📍Birmingham 2021
La imagen de Olivia Andrade era aquella que a día de hoy no podía sacar de mi mente, por más esfuerzo que hiciera. Definitivamente esa mujer se había colado en mi corazón y hasta en la piel, pero tampoco estaba haciendo ningún esfuerzo por sacarla de mí y eso se notaba. Recurría al destrato y a la indiferencia para demostrarle a ella que mi interés por nuestro matrimonio estaba acabado, pero después de la noticia del embarazo mi estado emocional había empeorado y la incapacidad de seguir con aquella actitud sobre ella.
La necesidad de cuidarla y protegerla me estaban cegando el subconsciente y estaba tomando actitudes que no eran correctas, como la de hoy en Liverpool.
El día que conocí a aquella Olivia de 20 años, mi mundo se paralizo por completo, llevaba meses viéndola en aquel café céntrico de Birmingham, sola con un café por medio y rodeada de libros y hojas, su aspecto era totalmente armonioso, lucia ansiosa y tomaba con ligereza su café mientras no despegaba su mirada de un par de papeles. Hasta el día que por fin me anime a hablarle y ofrecerme como compañía. Allí había descubierto a una Argentina locamente enamorada de Londres y muy dedicada a su carrera, habíamos hablado por 4 horas de como su interés deportivo había despertado en una edad temprana llevándola a soñar con convertirse en la mejor Fisioterapeuta de Londres y quien a simple vista lo estaba logrando.
Olivia Andrade se había convertido en un gran apoyo para mi quien estaba más frustrado que nunca, actuando como muñeco de trapo del Arsenal, quien me tenía en idas y venidas como préstamo en clubes tan poco convencionales que solamente me tenían en la última fila de jugadores comiendo banco desde el día uno. Me sentía un boludo entre tantos. Ella por su parte se había convertido en mi fan número 1, la que asistía a cada partido de cada club donde iba a parar y jugara o no ella estaba ahí, Olivia era una compañera incondicional y yo agonizaba de amor cada que ella se mostraba fanatizada por mí.
Había pasado un año de casados cuando a Olivia le había llegado la sorpresiva propuesta del Liverpool para formar parte del cuerpo técnico que seguía a cargo de Klopp, sorpresiva propuesta que había decidido por si sola. La noticia no me tenía muy contento, y eran por muchas razones entre ellas que la pobre tenía que viajar todos los días 2 horas y media desde Birmingham hasta Liverpool, así ida y vuelta, por otro lado era la renovación del cuerpo técnico médico que estaba haciendo el club, entre ellos Frank Rohrbeck, quien era conocido por muchos como un "practicante" de Fisioterapia deportiva considerado un descuidado que dejaba equipos con jugadores lesionados y falsificaba firmas médicas. Había tratado de convencer por todos los medios a Olivia que dejara a un lado la propuesta de firmar contrato con Liverpool pero se negaba rotundamente, era a partir de ese momento que nuestras peleas habían comenzado.
Se adaptó a una forma de vida totalmente opuesta a la que ella llevaba, con decir que hasta su vestir había cambiado, conservaba su imagen sencilla pero el lucir era diferente, se sobre exigía de una manera desorbitante, obviamente Liverpool tenía un nivel muchísimo más avanzado que los demás equipos europeos y ella parecía cumplir con todas las exigencias. Era partir de ahí su devoción con el club, y donde yo comenzaba a quedar en un segundo plano.
Ante la novedad que había lanzado hace un momento atrás, sobre la citación desde la Argentina y la oportunidad más grande que Tapia le estaba otorgando, no podía sentir más que orgullo y felicidad por ella, lo había logrado, ambos habíamos logrado el sueño más grande de todos. Y yo por fin podía contarle la primicia ella, sin que estuviera al tanto. Al menos me dejaba tranquilo que por más de 45 días podía compartir un ambiente con ella y así permanecer al pendiente de su embarazo y que no se sintiera sola, sobre su tristeza yo me sentía un poco feliz de todo y aunque sonara raro podría tener al amor de mi vida cerca mío, cumpliendo mi sueño y cuidando de nuestro hijo que venía en camino.
Al llegar a la casa después del viaje, su rostro todavía lucia demacrado y tenía los ojos rojos, bajo con pesadez de la camioneta y se dirigió hacia la puerta principal, mientras yo la seguía con sus cosas por detrás. Al instante Camila abrió la puerta encontrándose con una Olivia totalmente asolada, refugiándose en sus brazos mientras se echaba a llorar de nuevo, la cara de odio de Camila se regentó hacia mí de inmediato
-¿Qué paso Oli?- dijo la rubia mientras abrazaba a su amiga
-Me despidieron-
Camila volvió su mirada hacia ahora con preocupación.
Estaba aguantando las ganas profundas de volver a Liverpool y romperle la cara a Frank. Sabía que si lo hacía me perjudicaba y también a Olivia, y al fin al cabo la que importaba ahora era ella. Me partía el alma verla así pero ante nuestra situación no podía hacer más de lo que estaba haciendo, bajo ningún concepto quería confundirla, pero tampoco sabía si a ella le importaba o no mi compañía, pero aun así sentía la necesidad de dejarle el espacio libre para que se sintiera cómoda. Camila la había acompañado hasta la que solía ser nuestra habitación y la dejo allí para que pudiera darse un baño y pudiera descansar al menos un rato. Cero calmantes, cero tranquilizantes, Olivia no podía ni siquiera auto medicarse y la preocupación más grande era el bebé.
-¿Te quedas aquí?- pregunto Camila mientras bajaba de las escaleras
-Eh, no- respondí indeciso –ya me voy-
-Bien-
-Si necesitan algo...-
-No te preocupes, yo me ocupo de ella- digo ella interrumpiéndome
Camila tenía una manía única y lo había desarrollado a partir del divorcio entre Olivia y yo, parecía que actuaba en mi contra como un mecanismo de defensa y eso me irritaba. Se había convertido en la guardaespaldas más terca y tirana de Olivia y más con la novedad del embarazo
-Ya conoces la salida- mencionó Camila irónicamente
-Sí, gracias- respondí girándome hacia la puerta
Iba de camino hacia la camioneta cuando mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo
Llamada entrante de Coutinho
-Coutinho- dije
-Emi, ¿estas ocupado?- pregunto del otro lado
-No, estoy volviendo al departamento, ¿por?
-Necesito presentarte a alguien. ¿Te parece si nos encontramos en el bar donde fuimos la vez pasada?-
Extrañado por su propuesta me quede en silencio pensado en que responder. ¿A quién iba a presentarme? O más bien ¿para qué?
-En media hora estoy por ahí-
©annita_sca
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Calamitoso Divorcio |Emiliano "Dibu" Martínez|
Fiksi Penggemar-Y ahora yo los declaro... Marido y mujer. Puede besar a la novia- Si, esa, la misma imagen de ese maravilloso día, es la que tengo ahora en un cuadro frente de mí mientras descansa la décima copa de vino sobre mi mano. El enorme ruido del silencio...