¡𝕸𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝐇𝒾𝓁𝑜 𝕽𝑜𝑗𝑜!

Capítulo 17.A

♥⋆˖⁺‧₊☽ Congelados ☾₊‧⁺˖⋆♥

Ring-Ring tarareaba una canción de pop que escuchaba en los audífonos que había deseado, Pucca la seguía más a regañadientes que por ganas, la de piel porcelana había deseado que no pudieran alejarse a más de 5 metros, no solo eso, había deseado darse un baño, tener un vestido, botas y guantes nuevos.

      Mientras que Pucca tenía sueño, estaba cansada, no se había bañado y su ropa seguía rasgada y sucia, ya ni sabía cuánto tiempo llevaban caminando y no se habían detenido más que para comer cada que Ring-Ring tenía hambre.

     —Quiero tu todo mientras sea gratis~ Quiero tu amor~ ¡Amor, amor, amor!~ ¡Solo quiero tu amor!~ —cantaba la de labios rosas mientras caminaba al ritmo de la canción.

Pucca suspiró al verla, sin buscarlo, comenzó a enfocarse en ese hipnótico y rítmico movimiento de las caderas de Ring-Ring, su nuevo vestido de color rosa con un velo en la falda corte A del mismo color en semi-transparente, siendo lo más destacado esos brillos que por cada movimiento que Ring-Ring hacía con su cadera al caminar como modelo de pasarela, daban la impresión de que se trataba de una bella y brillante flor moviéndose en el aire, desprendiendo brillos en su andar suave y elegante.

      Pero aquel andar comparado con una inocente flor se tornaba sensual una vez que la comparativa con la flor se iba y en su lugar se prestaba atención a como a través del velo, se veían parte de los bellos muslos de la chica de piel suave como la porcelana fría, al igual que esta, bellos y relucientes... deseosos de tocar y poseer.

     —¡Diablos, me olvide de algo importante! —exclamó Ring-Ring deteniendo su paso y con ello la hipnosis que ejerció inconscientemente en Pucca.

      —¿De que? —preguntó volviendo a su estado de irritabilidad y cansancio, Ring-Ring, con lágrimas en sus ojos, volteó a verla y la tomó del rostro.

     —Soy una tonta, ¿como pude olvidarme de mi hermosa chica? solo he pensado en mi y no en ella ni en lo mal que debe sentirse, cuando ella me importa mucho —dijo mirándola a los ojos, sin parar de llorar, Pucca se sonrojó mucho y se apartó un poco.

      —Oye, no eres tonta, supongo que debí decir algo... —musitó.

     —No, yo debí darme cuenta, esto no me lo perdonará, más en el estado en que está ahora —suspiró y cubrió su rostro.

     —Oye, te perdono, me alegra que te dieras de como me siento —sonrió Pucca.

     —¿Eh? ¡No hablaba de ti, hablo de Yuni! ¡¡Mi perrita seguro está muerta de miedo u hambre!! —exclamó, borrando la sonrisa de Pucca y transformándola en una expresión de enojo.

—¿¡ES UNA BROMA!? ¡C-creí que te referías a mi! ¡¿Acaso no ves mi estado?! —gritó y cuestionó enojada, Ring-Ring arqueó una ceja y la miró de arriba hacia abajo.

—Cierto, te vez terrible, pero era obvio que no hablaba de ti, dije MI chica, y tú no eres mía... al menos que aceptes serlo —sonrió de lado con burla.

—Vete al- —sintió un pequeño golpe en su boca, aguantando su enojo, continuó —Jamás sería tuya, yo ya soy de Garu —sonrió confiada.

—Entonces dile a él que te dé un baño, que te dé ropa nueva y te quite el cansancio —le sacó la lengua.

—Mald- —otro golpe impidió que insultara a la de cabello azul.

—¿Que decías? —se burló acercándosele como su sonrisa de satisfacción.