Te lo mostraré todo [2]

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~Narra Hak~

La nieve que solía ser blanca se había teñido de rojo, el escarlata de mi sangre bañaba el piso. Tarde me dí cuenta que no había forma de que un lobo como yo pudiera ganarle a un ángel con la única misión de eliminarme.

Para cuándo quise retroceder, ya me encontraba siendo lanzado con fuerza hacia el lodo. Exhausto y adolorido, no podía hacer otra cosa más que jadear y observa como mi asesino me mostraba los colmillos.

¡Hijo! La voz distorsionada y lejana de mi padre intentaba llamarme, dirigí mi vista a él y me topé de frente con sus cristalizados ojos, llenos de preocupación y miedo.

Papá... Susurré sin fuerzas, quería disculparme por obligarlo a ver cómo su hijo moría en las fauces de un ángel.

La criatura, que aún cubierta en sangre parecía celestial, me observaba sin expresión en su rostro, sin remordimiento, sin culpa ni pena. Cerré los ojos y esperé el fin.

¡¡No!! Valkiria apareció y de un salto derribó al ser de luz, cayendo ambos en el piso. El angel intentó morderle pero Val sse aferraba a su cuello con las fuerzas que le quedaban.

Mi padre se apresuró a levantarme, me dirigió lejos del peligro y yo todo aturdido no pude negarme. Dejando al amor de mi vida atrás.

Vamos... Jadeaba mi progenitor, más cansado y herido que yo me cargaba sobre su lomo. Tenemos que salir de aquí...

Las mordidas y heridas que recibí en la batalla se habían vuelto más profundas, quemaban y me causaban un dolor sordo que me obligaba a temblar y chillar del dolor. Lo único en lo que podía pensar para escapar del sufrimiento era en morir.

De repente me dolían zonas que no fueron heridas, simplemente asumí que ese era el efecto de oponerse a los deseos de los dioses pero, cuando retumbó por todo el bosque el aullido de Val, caí en la cuenta que aquellos dolores sin sentido eran los que recibía mi pareja mientras yo lo abandonaba.

Un segundo quejido retumbó en mis orejas hasta que rotundamente cesó y a la par sentí como nuestro lazo se rompía. El dolor que sentí no era ni siquiera comparable con las heridas de mi cuerpo, no, fueron mucho más dolorosas.

¡¡Valkiria!! Lo llamé desesperado y en mi intento por volver, rodé por el lomo de mi padre hasta caer al suelo. ¡Val!

¡No puedes volver! ¡Debemos irnos! Mi padre se plantó frente a mi, bloqueando mi paso de regreso.

Yo solo podía arrastrarme, no podía hacer nada contra un lobo de gran tamaño que me bloqueaba el paso.

¡Quítate de mi camino! ¡Debo ayudarlo!

¡Val se sacrificó por ti! Me gritó desesperado, estaba tan preocupado por mí que me hirió de tal manera con sus palabras. ¿Quieres que lo que hizo sea en vano? ¡¿A caso quieres deshonrar su deseo de salvarte la vida?!

Ni siquiera pude escuchar lo que me gritaba, mi cuerpo estaba sufriendo tanto que tomó la decisión de perder la consciencia. Caí en un sueño tan profundo que no pude sentir dolor alguno, ni siquiera la perdida de mi ser amado.

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Mi paz no duró lo suficiente, detecté el calor de una fogata cerca de mí, habia despertado y creo que esa fue la primera vez que detesté haberlo hecho. Pude sentir como otro lobos visitaban mi tienda, preocupados por mi bienestar, pero no podia estar más desinteresado por su preocupación.

°EL ERROR°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora