Capítulo 19

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˖⁺‧₊Temor☾₊‧⁺˖⋆♥

Pucca por un momento, sintió que su corazón se detenía, su rostro rojizo de ira palideció casi como el de un cadáver, su expresión furiosa se transformó a una de seriedad, y en lugar de tensarse... comenzó a temblar.

     —...Estas mintiendo... —dijo con su voz incrédula, aguantando tartamudear.

     –[¿Estas segura? tú lo viste en el cementerio, me besó sin pensarlo en frente de ti, y aquí ya nos besamos dos veces más, de hecho, nos estábamos besando cuando llamaste.]– dijo con una tenue risa burlona.

     —¡NO ES VERDAD, E-EL NUNCA ME ENGAÑARÍA! l-lo del cementerio fue-

    –[Una muestra de la realidad, Pucca, él prefiere besarme a mí antes que a ti, él me desea como jamás va a desearte a ti.]–

     —¡CALLATE! ¡¡SOLO CALLATE!! —gritó alterada y a punto de llorar, más que enojada, estaba asustada, tenía miedo que todo eso fuera verdad.

     –[¿Por que no se lo preguntas a tu novio? dile que silbe para responderte o algo.]– se burló y se escuchó cómo acercaba el teléfono a Garu, la respiración temblorosa del pálido lo delataba.

     —...Garu, ¿e-es verdad lo que dijo, ustedes se besaron más veces? silba una vez si es cierto... —preguntó y pidió, temblando de su voz.

     Garu tardo, pero al final... silbó una vez... Pucca dejó caer sus lágrimas, tenía muchas emociones en ese momento, tantas preguntas, tantas cosas que quería gritarle a ambos, en especial a su... ¿novio?, pero sentía ahogarse en el creciente nudo en su garganta, como si fuera a desmayarse debido a la falta de oxígeno, cuando la causa del desmayo era por no decir todo lo que quería decir... Al final, de todas las preguntas y cosas que quería decir, solo dijo una:

     —¿Me amas Garu?... —preguntó con un débil hilo de voz, sin parar de llorar.

     El ninja de corazón tardaba en responder, sin saber que su silencio, por primera vez, causaba tanto dolor en Pucca.

     —Garu... si me amas, por favor dímelo, t-te lo suplico, olvida tu voto por un momento y di que me amas. —suplico entre lágrimas, nuevamente apretando el teléfono.

     Cada segundo era una tortura, el nudo en su garganta se hacía más grande, y cuando los segundos se volvieron minutos, Pucca sintió que Garu estaba siendo un sádico con ella, él no respondía, tampoco colgaba el teléfono, solo se escuchaba su respiración intranquila...

     Pucca espero su respuesta durante tres minutos, tal vez hubiera esperado toda la vida a que él hablara o colgara el teléfono... pero observó el hilo en su meñique... Ese hilo le hizo ver la triste verdad: así ella terminara cortándolo, y así esperara esa respuesta... el destino no la haría estar con Garu...

    —...Entiendo... Tu silencio nunca fue más claro, Garu... —dijo ella cerrando sus ojos mientras soltaba más lágrimas, y finalmente... ella colgó el teléfono.

     —...Pucca, yo... —Ring-Ring no sabía que decir u hacer, la aludida no soltó el teléfono aún después de colgarlo, no alzó la cabeza, y su cuerpo no paraba de temblar.

     —Vete... quiero estar sola, por favor —pidió con su voz quebrada.

    Ring-Ring salió de la cabina, por suerte, ya no estaba la tormenta con un tornado destruyendo todo a su paso... solo había un cielo nublado con lluvia tenue, deseó un paraguas rosa para cubrirse de la lluvia, no se atrevió a desear algo para cambiar el estado del clima ligado con el estado de ánimo de Pucca, solo suspiró... Ni siquiera sabía como reaccionar ante algo que para ella fue obvio en el cementerio.

¡𝕸𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝐇𝒾𝓁𝑜 𝕽𝑜𝑗𝑜!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora