¡𝕸𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝐇𝒾𝓁𝑜 𝕽𝑜𝑗𝑜!

Capítulo 11

♥⋆˖⁺‧₊☽Medidas desesperadas☾₊‧⁺˖⋆♥

Pucca y Ring-Ring temblaron de miedo, no eran como los zombis de Muji, estos estaban en posición de combate con sus respectivas armas, no caminaban lento y parecía que respiraban con dificultad... daban mucho miedo. Garu sacó su espada.

     —G-Garu n-no lo hagas —dijo Pucca asustada mientras cubría su brazo.

     —No lo haría si tú dejarás de estar asustada y con tu poderosa fuerza los destruyeras de una vez —dijo Tobe molesto.

     —¡Estoy herida! —exclamó molesta.

      Garu ignoró a ambos y corrió hacia uno de ellos dispuesto a partirlo a la mitad, pero este se defendió con la espada que tenía, los soldados comenzaron a ir contra el ninja de coletas, esté aún si no buscaba eso, comenzó a dar ataques certeros a las extremidades de los soldados, cortándoles a algunos uno de sus brazos o piernas... y a uno de ellos su cabeza.

     —... ¿Crees que eso nos detendrá? —dijo uno de los soldados mientras tomo su brazo y volvió a ponerlo en su lugar, regenerándose, todos comenzaron a hacer lo mismo, el pálido comenzó a retroceder.

     —¡GARU, CUIDADO! —gritó Pucca, Garu chocó su espalda con uno de los soldados, el pálido se dio la vuelta viendo que esté iba a atacarlo, pero una espada atravesó al soldado, partiéndolo a la mitad y dejando ver al causante... Tobe había salvado a Garu.

     —¡No hay que perder el tiempo, entremos al mausoleo de una vez! —exclamó Tobe tomándolo bruscamente del brazo y yendo al mausoleo del Rey, las chicas hicieron lo mismo, y entre los cuatro intentaron abrir la puerta.

    —¡No abre! —gritó Pucca.

    —¡DE QUE ABRE, ABRE! —gritó Ring-Ring para luego patear con fuerza la puerta y abrirla.

Los cuatro entraron y la cerraron inmediatamente, pusieron todo lo que estuvo a su alcance para trabarla, escuchando a los muertos golpeando para abrirla.

     —Estamos en una auténtica película de horror —dijo Pucca irritada, Garu asintió y miró el lugar, parecía un pequeño castillo... pero tenebroso y sucio.

     —Bien, ahí está lo que buscamos —dijo la de pelo azul viendo el ataúd, el hilo que previamente había pisado Pucca, estaba dentro del ataúd...

    —Ahora ustedes dos muevan eso —ordenó Ring-Ring a los ninjas.

    —¡Ja! ¿por qué crees que te haríamos caso? —dijo Tobe cruzándose de brazos.

     —Si no tienen fuerza para moverlo, bien, lo haré yo misma —dijo la de piel porcelana, sin embargo, Garu la detuvo y se acercó al ataúd para empujarlo, cuando lo quitó por completo... no había nada además del suelo, el pasadizo había desaparecido.

     —¡¿ES UNA BROMA?! —gritó Pucca tronando sus dientes y poniéndose roja de ira.

     —¡ESO DIGO YO! ¡¿DONDE ESTA EL PASADIZO?! —gritó Ring-Ring.

     —Eso nos pasa por darle atención a leyendas estúpidas —bufo Tobe y se sentó cansado.

     «No lo entiendo... ¿dónde está el pasadizo? el Maestro Soo no pudo habernos mentido... ¿por qué todo nos está saliendo mal?» Garu se dejó caer de rodillas.