Prólogo

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Un año después.

Las manos me tiemblan, pero no flaqueo en ningún momento. Las lágrimas corren libres por mi rostro y hacen los moretones en mis pómulos arder.

A través de la ventana puedo ver la lluvia caer sin control alguno. La tormenta es preocupante, no se había visto una así en años.

Mi cuerpo entero duele por la tortura que he pasado, pero aun así estoy de pie aquí, en la sala de trono, tomando con firmeza la pistola tratando de parecer calmada cuando en realidad estoy a nada de tener un ataque de pánico.

Él cae rendido ante mis pies, está lleno de sangre, sus ojos están hinchados y sus mejillas mojadas por el llanto.

Ya no puedo decir que mi corazón está roto, porque dudo mucho que aun tenga uno después de toda la mierda que he pasado durante todo este maldito año.

La vida me jodió, lo hizo, lo consiguió. Pero no aceptaré mi muerte ni mi derrota sin antes arrástralos a todos conmigo al infierno, porque si yo voy a arder, todos arderán conmigo y me regocijare en sus lamentos como me lo merezco.

Sus ojos color miel se dirigen a mis ojos azules. Su mirada me suplica, y quiero dar un paso atrás pero no puedo.

Tengo que hacerlo. No para tener paz, ya me resigné a que eso nunca ocurrirá, pero para al menos saber que vengué su muerte.

Me arrebató a mi hermano y lo mínimo que el hijo de puta se merece es morir.

- Ruégame - Le ordeno sin bajar el arma.

Niega con la cabeza - No quieres hacer esto - Su voz es débil, muy débil.

- ¡Dije que me ruegues!

- ¿De qué serviría si vas a matarme de todas formas? - Pregunta aun arrodillado ante mis pies.

- Porque quiero tener la satisfacción de escucharte suplicar por tu vida, y aun así asesinarte como la porquería que eres.

Sus ojos me miran dolidos, llora ante mis pies y me suplica con la mirada.

- No puedes hacer esto - Me susurra mientras yo tomo la pistola con mayor firmeza, pistola que está llena de balas hechas de Theramus.

- Claro que puedo y claro que lo haré.

- ¿De verdad lo harás Rose? - Me pregunta casi con burla, pero aun así agotado sin intentar evitarlo - ¿Asesinarás al padre de tus hijos...?

- ¡NO TE ATREVAS A METERLOS A ELLOS EN ESTO, EDWARD! - Le grito alejándome un poco sintiendo como si sus palabras me hubieran empujado.

Me mira derrotado, sonriendo con ironía - Supongo que tenía razón cuando te dije que solo la muerte o tú podrían separarnos.

Asiento - Y fue por ambas. Seré yo misma quien te entregue a la muerte y lo disfrutare como no tienes una maldita idea.

No hace nada, no trata de moverse, de defenderse o de escapar - Te amo Rose y amo las preciosas vidas que creamos juntos... - Niego con la cabeza con lágrimas inundando mis mejillas. Quiero que pare, pero claramente continúa - Quiero que les digas que su padre los amo hasta el último día de su vida.

- Tú no sabes lo que es amar, Edward.

- No me vengas con esa estupidez cuando sabes todo lo que he hecho por ti.

- ¡¿Asesinar a mi hermano?!, ¡¿Crear complots y planes para destruirme?!, ¡¿Hacerme creer que estaba volviéndome loca?!, ¡¿Hacerme creer que estaba siendo paranoica?! ¡¿Aprovecharte de mí estado mental para manipularme a tu antojo?! ¡Si esta es tu puta forma de amar, no la quiero y mis hijos tampoco!

- ¡No es así como pasaron las cosas! - Me grita desesperado - ¡Déjame explicarte!

- ¡Nada de lo que tengas que decirme justificara que le arrebataras la vida a mi amado hermano! ¡Charles era el más inocente de todos nosotros, era el menos culpable! ¡Era el único que nunca se comportó de forma egoísta y se preocupó por el bienestar de todos! ¡Y TU ME LO QUITASTE!

Sacude la cabeza negando - Yo no lo hice - Me susurra.

- ¿Ah, no? - Le pregunto bajando el arma un momento comenzando a caminar un poco por el lugar - Vi el video, el vídeo en el que tienes una conversación con tu padre sobre tus planes para destruirme, porque incluso en eso me mentiste. Dime Edward ¿Acaso tus planes no eran dejarme embarazada para que los herederos tuvieran sangre real? ¿Acaso no fue eso lo que le dijiste a tu padre?

- Rose...

Lo interrumpo - "Salvatore necesita herederos y estos no pueden ser bastardos, así que la asesinare una vez que me dé por lo menos un hijo" ¿Te suena eso, Edward?

- Eso fue antes, carajo, tienes que escucharme - Me pide desesperado.

- Lo lograste - Le digo ignorando su petición - Me dejaste embarazada y ahora tenemos dos hijos, pero tus planes casi perfectos tendrán un resultado distinto, porque supondrán tu muerte, no la mía.

- No tienes idea de lo que dices - Me susurra, sin embargo, alza la voz después de unos segundos - ¡No tienes idea de lo que estás diciendo y vas a arrepentirte cuando te des cuenta de la verdad!

- ¡Ya me di cuenta! ¡Siempre has sido tú! ¡Tú hiciste todo esto!

- Si tan solo dejaras que te explicara cómo ocurrieron las cosas, Rose. El verdadero enemigo es y siempre ha sido....

- ¡CALLATE! - Le grito soltándole una bofetada tan fuerte que resuena por toda la habitación - ¡DEJA DE TRATAR DE JUSTIFICARTE! ¡YA NO PUEDES ENGAÑARME, HIJO DE PUTA!

- ¡LAS COSAS NO SON COMO TU CREES!

Vuelvo a apuntarle con el arma - Tu no me dirás como son las cosas. No después de la forma tan vil en la que me has mentido y manipulado. Ya no más, Edward, ya no más.

Trata de hablar otra vez, pero sabe que es inútil - No dejes que les pase nada - Me pide - Ethan y Lana no merecen esto.

- Créeme que su madre sabrá cuidarlos mejor que el puto traidor de su padre.

- Jamás les haría daño, no a ellos.

- No te creo y no voy a tomar ningún riesgo. Al fin y al cabo, llevan sangre Lennoxe, y ya has demostrado muy bien lo mucho que nos desprecias.

Lágrimas siguen corriendo por sus mejillas, pero al final simplemente baja la cabeza. Está lleno de sangre, golpeado, destrozado por completo - Te amo, Rose - Susurra al final.

- Y yo te odio como a nadie, Edward Salvatore.

Es así como jalo el gatillo acabando con todo. Terminando con su supremacía y dándole inicio a mi imperio. 

Imperio [Poder #2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora