38. Reescribir la historia.

167 25 2
                                    

El corazón me está latiendo con tanta fuerza e intensidad que por un momento me temo que vaya a sufrir de un paro cardíaco, pero la verdad aquí es que para este punto ya estoy acostumbrada, este es el efecto que Edward siempre ha tenido en mi. El efecto que siempre tendrá en mi.

Sus labios se sienten como el más sagrado de los oasis, después de meses en el desierto más caluroso. Y cuando me devuelve el beso, cuando su boca ataca la mía con fuerza e intensidad, puedo jurar que ni siquiera el mismísimo Olimpo es tan glorioso como él.

Su mano izquierda rodea mi cintura con facilidad y su mano derecha me toma del cuello para hacer que el beso sea más profundo, y por primera vez en meses, estoy disfrutando del contacto físico.

Por primera vez en meses mi corazon esta latiendo de manera positiva.

Por primera vez en meses la piel se me eriza con emoción y excitación.

Por primera vez en meses siento esa deliciosa humedad entre mis piernas que amenaza con hacerme perder el control por completo y pedirle que me haga suya aquí y ahora.

Sin embargo, cuando nos separamos por falta de aire, lo que sale de mi boca es un:

- Perdoname. Perdóname por haberte hablado así. Perdóname por tratarte como si tu fueras el culpable de todo, cuando la realidad aquí es que si no fuera por ti yo no estaría viva en este momento. Perdoname por siempre tratarte como el problema cuando lo único que has sido desde el primer día es la solución.

Sacude la cabeza negando - Está bien.

- No, no está bien. Nunca ha estado bien y nunca estará bien. Fuiste un esposo magnífico y eres el mejor padre del mundo, Edward. Por algo Ethan y Lana te adoran tanto. Por algo sus ojitos se iluminan de inmediato cuando te ven. Por algo te siguen a todas partes. Eres la adoración de ambos porque eres un padre excelente. Eres el padre que todo niño y niña merece. Lo eres todo, Edward. Siempre lo has sido todo.

Me mira durante unos segundos, probablemente inseguro sobre qué hacer o qué decir. Inseguro sobre lo que es correcto e incorrecto. Y yo no se que está pasando conmigo esta noche, pero para ser completamente honesta me encantaría que se decidiera por lo que es incorrecto, me tome en sus brazos y me haga suya. Es todo lo que pido, lo que quiero y lo que necesito.

Pero no lo hace. En su lugar solo toma mi mano, y me acerca a él, lento, sin perder el contacto visual, y rodea mi cintura. Al principio no entiendo lo que quiere hacer, pero entonces, a la distancia escucho la melodía de la canción Cinnamon Girl de Lana del Rey.

Esa mujer siempre será nuestra bella casualidad.

- Tenemos que hablar de muchas cosas - Me dice moviéndose al son de la canción, guiando nuestros pasos - Aún nos falta mucho para ser civilizados con el otro nuevamente. Nos falta mucho para conversar,, mirándonos a los ojos sin que todos los recuerdos regresen y alteren el momento. Nos falta mucho para mirarnos sin sentir todo por el otro. Pero por el momento, lo único que quiero es bailar.

- Tal vez deberíamos empezar otra vez - Sugiero perdiéndome en sus ojos miel - Siento que estamos en la misma posición que aquel día en el que bailamos en nuestra cena de compromiso. Siento que hemos vuelto a ser desconocidos. Solo que eres un extraño al que reconozco hasta en la más oscura de las habitaciones.

- ¿Reescribir nuestra historia?, ¿Es eso lo que quieres hacer?

- Tal vez - Le respondo con honestidad.

El asiente - Pero ahora lo haremos bien.

Asiento - Lo haremos increíble.

Él sonríe, y jamás seré capaz de encontrar las palabras para describir lo que esa sonrisa me hace sentir - Empezamos esta conversación contigo insultándome, y acabamos haciendo un acuerdo para comenzar otra vez, magnífico, ¿cierto?

Imperio [Poder #2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora