¡𝕸𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝐇𝒾𝓁𝑜 𝕽𝑜𝑗𝑜!

Capítulo 21.A

♥⋆˖⁺‧₊☽El anillo☾₊‧⁺˖⋆♥

Pucca despertó al día siguiente, su cabeza le dolía como nunca, se puso de pie algo mareada, pero conforme fue caminando, se sintió un poco mejor.

Pucca lo primero que se encontró al salir al pasillo, fue a Ring-Ring saliendo de su habitación, llevaba un top rosa con los bordes dorados y una falda con aberturas en los costados del mismo diseño, dejando ver parte de sus hermosas piernas, su cabello estaba atado en una coleta y rubíes alrededor de esta, y por último, sus manos teniendo brazaletes de oro con rubíes, combinando todo con su anillo finalmente.

—Hasta que despiertas, baja, tenemos que hablar —dijo Ring-Ring seriamente y luego bajo las escaleras con ese andar elegante y repleto de confianza que le caracterizaba.

—...Está bien... —dijo Pucca algo confundida, tenía el vago recuerdo de haber hablado con ella hace, pero... no recordaba que había pasado.

Ring-Ring llegó al comedor, había mucha comida, ella se sentó a la cabeza del comedor y le hizo una seña discreta a Pucca de que se sentase también, la de moños odango lo hizo sin protestar... se sentía muy incómoda, e inconscientemente con un sentimiento de... culpabilidad.

—Antes de salir del cuarto, te hubieras vestido apropiadamente... te ves terrible —dijo Ring-Ring mirándola despectivamente.

—Me sentía mal, no lo pensé-

—Deseó que tengas tu horrible atuendo de siempre —pidió sin verla, no quería seguir viendo su cuerpo... que se le había vuelto una maldita tentación.

Pucca bajo la mirada y vio que tenía de nuevo su camisa roja y pantalón negro con botas del mismo color, frunció un poco el ceño, no le gustaba como le hablaba Ring-Ring.

—¿Estás molesta conmigo? —pregunto algo enojada.

—Primero come y escúchame... luego puedes preguntarme lo que quieras —ordenó mientras jugaba con su anillo.

Pucca suspiró y se sirvió un poco de la fruta y de los panes de dulce que habían, también un poco de té, tenía más hambre que orgullo como para llevarle la contraria a Ring-Ring, comió tranquilamente hasta que vio la mirada intensa de la de vestimenta rosa.

—Bien, por tu actitud relativamente normal, supongo que no recuerdas lo que sucedió anoche... ¿me equivoco? —sonrió falsamente.

—...Yo no recuerdo mucho-

—Deseó que te llegue el recuerdo como una bofetada

Pucca efectivamente sintió el recuerdo golpearle tan fuerte y abrupto como una bofetada, su cara se enrojeció de vergüenza con una expresión consternada, quería que se la tragara la tierra y que todo fuese una alucinación.

—Ring-Ring y-yo lo sien-

—Ahórrate tus malditas disculpas, no me sirven de nada —espetó fríamente, provocando que la contraria guardara silencio y solo bajara la cabeza.

«Con razón esta molesta... yo estoy molesta conmigo misma, ¿como pude actuar así con ella?» pensó mientras apretaba sus puños.

—Ayer después de que pedí que te desmayaras... pensé durante muchas horas porqué me afectaba tanto lo que hiciste... ¿y sabes que deseé?... saber el motivo... vaya que cuando lo descubrí, sentí un alivio enorme —movió un poco su anillo.

—No sabía que te hubiese afectado, no era mi intención... lo siento... ¿Pero que fue lo que te alivio? —dijo muy apenada porqué estaba realmente arrepentida y luego un tanto curiosa.