Capítulo 21.B

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˖⁺‧₊Inicio del  juego☾₊‧⁺˖⋆♥

Tobe veía como Garu atendía su pierna, era delicado, incluso se veía más preocupado que él mismo por el estado de esta, pero al terminar, le sonrió un poco y volvió a acomodar su ropa, se fue sin esperar un gracias, Garu sabía bien que Tobe no le pronunciaría tales palabras, era mejor si le daba el desayuno de una vez...

El de cicatriz jamás pensó que su rival fuese tan buen enfermero, aunque cuidaba de él desde que llegaron... ahora era más gentil, eso lo noto en la semana que había pasado, Garu atendía sus heridas, le daba sin falta las tres comidas del día, lo ayudaba a moverse de la habitación a la cocina, a la sala y también al cuarto de baño.

     Garu era muy obediente, acataba sus órdenes así fueran caprichos como quedarse con la televisión o que preparar las comidas que el de coleta quisiera, así no le gustasen al pálido, quien era así para aliviar su remordimiento... sin saber que estaba confirmándole a Tobe lo que había previsto aquel día que se reencontraron... Garu estaba completamente a merced de los deseos de Tobe.

     La paciencia de ambos había sido demasiada así sus fines fueran todo lo contrario, y Tobe ya estaba listo para comenzar a efectuar la siguiente parte de su plan... seducir a Garu sin que este se resista a él...

     —...Gracias... —fue lo que dijo el trigueño una vez que recibió el desayuno, mientras que el aludido dio todo de si para no terminar soltando sin querer la bandeja...

«...Me agradeció...»
pensó Garu sintiendo su corazón latir rápidamente.

     —¿Estás bien? —preguntó Tobe, haciendo que el contrario reaccionase, asintió con una tenue sonrisa y dejó la bandeja en la cama, se dio la vuelta dispuesto a irse... —Espera, ¿te hiciste tu desayuno? —cuestionó.

     Tobe había notado que Garu, aveces por darle prioridad, se descuidaba así mismo, desde desvelarse para estar al pendiente de él por si necesitaba algo, hasta aveces saltarse las comidas... y eso le complacía demasiado.

—Por favor, no me mientas —pidió una vez que noto que Garu pretendía negar, a lo que este terminó suspirando e hizo ademán de que comería al rato —Oye... me diste mucha comida, podemos comer juntos y así te ahorras de hacer tu desayuno hasta sabrás tu a que horas —propuso mirándolo.

     Garu se quedó mirándolo sorprendido, sabía que Tobe tenía tiempo sin tratarlo mal, pero que le compartiera el desayuno que hizo para él... ¿A caso estaba soñando?

—Oye, si no quieres está bien pero no te me quedes viendo así —dijo Tobe que tenía poca paciencia para las dudas de Garu, por lo que este último reaccionó y se sentó a su lado.

El de cicatriz puso la bandeja en medio y partió sus palillos, tomó un bollo con estos y lo alzó para ponerlo cerca de la boca del ninja de corazón, quien pensaba que no podía quedar más sorprendido hoy, pero igual se acercó y comió el bollo mientras sostenía suavemente la mano del contrario, sin necesidad de verlo... supo que Tobe estaba sonriendo...

       —Por tu cara creo que la comida te quedó bien, como siempre~ —sonrió de lado y tomó un bollo para comerlo.

Desayunaron tranquilamente, bueno, por el lado de Garu fue tranquilo y cómodo, incluso se sentía feliz, por el lado de Tobe, la mitad de él eran deseos asesinos hacia Garu y de resto solo disfrutar la comida que sabía bien.

«Incluso en cocinar se luce el muy desgraciado... ¡Maldición, todo le sale bien!» pensó el de cicatriz mientras soltaba un pequeño sonido de agrado por el bollo que estaba comiendo.

     Tobe estaba en la ducha ahora, como era su costumbre, no permitió que Garu entrase con él en caso de necesitar ayuda, sin embargo, esta vez cambiaría esa costumbre

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     Tobe estaba en la ducha ahora, como era su costumbre, no permitió que Garu entrase con él en caso de necesitar ayuda, sin embargo, esta vez cambiaría esa costumbre... pero para eso, Garu tendría que ayudarle sin pensarlo dos veces.

Miró su pierna fracturada y luego la bañera que apenas estaba llenándose, suspiró y comenzó a quitarse la ropa, incluyendo la interior, desató su cabello y soltó un suspiró mientras veía su reflejo en el agua.

«Que bajo he caído... pero bueno... cualquier precio es bajo si me llevara a cumplir mi venganza...»
pensaba mirando más su cicatriz que cualquier otra cosa...

Y finalmente, se dejó caer al suelo torciendo un poco su pierna lesionada, soltó un quejido lo suficientemente audible para el oído agudo de un ninja como Garu.

—¡Mierda! —se quejó, claro que su dolor era genuino, tenía que verse creíble... tenía que verse como un jodido mártir.

El ninja de coletillas no tardo en entrar al cuarto de baño estando preocupado e importandole poco si el trigueño lo maldecía por ello, al verlo en el suelo, lo ayudó rápidamente sosteniéndolo de su cintura y poniendo los brazos del contrario en sus hombros para que se sostuviese de él y así pudiese ponerse de pie, todo esto, haciendo un esfuerzo por sólo ayudar... y no mirar de forma indebida al de cicatriz.

—D-duele... —se quejó sin verlo, odiando con cada parte de su ser tener que mostrar vulnerabilidad ante Garu en busca de su condescendencia...

El ninja de corazón quiso soltarlo recargándolo en la pared con la intención de recoger su ropa y que él contrario saliera del baño, postergando su ducha ya que estaba adolorido, sin embargo, Tobe lo rodeó con sus fuertes brazos, aferrándose en un abrazo casi abrupto y desesperado, pegado su cuerpo al del pálido, quien sintió muchos nervios y más al sentir ese atlético cuerpo libre de prenda alguna juntándose al suyo, separándose solo por su estorbosa ropa.

—No quiero bañarme después... ayúdame —dijo Tobe con voz demandante pese a ser un pedido.

«...¿Qué acabo de oír?»

      Pensó Garu, que no supo cómo reaccionar, proceso cada palabra, analizando su significado y el del conjunto de estas... y su cara enrojeció demasiado, al punto de parecer un tomate, contrastando con su pálida piel, el trigueño harto de esperar algún movimiento o reacción suya, lo miró separándose un poco.

     —¿Que, no me vas a ayudar? Entonces sal y lo hago yo so-

     Garu lo cargó abruptamente y metió su cuerpo en la tina, cerrando la llave que justo ya había terminado de llenarlo todo, luego de dejarlo, se alejó un poco y comenzó a desvestirse, provocando que el de cicatriz lo mirase con sorpresa y algo de vergüenza mezclada con enojo.

—¡O-oye! ¡¿Tú por que te desvistes idiota?! —exclamó y luego desvió su mirada al ver como Garu se bajaba la ropa interior, para después escuchar como este entraba a la tina, volvió a verlo.

     El contrario comenzó a desatar su cabello, quedando suelto y dejando los listones caer al suelo con su ropa, Tobe lo observó sin entender, aunque cuando Garu le sonrió de lado... entendió lo que este pretendía.

«No se que pretendas al intimidarme con tu seducción... pero yo también puedo intimidarte, Tobe... ¿quien es el avergonzado ahora?»

¡𝕸𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝐇𝒾𝓁𝑜 𝕽𝑜𝑗𝑜!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora