Epilogo: El Legado.

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16 de mayo, 2241

El sol brilla con intensidad, traspasa las gruesas cortinas que adornan las ventanas del palacio de Washington en Salvatore. Todos los empleados del palacio corren apresurados encargándose de que todo sea perfecto. Doncellas, mayordomos, catadores, floristas se mueven con rapidez por todos los pasillos como una avalancha de nieve en la más alta y fría de las montañas.

El lugar entero es un verdadero caos, aunque no es para nada sorprendente considerando que se trata de los preparativos para el cumpleaños número dieciocho de sus altezas reales, los mellizos Salvatore Lennox.

Hoy harán su primera aparición oficial pública, ya que durante dieciocho años han sido cuidados y su identidad ha sido bien protegida por órdenes de sus padres.

Son las 8:00 a.m. y como es costumbre la princesa Lana sale de su alcoba. Lleva un moño que adorna su cabello carmesí, un bonito vestido rosa con bordados de flores recorriéndolo y un listón rojo en la cintura. De alguna forma la princesa ha logrado que el rojo y el rosa combinen de manera perfecta.

- Buenos días, Ronald - Saluda con felicidad a uno de los mayordomos, porque si, la princesa sabe el nombre de absolutamente todas las personas que trabajan en el palacio. Impresionante que alguien pueda memorizar tantos nombres.

- Buenos días, alteza. Feliz cumpleaños - Él responde y ella le ofrece una de sus sonrisas que tanto alegran los días de todos.

- Gracias, Ronald.

La princesa camina con tranquilidad, apreciando los cuadros como si no los hubiera visto nunca a pesar de que los ve todos los días desde que tiene memoria.

Baja las escaleras con gracia y elegancia, como le enseñaron desde que era niña y sale a uno de los jardines, en donde se encuentra un gran comedor. Sus padres, la emperatriz Rose y el rey Edward, ya se encuentran desayunando.

Su padre se encuentra sentado dándole la espalda, y su madre al lado de él. La reina Rose levanta la mirada, pero no dice nada, sabe las intenciones de su hija y no piensa detenerla.

Lana se acerca lentamente a su padre, tratando de no hacer ruido, y justo cuando está a punto de asustarlo, él habla - Se que estas atrás de mi, Gracie.

Lana se queja de inmediato decepcionada por no haber podido asustar a su padre, y Rose se limita a reír.

Lana se rinde aceptando el hecho de que nunca logrará asustarlo y lo va a abrazar - Buenos días, papi.

- Feliz cumpleaños, hermosa - Le responde él depositando un beso en su mejillas.

- Gracias. Te adoro mucho.

- Y yo a ti, mi princesa.

Lana se voltea hacia su madre y se lanza a sus brazos. Su madre la recibe con gusto - Feliz cumpleaños, mi amor. Te amo demasiado.

- Gracias, mami. Te amo mucho más - Le dice ella con una sonrisa antes de separarse y sentarse a su lado.

Lana está hambrienta, así que pone en su plato un poco de todo. Un panqueque, un poco de fruta, yogurt, un huevo duro, tocino, mermelada, un pedazo de pastelito. Está a punto de dar un bocado cuando su madre dice - Iré a buscar a Ethan, tiene que prepararse para dar el discurso al mediodía y me encantaría que pudiera desayunar tranquilo con todos nosotros antes del caos.

Lana se pone de pie de inmediato en un sobresalto - ¡No te preocupes, mami! Yo iré a buscarlo.

Rose la ve confundida - Pero, cariño, estás desayunando.

- Iba a comenzar a desayunar - La corrige - Tu ya estás desayunando, es mejor que vaya yo que aun no he comenzado. Aparte ninguna persona desperdiciaría la oportunidad de despertar a su hermano.

Imperio [Poder #2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora