Calamitoso Divorcio |Emiliano "Dibu" Martínez|

Días sin Olivia

📍Argentina, 2021

-Damián-

-Mamá-

No. No me gustaba la formaba en la que me miraba, sabía que una catarata de reproches se venían después de escuchar que me llamara por mi primer nombre. Necesitaba desahogarme, las últimas sesiones de terapias con Martin me habían funcionado de diez, pero todavía sentía la necesidad de comentarle a alguien más como me sentía y mi única opción era mi madre. Grave error. Sabía que si se lo contaba, tenía que detallar paso por paso que había hecho y como había sido mi comportamiento. La última situación con Olivia se había salido de control y yo sentía más culpa que antes por haberla tratado así, al final de cuentas había actuado impulsivamente y me había dejado llevar por la situación del momento. Si, estaba molesto con ella, pero aun así me costó entender. Las terapias con el psicólogo eran diarias, por lo que el mejoramiento de mis actitudes eran más pasivos y medidos, allí aprendí un poco más de la concentración, el manejo de las emociones impulsivas, la meditación y un sinfín de técnicas que aplicaba en cualquier momento del día.

-Sabes que estuviste muy mal ¿no?- reprocho del otro lado mientras me seguía viendo muy seria

-Ya sé, pero entendeme...-

-No, es que no hay que entenderte nada Damián, le gritaste a una mujer embarazada que horas antes sufrió un desmayo por una crisis de nervios ocasionada por algo o alguien- reprocho al instante con un tono elevado –pudiste haberle generado otra crisis, las mujeres embarazadas son muy sensibles y ante cualquier situación caótica se quiebran-

Asentí, sin reprocharle más nada, al final ella tenía razón y yo no podía discutir lo contrario

-Imagino que ya le pediste disculpas- volvió a hablar, yo no omití palabra alguna y guiaba mi vista hacia otro lado -¿Damián?-

-¿Puedes dejar de llamarme así?- dije ya agotado de que me llamara así

-No lo hiciste- repitió ella

-Es complicado, pero voy a hablar con ella cuando tenga oportunidad- no había un porcentaje exacto que me diera la seguridad de que podía hablar con Olivia, aun así sabía que tenía que hacerlo

-Cuando tengas oportunidad, si claro- dijo irónicamente –trabajan en el mismo lugar, se ven todos los días, respiras su mismo aire y me dices que cuando tengas oportunidad vas a hablar con ella, por favor Damián, ya no tienes 20 años, estamos hablando de la madre de tu hijo, la mujer que estuvo a tu lado 8 años y que disimuladamente sigue estando. La oportunidad se la genera uno, y eso lo sabes. Habla con Oli, ella te va a comprender-

-No creo que me comprenda, está muy enojada- repetí

-Habla con ella, de verdad, con una mano en el corazón- hablo con más calma –estas muerto de amor, hijo. No puedes mentirme a mí, Olivia sigue siendo el amor de tu vida- no, no podía mentir ¿tanto se me nota? –hablen directamente, con la verdad, yo sé por qué lo digo-

...

Los días habían pasado muy rápido tanto así que en un suspiro ya nos encontrábamos en Junio, por lo que el inicio de Copa América estaba a escasos días de comenzar. La presión para mí era fatal, por lo que intensifique las terapias y me concentre exclusivamente en los días de entrenamiento que nos quedaban. Esta nueva etapa era fundamental, y como siempre me había propuesto una cantidad severa de metas, lo que hacía que mi rendimiento en todo sea bueno. Lo que yo quería, se hacía. O por lo menos en la cancha.