22. El infierno de Rose Salvatore.

195 32 15
                                    

Mi corazón está tan acelerado que temo que se me pueda salir. El cuerpo entero me duele tanto que no puedo moverme. No puedo verme a mí misma, pero estoy segura de que mi rostro esta hinchado por las lágrimas y con moretones debido a los golpes que Alan me ha dado.

No sé qué hora es, ni siquiera sé si es de día o de noche, o si ya han pasado días, solo sé que hay un caos afuera porque siguen sin encontrar a Valery.

Puedo sentir mi feminidad húmeda, y sé que no es el tipo de humedad que debería de sentir o que es correcto sentir. Sé que es sangre. Sangre que es producto de la agresividad con la que Alan me penetro. Sangre debido a que mi intimidad no estaba preparada para recibir su miembro. Sangre que me temo es por un desgarre en mis paredes vaginales.

Intento hacer algo, lo que sea, pero me duele. Me duele absolutamente todo. Así que solo dejo que las lágrimas salgan y que la celda se inunde con mis sollozos.

Prefiero morir. Mil veces prefiero morir a tener que soportar esto.

Pero entonces recuerdo que ahora tengo dos pequeñas vidas por las cuales luchar. Mis hijos son mi fortaleza en este momento.

Mis salvadores.

Así que a pesar del dolor intento lo que puedo para ponerme de pie, pero mi cuerpo esta tan débil y lastimado que me es imposible.

La celda se abre y por un momento, por un maldito momento me ilusiono al pensar que es Edward, pero toda ilusión desaparece cuando Iván entra.

- Ten - Musita en cuanto entra arrojándome un pedazo de pan - Alan dijo que la segunda vez que vino pusiste mucha resistencia, así que no te mereces más.

- Vete a la mierda - Susurro negándome a tomar el pan aun cuando no he comido absolutamente nada desde hace horas y mi cuerpo lo necesita. Pero no le daré esa satisfacción.

Él no parece estar de humor, así que toma el pan él mismo y se acerca a mí. Jala mi cabello y me obliga a abrir la boca cuando me deja inmóvil - Trágatelo - Me ordena - Tienes una visita importante hoy y no quiero que te desmayes.

- Gracias por decírmelo, así puedo desmayarme más rápido - Sigo desafiándolo.

Tal y como lo esperaba me abofetea tan fuerte que puedo sentir la sangre en el interior de mi boca. Mi cuerpo ya de por si adolorido, arde con el golpe.

- ¡Trágatelo! - Y sin esperar ni un solo segundo mete el pan a mi boca hasta casi ahogarme obligándome a morderlo y masticarlo - Hoy conocerás a Nikolái Domanov y más te vale hacer lo que él diga y quiera o de otra forma habrá consecuencias, Rosie - Usa el apodo que mi hermano me puso con burla.

- ¿Por qué no me matas de una vez?

Me suelta cuando logra su objetivo. El pan sabe horrible, esta tieso e incluso tiene partes podridas. Es un asco total. Tanto que siento que podría vomitar en cualquier momento.

- Porque eso es muy fácil, y tú eres un arma demasiado poderosa como para dejarte ir tan rápido.

Quiero pelear, luchar un poco más, pero simplemente no tengo las fuerzas para seguir adelante. Los pechos están matándome, están tan hinchados que podrían explotar en cualquier momento.

- Solo te pediré algo - Hablo finalmente luego de unos minutos en los que Iván me observa como si fuera una exhibición de circo - ¿Puedes, por favor, traer unos extractores de leche? - Odio tener que pedirle esto, pero siento que el dolor en los pechos va a matarme.

- Déjame pensarlo - Susurra serio como si de verdad estuviera considerándolo - No - Me lo niega con una sonrisa - Arréglatelas como puedas.

- Iván, por favor - Me siento humillada, pero carajo, siento que no lo soportaré.

Imperio [Poder #2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora