Sin cavilaciones

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📍Barranquilla, Colombia, 2021

Minutos previos al partido

-¿Cuánto apostamos?-

-¿Qué?-

-Sí, ¿Cuánto apostamos?- volvió a repetir Daddy

-No entiendo, ¿quieres apostar por este partido?- repregunte riéndome levemente

El túnel estaba cargado de ambas selecciones, quienes esperaban para salir directo a la cancha

-No solo por la selección, apuesto por el arquero- menciono inflando su pecho –Hoy Dibu ataja 4 oportunidades de gol y bien riesgosas-

-No, 2 oportunidades de gol, y por arriba- retruque yo analizando a simple vista a la selección Colombiana

-Trato-respondió Daddy al instante ofreciéndome su mano, la que correspondí al instante sellando el trato –si vos ganas te libras de los vendajes de los defensores en el próximo partido-

-Sii, gracias- proclame victoriosa, provocando la risa de Daddy

-Pero, si yo gano- su mirada de picardía se concentró allí –te encargas de las terapias de Martínez-

-Martínez- hice una pausa, pensativa –Lisandro, Lautaro ¿Quién?- dije haciéndome la boluda

-No señorita- dijo negando –Emiliano Martínez- rodee los ojos al escuchar su nombre

-No se vale, Daddy- reproche frustrada –igual no vas a ganar, a lo sumo 1 o 2 atajadas son seguras- dije con cierta seguridad



-Un médico-

Miraba a todos lados, incapaz de escuchar otras voces, solo el ruido de mi respiración agitado y el latir desenfrenado de mi corazón, veía como Scaloni gritaba a los árbitros, Daddy pidiendo que lo dejaran ingresar a la cancha, el banco suplente agarrándose de la cabeza y yo parada en una nube de algodón sintiéndome inútil. A lo lejos veía a un Emiliano tirado en el suelo, tomando su cabeza entre las manos, moviéndose levemente hasta que en un momento los movimientos suprimieron y un médico ingreso a la cancha, seguido de los camilleros. No, esto estaba mal, lo podía intuir.

-Daddy, Olivia- grito exasperado Scaloni –vayan con Martínez, chequeen bien y no se separen de el- repitió

Acto seguido ambos salimos directo hacia el sector de guardia donde nos indicaron que podía estar Emiliano. Desde donde estábamos no podíamos ver absolutamente nada pero su salida en camilla nos preocupaba bastante y yo no podía disimular el malestar que sentía, intentaba calmarme pero el no encontrar la sala de urgencias en el estadio me ponía los nervios de punta

-Aquí Olivia- hablo Daddy apurado –Por favor necesitamos ingresar-

-No, no pueden ingresar, deben esperar aquí- menciono uno de los médicos

-Necesitamos saber cómo esta- dije histérica al ver la actitud de los médicos

-Somos sus kinesiólogos, tenemos que entrar- dijo Daddy

-Lo siento mucho, no pueden ingresar- repitió –les pido que se retiren- menciono despectivo, empujándonos

-No, no nos vamos de aquí, déjenme pasar, soy su kinesióloga, necesito ver a mi paciente- me planté ante el medico

Calamitoso Divorcio |Emiliano "Dibu" Martínez|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora