Narra _____
―¿No es increíble mi niño? Estudió finanzas y administración de empresas en Harvard.
Espera, ¿qué?
―¿Qué?
¿¡Qué!?
¿¡Cómo demonios llamé la atención de alguien de este calibre!? ¿Qué parte de mí lo hizo pensar que yo era un buen partido?
¿Será la diferencia de clases? ¿O más bien la brecha abismal de nuestro coeficiente intelectual?
―Te ves bastante sorprendida ―señala Amelie―. ¿Félix no te lo dijo?
―Bueno, Félix no es el tipo de chico que… ―mis palabras se detienen cuando mi cerebro por fin hace clic y busco la mirada de Amelie con el pánico subiendo por mi columna. Su expresión lo dice todo―. Ya lo sabe.
Ella asiente.
―¿Te sorprende que Félix me hablara sobre ti?
―Un poco, sí ―respondo con honestidad. Y no sé si será la culpa o la vergüenza, pero me resulta mucho más difícil mantener el contacto visual ahora―. ¿Puedo saber qué fue lo que le dijo sobre mí?
Amelie ladea la cabeza.
―¿Éso te haría sentir mejor?
―Supongo ―logro balbucear.
Amelie aprieta los labios y lo medita durante unos segundos antes de volver a hablar.
―Creo que me lo dijo todo. El cómo te conoció en una exposición de arte, los planes que hizo mientras caminaba hacia ti y cómo cambiaron cuando pensaste que era… Adrien ―Amelie cierra los ojos y suelta un suspiro pesado, como si le costara hablar sobre las acciones de su hijo―. Me contó que le pediste tres citas a cambio de la pintura y que creyó que era un precio justo, sólo que después…
―Fingí olvidar el trato y esperé que él lo mencionara primero ―continúo la historia, sintiéndola ajena y muy distante ahora―. Le llevó dos meses sacar el tema ―me río al recordarlo―, y por supuesto, me aseguré de entregarle la pintura antes de pedirle que saliera conmigo. No quería que nada pudiera influir en su respuesta, ¿sabe?
Amelie vuelve a suspirar y busca mi mano por encima de la mesa. Su toque es suave, dulce y reconfortante.
―¿Puedo preguntarte una cosa, dulzura? ―oírla pedir permiso me toma por sorpresa, pero enseguida asiento con la cabeza―. ¿Por qué crees que Félix aceptó salir contigo entonces?
Excelente pregunta… ¿por qué?
Lo pienso. Lo pienso, lo pienso y sigo pensándolo.
Tal vez, si me hubiera hecho esta pregunta antes, cuando la herida estaba abierta y la traición escurría de mi corazón roto, habría respondido que “porque quería burlarse de mí, de mis sentimientos y mi ingenuidad. Porque es un imbécil egoísta que estaba aburrido y no sabía qué más hacer. Porque tenía curiosidad por ver hasta dónde podía engañarme y herirme…”
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El amor de un impostor (Félix y tú)
FanfictionSoy un impostor. Mentí y engañé para conseguir mis propios intereses un sin fin de veces. Y nunca me había sentido culpable por ello... hasta ahora. Ella me ama. Me mira y me sonríe. Sus ojos brillan con ilusión e inocencia. Pero ella me llama "Adri...