por todo lo largo y ancho del predio, conociendo rincones que jamás había visto o cebando mates para Paya mientras entrenaba a sus jóvenes. Todo cuanto pudiera distraer mi mente y lo mejor de eso era que lo estaba logrando.
Una semana después de que me había instalado allí, la llegada de Scaloni indicaba que los días para comenzar con los entrenamientos por la Copa América estaban más cerca y eso significaba volver a ver a Emiliano.
Sorprendido por la presencia de la mitad de su plantel, nos invitó a almorzar juntos en el comedor del predio para así posterior contarnos algunas cuestiones un tanto desfavorables del grupo y más que nada de los jugadores, entre ellas la reciente lesión de Lisandro Martínez, quien llegaba con lo justo para los entrenamientos y a quien debíamos prestar minuciosa atención, y precisamente yo que era la encargada de los defensores y a quienes debía mantener bajo un control estricto, como así la preparación para los amistosos que darían inicio a todo el proceso de la Copa América.
Por obvias razones, la presencia de Scaloni significaba que los días de breves descansos habían terminado. Por día nos juntábamos dos veces a repasar los historiales médicos de los jugadores, las jugadas que Aimar y el armaban, debatiendo cuestiones que yo muy poco comprendía pero aun así prestaba suma atención, como así también los análisis de jugadas de los posibles rivales. La presión que sentía el hombre era irradiable, pero al mismo tiempo tenía una serenidad única que inspiraba confianza en todo el plantel.
Faltaban 2 días para que los jugadores llegaran y pudieran instalarse en el predio, cuando Scaloni nos volvió a reunir a todos para debatir la situación oficial de los jugadores lesionados y sobre todo de quien más preocupaba. Licha.
Repasábamos todos juntos la capacidad de cada jugador y sus estados físicos pero aun así no era mucho lo que Daddy y yo podíamos aportar, más que una simple suposición. Necesitábamos si o si revisarlos personalmente y brindar un informe seguro.
...
-¿Están listos?- pregunto Scaloni ingresando a la oficina de Aimar, donde nos encontrábamos el cordobés, Daddy y yo mateando tranquilamente
-Sí, ya vamos- respondimos al unísono
Efectivamente, los jugadores acaban de llegar y ya se habían instalado en sus respectivas habitaciones, preparándose para la primera reunión con su director técnico en la cancha, a la cual debíamos estar presentes todos. Nos levantamos los tres y salimos directo hacia la salida que llevaba directo a la cancha conversando naturalmente haciendo que mis nervios se opacaran un poco, aunque el solo hecho de saber que volvería a ver a Emiliano me socavaba por dentro.
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Calamitoso Divorcio |Emiliano "Dibu" Martínez|
Hayran Kurgu-Y ahora yo los declaro... Marido y mujer. Puede besar a la novia- Si, esa, la misma imagen de ese maravilloso día, es la que tengo ahora en un cuadro frente de mí mientras descansa la décima copa de vino sobre mi mano. El enorme ruido del silencio...