18. Declaración de guerra.

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31 de mayo, 2223/01 de junio, 2223.

Mi atención está solamente dirigida a los soldados que el General Sánchez nos ha prometido que son los mejores del ejército de Lennox y Salvatore. Son soldados que han estado en el ejército durante toda su vida. Son buenos, pero no los mejores. Soy una reina exigente y parecen darse cuenta por la manera en la que los miro y por la manera en la que puedo sentir el miedo que brota de ellos cuando avanzo en su dirección, miedo que solo aumenta cuando Edward se posiciona a mi lado y avanza junto a mi para posicionarnos en frente de las filas ante la vista de todos.

- Son buenos, pero están lejos de ser los mejores - Les dice Edward con simpleza, pero honestidad - Y yo necesito lo mejor, de otra forma son solo basura.

Recorro todo el lugar con la mirada y observo como Emma se acerca también con su traje de combate idéntico al mío. Nuestra mejor soldado. Ella es la expectativa, y les será difícil superarla.

No hemos declarado la guerra públicamente, porque una vez que lo hagamos no habrá vuelta atrás, por lo tanto, necesitamos el mejor ejercito que se haya visto en la historia.

- ¡Los reyes son la más grande fortaleza y representación de la milicia! - Les informa Emma con dureza sin dejar de avanzar hacia mi - ¡Quien sea capaz de derrotarlos será el mejor!

Y sin nada más que decir me ataca con fuerza tirándome al piso, aunque no le dura mucho el gusto porque yo respondo de la misma manera comenzando una batalla sin consideración por la otra.

Me agacho cuando trata de golpearme en la cara y la miro indignada - ¡En la cara no!

Me mira rodando los ojos y por supuesto que lo primero que hace es darme un puñetazo que deja mi mejilla ardiendo permitiéndome saborear mi propia sangre.

Está bien, esto es la maldita guerra.

Seguimos peleando sin perder el toque de elegancia, gracia y equilibrio de la milicia Salvatorer y Lennoxe.

Se que me vencerá, es la única capaz de hacerlo, así que no me resisto mucho más y permito que dé el último golpe demostrándole a los soldados que efectivamente es posible ser los mejores.

- ¡Ahora demuéstrenme que tienen huevos y ovarios para hacer lo que yo he hecho! - Los provoca alejándose mientras yo la sigo y permito que Edward tome el control y sea el siguiente en pelear.

No intervinó en ningún momento, y no puedo negar lo mucho que eso me gusta. No me mantiene encerrada en una cajita de cristal sin permitirme ensuciarme las manos o sangrar un poco. Confía en mí y en mi capacidad.

Cinco de treinta logran vencer a Edward. Cuatro de veinte logran vencerme a mí. Es así como encontramos a los capitanes de cada grupo, que serán nueve en total con más de mil soldados en cada uno, quienes serán líderes de alrededor quinientos subgrupos de más de diez mil soldados en cada uno. Esto sin contar a los veteranos de altos rangos: Generales, coroneles y tenientes.

Es así como tendremos a más de cinco millones soldados a nuestra disposición, solo de Salvatore y Lennox. Aún faltan los ejércitos de los aliados.

- ¡La traición se paga con muerte! - Le recuerdo a todos - ¡Todo aquel que sea atrapado traicionando a la corona Salvatorer o a cualquier otra nación aliada será ejecutado inmediatamente! ¿¡Quedó claro!?

- Si majestad - Me dicen todo en unísono haciéndome un saludo militar para luego hacerme una reverencia.

- ¡Mañana el juego comenzara y si no quieren morir más les vale estar preparados! - Les advierte Edward.

Mañana declararemos la guerra.

Mañana, primero de junio de 2223, la cuarta guerra mundial dará inicio y para ser honesta estoy aterrada.

Imperio [Poder #2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora