5. El blanco reflejo invernal de un alma sanando.

444 38 16
                                    

23 de diciembre, 2222

- ¿El rey William? - Me pregunta por milésima vez todavía confundido.

- Si Edward, el rey William - Reitero después de soltar un profundo suspiro.

- ¿Por qué querrías invitar a William a pasar la navidad aquí? - Inquiere con el ceño fruncido.

Tomo otra carpeta de documentos dejando la anterior en la pila de los que ya están revisados - Porque somos aliados y nunca hemos convivido con él.

- Tenemos demasiados aliados, bonita, me gustaría saber porque quieres convivir únicamente con él.

- Porque es nuestro aliado más grande, y es probable que comencemos una guerra por todo esto. Necesitamos protección. Además, como reina quiero fortalecer las alianzas. Quiero involucrarme al 100% en los asuntos tanto nacionales como internacionales de Salvatore. No encuentro una mejor manera de hacerlo que uniéndonos en confianza y compartir una festividad tan importante como navidad.

- En estos momentos te estas involucrando - Me dice señalando el desastre de papeles que tenemos por toda la oficina.

Pongo los ojos en blanco, y tomo otra cucharada de la Nutella que tengo frente a mi - Sabes lo que trato de decir, no creo que estaría de más el forjar un lazo más grande con otras personas poderosas.

- Nosotros somos las personas más poderosas.

- Edward sabes a los que me refiero - Vuelvo a quejarme mirándolo mal.

Deja salir un profundo suspiro y aleja los papeles que estaba revisando.

Cada semana hacemos esto, revisar los ingresos de las importaciones y exportaciones, y propuestas para aumentar de manera positiva la economía de la nación.

La habitación esta iluminada por la luz artificial de los candelabros y el árbol de navidad que los empleados pusieron. Antes adoraba decorar el castillo junto a Charlie, pero ahora la maldita navidad se siente como la peor fecha del mundo y una presión en mi pecho se hace presente cada vez de que recuerdo que la festividad está más cerca con cada segundo que pasa.

Extraño tanto a mi hermanito.

Alejo su recuerdo de mi mente de inmediato. He tratado de mantenerme tan ocupada como puedo para no pensar en él, pero si soy honesta, mis salvadores son los únicos que me mantienen cuerda.

Hasta el momento no he sido capaz de ver la nieve. Por órdenes mías las cortinas del palacio se mantienen cerradas y nadie tiene el permiso de abrirlas, aunque sea un poco.

Es estricto lo sé, pero no me interesa, estoy protegiendo mi estabilidad emocional lo más que puedo.

- Si vuelves a terapia tal vez lo piense - La voz de Edward me trae de vuelta a la vida.

Vuelvo a rodar los ojos - La terapia no sirve para nada.

Suspira por milésima vez desde que iniciamos esta conversación - Aphrodite, necesitas abrirte un poco más, ¿de verdad crees que no escucho como lloras cada noche hasta quedarte dormida? Cariño, eso no es vida.

Me molesta, me molesta en demasía que juzgue mi duelo de esta forma - ¡Que tu seas un insensible de mierda que fue capaz de matar a sus propios padres por sus maldito intereses no significa que yo sea igual! ¡Amaba a Charlie!

Cierra los ojos un momento como si estuviera tratando de no explotar - Sé que amabas a Charlie, Aphrodite, créeme que lo sé, pero....

- Rose - Lo corrijo en un susurro - Ya no quiero que me llames Aphrodite ni que utilices tus malditos apodos estúpidos, solamente llámame Rose, no es tan difícil de hacer.

Imperio [Poder #2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora