Tanto tiempo.

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~Narra Jeon~

Apenas llegar evito a la multitud, sobretodo a los padres de Jimin, a quienes ya no puedo ver cómo los padres amorosos que conocía, no desde que descubrí lo que le habían obligado a hacer a su propio hijo en su infancia. Crear un lazo entre un extraño y tu hijo solo por los beneficios entre familia... Es asqueroso.

— ¿Jungkook? — Jimin llama mi atención sutilmente, entonces lo miro. En su expresión puedo notar preocupación. — ¿Está todo bien?

Quizás fuí muy evidente con mis pensamientos, no me había dado cuenta que clavé mi vista en mis suegros. Traté de disimular, sacudiendo mi copa de vino tinto.

— Está bien, solo me siento un poco agobiado. — tomé un trago de la bebida alcohólica.

— ¿Quieres que salgamos fuera?

— No, estoy bien. De verdad, no hace falta que...

El Omega toma mi mano y la entrelaza con la suya. Eso hace que mis mejillas se tiñan del color del vino inmediatamente.

— No es ninguna molestia. Nadie te va a juzgar por salir a tomar aire. — sonrie de una manera en la que derrite mi corazón, y asiento a su insistencia. — Vamos, salgamos un poco...

Lo sigo y él no me suelta la mano en todo el recorrido. Debo admitir que me siento incómodo con la atenta mirada de sus padres en nuestras manos, aunque ellos ya saben sobre nuestra relación. No parece molestarles, pero tampoco nos han felicitado... ¿Quizás me odian porque su hijo sale con un “Beta”?

¿Y si nunca dejaron de odiarme por eso? Antes hicieron todo lo posible para evitar que nuestras vidas se volvieran a entrecruzar, cortando el lazo que ellos mismos provocaron. Quizás no les hizo gracia cuando formamos una amistad. Tal vez me odian en secreto...

Ha... Quizás estoy sobrepensando un poco.

Regreso a la realidad, dándome cuenta que ya llegamos al patio trasero. El reflejo del agua en la piscina resalta las luces LED de color azul que bordean el concreto del techo que la cubre.

Mi novio toma asiento en una silla de madera frente a la piscina, yo hago lo mismo y coloco mi copa sobre la pequeña mesa frente a mi.

— Es un bonito lugar, ¿No crees? — intento hacer conversación, pero el Omega solo asiente en silencio.

El ambiente se vuelve incómodo, haciendo más evidente que algo me sucede.

— ¿Planeas decirme? — me pregunta y se me estrujar el corazón estar ignorandolo debido a mi incomodidad. Mis ojos solo se pasean por las pequeñas olas de la piscina.

Quisiera poder evitar el tema, pero no sería la decisión más madura. Ahora somos pareja y mis problemas repercuten en él, no quisiera lastimarlo de alguna manera.

No estoy acostumbrado a compartir mis problemas, siempre me convenzo a mi mismo que podré resolverlos antes de que alguien se de cuenta. Nunca le doy la oportunidad a los demás de ayudarme, porque pueden lastimarme si quisieran al verme vulnerable.

Pero no puedo vivir con el miedo a ser lastimado. Se trata de Jimin, la persona en la que más confío, pero no estoy seguro si es buena idea hacerle recordar una experiencia tan traumática cómo esa. Yo...

°EL ERROR°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora