Calamitoso Divorcio |Emiliano "Dibu" Martínez|

Arrepentimiento tardío

📍Birmingham 2021

El comienzo de una nueva semana apareció en la ciudad londinense que parecía regalarles a todos los habitantes un clima anómalo, frio y gris. En silencio baje hasta la sala de la casa sin hacer ningún tipo de ruido para llamar la atención de Camila, quien ya se encontraba en la cocina preparando el café de la mañana, apenas noto mi presencia me regalo una sonrisa y no pronuncio nada más, como si hubiese adivinado mi humor, conteste su sonrisa con una mueca desvanecida y seguí guardando mis cosas en el bolso. Cargue mis cosas como siempre en el asiento trasero del auto y volví a dentro a buscar el café que Camila había preparado.

-Tómalo que está súper calentito- hablo ella casi en un susurro

Yo solo lo acepte y asentí, mientras le devolvía la mirada. Ella solo me miro y presiono sus labios, haciendo una mueca

Una vez listas, nos subimos al auto y emprendimos camino. El tráfico era muy tranquilo a esa hora y la imagen del paisaje era un tanto oscura, a lo lejos podías notar el gris opaco del cielo que estaba peripuesto de unas inmensas nubes brunas que posiblemente indicaban que la lluvia clásica de Londres estaba a punto de largarse, y no tarde ni medio segundo en suponer eso que algunas gotas comenzaron a hacerse presentes en el parabrisas del auto.

-¿Vas a decirles que tienes verdaderamente la audiencia de divorcio? ¿O vas inventar algo diferente? - cuestiono mi piloto compañera de viaje. No saque mi vista del camino ni un segundo desde que me había subido al auto, tenía la mirada perdida en cualquier lado. En cualquier lado era donde quería estar menos aquí, en el sitio donde cada paso que daba era recordar que mañana mi vida daría fin con la firma del divorcio.

No de nuevo. Podía sentir como los ojos se me habían inundado en cuestión de segundos, sabía que si los cerraba iba a largar la tristeza sin control de mí. Estaba tan cansada de llorar.

-Voy a hablar del divorcio- hable con dificultad mirando a mi amiga

...

Liverpool estaba revestido de una cortina de agua incesante, por lo que la entrada al club era una dificultad máxima, tome cierta rapidez al bajar del auto mientras metía mi cuerpo a las instalaciones.

La rutina desde la llegada hasta la entrada del consultorio y el proceso inicial se hizo presente pero esta vez con más pesadez que de costumbre, y es que tampoco mi voluntad para hacer algo diferente aquí era alentadora.

¿Y si es esta la misma sensación de monotonía que siento ahora, es la que sintió Emiliano todo este tiempo?

Tape mi rostro con mis manos en señal de frustración, envolviéndome otra vez en el llanto incesante y sollozando torpemente, no estaba consciente de donde sacaría las fuerzas para poder trabajar y concentrarme.

Después de unos minutos, tome un poquito de voluntad y fui a lavar mi rostro y distenderme un poco.

La lista de jugadores por chequear no era larga, apenas tenía unos 5 jugadores y con eso finalizaba mi jornada.

Los muchachos habían transcurrido al consultorio durante la mañana con un poco de tardanza debido a las inclemencias de tiempo, que aún continuaba lloviendo con fuerza. Pude entablar pequeñas conversaciones con los jugadores, quienes de vez en cuando largaban pequeños chistes, pero aunque intentaba poner todo de mí, podía jurar que mi semblante no era el mejor.

La hora del almuerzo había llegado y debía irme. Tome mis cosas y guarde todo en orden, cerré el consultorio con llave y di por finalizada mi labor, me dirigí hasta la recepción donde deje mi llave y le consulte a la recepcionista por Jürgen, el DT. Amablemente me digo que se encontraba todavía en su oficina y que estaba desocupado, agradecí amablemente y me dirigí hacia su oficina, al llegar allí golpee suavemente la puerta y espere su contestación que fue casi inmediata.