5. Ser Cuidadoso

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Narra Félix

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Narra Félix

Cuando conocí a _____, lo hice a sabiendas de que ella era la artista que andaba buscando.

Mi plan era sencillo: Acercarme a ella, coquetearle un poco y convencerla de venderme la obra. Pero cuando ella me confundió con Adrien, me pareció más fácil seguirle la corriente que intentar ganarme su confianza desde cero siendo Félix.

Luego investigué un poco más y descubrí que ambos se habían conocido durante el verano, en una clase de arte, y que no se habían vuelto a ver desde entonces. Detalle que me daba la ventaja en este juego de apariencias.

Lo que le siguió a éso fueron mentiras y engaños fáciles de explicar. Adrien se había alejado de los medios de comunicación al dejar el modelaje, y _____ no parecía ser la clase de chica que cuestionaría mis respuestas.

Así que le dije que ya no vivía con Gabriel y que ahora tenía un departamento cercano a la universidad a la que planeaba asistir el próximo año. Lo cual, por cierto, no es del todo mentira.

Es irónico que me preocupe por ello ahora, después de todo, _____ no ha visto a Adrien en dos años, ¿cuáles son las posibilidades de que se encuentren el día de hoy?

Aún así, no puedo confiarme y apoyarme en la suerte, necesito tener planes concisos y planes de reserva. Éso es lo que me funciona.

Pues la suerte nunca ha estado de mi lado...

En fin. Lo más importante ahora es tener en cuenta que _____ estará ayudando en uno de los puestos del festival, lo que significa que pasará mucho tiempo en medio de la multitud, expuesta a toparse con cualquier persona posible. Incluido Adrien.

Y aunque no tengo certeza de que mi querido primo asistirá a tal evento, el riesgo es demasiado grande como para ignorarlo. No después de todo lo que he invertido en mantener mi doble identidad en secreto.

Sé que la ironía no tiene límites, pero no tengo elección. Haré lo que sea necesario para conservar mis mentiras intactas, porque sin ellas, no soy nada.

Finalmente, marco su número en mi teléfono y espero a que conteste.

¿Adrien? Buenos días... ―saluda con alegría en su voz. La satisfacción que siento al oírla es peligrosa.

―Me encantaría ir contigo al festival, ¿a qué hora estarás allí?

···•••❈•••···

Al llegar, aprecio con admiración cómo la gran explanada del Champs de Mars se ha convertido en un encantador festival de San Valentín.

El aire huele a churros recién hechos, confitura de frambuesa y chocolate caliente. Músicos callejeros interpretan canciones de amor, acompañándose de instrumentos de cuerda, y el aire brilla con las notas de sus canciones.

Las parejas pasean de la mano, probando pequeñas porciones de delicias culinarias y conversando animadamente. Niños juegan a las carreras, persiguiéndose entre sí con alegría, disfrutando de los juegos y puestos de curiosidades y artesanías que se han instalado para la ocasión.

Me lleva unos minutos encontrar el puesto que _____ me indicó entre tantos otro que hay en la zona, pero en cuanto lo hago, mis ojos la encuentran al instante ya que parece destacar entre la multitud con aquél suéter multicolor de tonos pasteles que lleva encima.

Me acerco dando pasos suaves, y en cuanto ella voltea y me ve, lo deja todo para correr hacia mí y abrazarme, tan feliz e inocente como siempre.

―¡Llegaste! Empezaba a preocuparme... ―dice, sonriéndome con alegría genuina, y trago con dificultad, sintiendo un pinchazo de culpa repentina. Su dulzura no hace más que recordarme, una vez más, que estoy jugando con fuego.

_____ me rodea con sus brazos y la culpa que siento hace que mi cuerpo se mueva en respuesta, alejándose de ella inconscientemente. 

―Hum... Lo siento, me tomaste desprevenido ―miento, intentando sonar lo más normal posible.

Ella abre los ojos con sorpresa y luego fuerza una sonrisa, sus mejillas se vuelven rojas carmesí y la expresión decepcionada en su rostro me hace sentir como el peor bastardo de todos.

Y quizás lo sea...

―No, no, tranquilo. Me emocioné y te hice sentir incómodo. Fue mi culpa ―dice, riendo, pero el que no me mire a los ojos me hace saber que he arruinado las cosas.

―_____, espera, yo no...

―Debo seguir atendiendo el puesto. Puedes ir a hacer algo más si quieres ―murmura, dándome la espalda y caminando lejos de mí.

Apenas tengo tiempo de sentirme mal por ella cuando escucho una risa familiar seguida de voces que no tardo en reconocer.

Es Adrien.

Está aquí, junto a sus amigos de siempre, frente a la fuente del centro.

Mi cuerpo se tensa al instante y miro a _____ de reojo, preocupado por que ella pudiera voltear hacia aquí en cualquier momento y verlo detrás de mí.

Es entonces que la verdad me golpea sin piedad y me doy cuenta de que no quiero que ésto se termine. No aún.

¡Maldita sea, me aterra que ella pueda descubrir la verdad ahora!

¿En qué momento éste juego se volvió en mi contra?

¿En qué momento éste juego se volvió en mi contra?

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Nota de Autor:

Hola de nuevo, aquí Félix, el autor...

Espero que este nuevo proyecto sea de su agrado.

No olviden votar, comentar y esperar por lo siguientes capítulos... Estoy muy emocionado por continuar con ésta aventura.

Cualquier consejo, pregunta o duda, pueden dejarla aquí...

Los amo :)

ꕤFélixꕤ

El amor de un impostor (Félix y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora