2. Celos Confusos

7.7K 883 159
                                    

Narra Félix

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Félix

―Adrien... ¿Quieres salir conmigo? ―pregunta de repente con aquél tono suave y dulce que pone a trabajar a mi desempleada consciencia.

¿Por qué demonios me pregunta ésto ahora?

Lo pienso lo más rápido que puedo, evaluando cada respuesta posible a ésa pregunta y sus respectivas consecuencias.

Se supone que vine aquí para decirle quién soy en realidad y acabar con éste aburrido engaño de una vez por todas, pero ahora, con ella frente a mí, sonriéndome de ésa manera tan ingenua después de hacerme semejante pregunta... Todo mi escenario hipotético se ha derrumbado.

¿Por qué estoy dudando?

―____, yo... ―Mis palabras se ven interrumpidas por la repentina aparición del mesero frente a nosotros.

―Aquí está. Un café con leche para la dama y un té Earl Grey para el caballero. Ah, y ésto... ―pone una porción de tarta de arándanos frente a ella―, lo invita la casa.

―Oh, dios, se ve delicioso.

____ le sonríe con dulzura y el tipejo le guiña un ojo descaradamente antes de retirarse, ignorando por completo mi existencia.

―¿Qué demonios fue éso? ―suelto en un gruñido siguiendo al idiota con los ojos. Juro que haré que lo despidan...

____ ríe en lo bajo y toma un poco de tarta con su cuchara para llevársela a la boca después. La expresión de deleite en su rostro me hacer sentir aún más irritado.

―Vengo aquí a menudo. Es sólo una cortesía por ser cliente frecuente ―explica como si en verdad creyera éso y yo me froto los ojos con fastidio.

―No puedes ser tan densa. ¡Es obvio que ése idiota te está coqueteando!

Mis palabras y el tono que uso no sólo sorprenden a ____, incluso yo estoy sorprendido por la manera en la que me ha afectado la situación.

¿Qué demonios es ésto? ¿Por qué jodida razón me siento así?

―Relájate, Adrien. ¿Por qué no pruebas un poco? ―pregunta extendiéndome el extremo de la cuchara, donde la crema y los arándanos esperan.

Su mirada inocente y la expectativa en sus ojos relaja mis defensas y me impide rechazarla, por lo que abro la boca y pruebo la dichosa tarta.

Maldición... Sabe bien.

―He probado mejores ―es todo lo que digo antes de oírla reír.

―Tienes un poco de crema allí ―me informa señalando mi mejilla.

Estoy a punto de limpiarme con la servilleta cuando ____ se pone de pie y se estira sobre la mesa para limpiar mis labios con su pulgar.

El aire se atora en mis pulmones al verla llevarse el dedo a la boca y chuparlo con la misma expresión de deleite que hizo antes. Un hormigueo recorre mi espina dorsal y enseguida todo mi cuerpo se siente entumecido.

―¿Qué de...? ¿Qué fue...? ¿Qué fue éso? ―balbuceo sin poder quitar mis ojos de la crema que aún queda sobre la tarta.

____ se encoge de hombros.

―Podría haberlo lamido directamente de tus labios, pero hay muchas personas ―responde con un guiño que me deja aún más confundido e intrigado.

Repito sus palabras en mi cabeza una y otra vez y no puedo creer cómo es que puede sonar tan normal y despreocupada, como si no fuera consciente de lo que acaba de provocarme.

―¿Qué fue lo que...?

Por dios, mi cerebro se descompuso...

―Oh, casi lo olvido. Aún no respondiste a mi pregunta, Adrien ―me recuerda, sacándome de mis pensamientos al instante.

La miro, parece nerviosa, pero un brillo de esperanza reluce en sus ojos. Trago con dificultad y sacudo la cabeza, obligándome a regresar a la realidad de una buena vez.

Yo no soy así. No puedo dejarme manipular por un par de ojos bonitos. Tengo que reaccionar ahora, maldita sea...

―____, la verdad es... ―Mis palabras se detienen en mi garganta por un milisegundo antes de continuar―. Necesito pensarlo ―digo finalmente, sorprendido por mi propia respuesta.

¿¡Qué demonios está pasando conmigo!?

____ ríe y suelta un suspiro cargado de alivio.

―Oh, claro. Entiendo... ―murmura, relajando su cuerpo―. Entonces... Iré a pagar la cuenta ―agrega, poniéndose de pie. La detengo e intento convencerla de dejarme pagar a mí, pero ella sólo me ignora con una sonrisa y continúa su camino hacia el mostrador.

Es obvio que quiere darme un poco de espacio para que me relaje, para que lo piense bien. Al menos puedo atribuirle ése mérito, la facilidad con la que puede leerme. Aún si sólo ha leído lo que yo quería que leyera, nunca ha fallado en hacerlo bien.

Justo ahora estoy demasiado tenso, demasiado confundido. Ni siquiera entiendo lo que está pasando en mi propia cabeza.

¿Qué ha cambiado desde que llegué?

Estaba completamente decidido a decirle la verdad, verla llorar, quizás recibir una bofetada, y luego continuar con mi vida. ¿Qué cambió?

Suelto un suspiro y me levanto de la mesa, preparándome para marcharnos en cuanto ____ termine de pagar la cuenta.

La busco con la mirada para saber cuanto más va a tardar, encontrándola junto al camarero descarado de recién, hablando y riendo animadamente. Ella juega con su distintivo y ríe con algo que él dice, haciendo que no quede dudas de lo que está pasando... Están coqueteando.

El fastidio que siento me hace salir de la cafetería dando pasos fuertes, negándome a seguir presenciando semejante escena.

―¡Oye, Adrien, espera! ―la oigo llamarme corriendo detrás de mí para alcanzarme.

No sé porqué demonios me siento tan jodidamente molesto y frustrado, pero las ganas que tenía hace un segundo de tomarla y apartarla de aquél idiota casi me ahogan.

―¿Qué demonios fue aquella escena? ―cuestiono, frunciendo el ceño. ____ enarca una ceja, intrigada.

―Oh, ¿éso? Bueno... Ya sabes... Dijiste que él estaba coqueteando conmigo, así que le pregunté. Resulta que tenías razón. ¿No es curioso? ―ríe, jugando con un mechón de su cabello.

―¿¡Y aún así le seguiste le corriente!?

―¿Está mal? No es como si tú y yo estuviéramos saliendo... ―responde sin culpa alguna, y oírla decir éso me llena la boca de un sabor amargo y desagradable.

Y, en cuanto me doy cuenta, ya la he tomado de la nuca para atraerla a mí y unir nuestros labios en un intenso beso.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El amor de un impostor (Félix y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora