Capítulo 2

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˖⁺‧₊Noche de la luna roja☾₊‧⁺˖⋆♥

Y finalmente el anochecer había llegado, los tíos de Pucca habían salido de la cocina para ofrecer el gran banquete que hicieron esta vez por el día del amor y la amistad en la fiesta del pueblo, donde todos bailaban y cantaban esperando a que el color rojo cubriera por completo la luna para así ver sus hilos.

Garu estaba con su amigo Abyo quien como era costumbre le presumía sus nuevos movimientos de "Kung Fu" en lo que esperaba a Ching que se estaba arreglando al igual que Pucca, hasta que las vieron venir hacia ellos...

Ching llevaba sus dos trenzas esta vez atadas en un moño con ayuda de unos prendedores de flores rojas, tenía un kimono morado con detalles de cerezos blancos, y claro, su pequeña gallina Won estaba en su cabeza. Abyo quedó con la boca abierta, a lo que Garu la cerró alzando su mentón para luego mirar a Pucca.

Pucca aún tenía sus moños odango pero esta vez había dejado dos mechones de su cabello cubriendo sus orejas, sus labios los había pintado de carmesí, y tenía una sombra dorada con rosa sobre sus ojos, delineados y con rímel, cosa en la que le había ayudado Ching que sabía maquillarse bien, llevaba un vestido de escote en forma de corazón, con una falda voluminosa acompañada de velos que la hacían parecer una flor, sus zapatillas eran negras y brillantes.

—¡¡Te vez genial, Ching!! —exclamó Abyo acercándosele mientras la veía, la pureza de Ching la hacía lucir como un ángel y más cuando llevaba kimono... bueno, así la veía el de piel bronceada.

—Gracias, tú también te ves genial Abyo —dijo ella algo ruborizada.

—Siempre me veo genial, y eso que aún no me quitó la camisa. —dijo para luego saltar y hacer su característico gritó mientras rompía su camisa y dejaba a relucir su cuerpo.

—Sí... que diga, ¡vamos a bailar! —dijo Ching avergonzada y dándole una camisa de repuesto que siempre llevaba con ella.

—Bien, bien, los demás no podrán contra mi estilo- ¡digo! nuestro estilo —dijo sonriendo nervioso al final y poniéndose la camisa para luego llevar a su novia a bailar

—¡Diviértanse chicos! —dijo Ching a Pucca y Garu mientras se llevaba a su novio.

Garu rodó los ojos y para cuando volteó, vio a Pucca que lo miraba con una sonrisa tierna y riendo un poco, suponía que esperaba un halago, después de todo, realmente se veía hermosa... aunque eran cosas que a él no le interesaban, por lo que solo alzó el pulgar sin verla.

Pucca sonrió más y lo abrazó para comenzar a besarlo muchas veces en su mejilla, el ninja de coletas solo gruñó cruzado de brazos, esperando que la de vestido rojo se cansara, pero bueno, ella no lo dejaría tan fácil, estuvo toda la tarde con Ching eligiendo su atuendo de esta noche para verse como la chica más hermosa de Sooga y así Garu solo la viera a ella, aunque sabía que al ninja poco le importaban esas cosas... Ring-Ring ahora no le dirá que Garu podría estar con una chica más linda que ella.

Pucca quería ir a bailar por lo que tomó la mano del ninja para que la acompañara, sin embargo, el ninja se resistió, él no quería bailar. La de moños odango gruñó y comenzó a jalar a Garu, quien se negaba a ir casi arrastrando sus pies.

Pucca iba a desistir pero en la pista de baile vio a Ring-Ring que bailaba con un chico mientras se divertía, ella llevaba un vestido rosa de seda, con falda arriba de la rodilla y circular, con cada movimiento su vestido brillaba, tenía el escote que a diferencia del de Pucca, resaltaba más sus atributos, y claro, un innecesario corsé que resaltaba la cintura pequeña que tenía, de la misma tela estaban hechas sus botas de tacón de punta, su cabello estaba suelto y ondulado, teniendo una parte de este recogido con pasador de corazón rosa.

Pucca al verla, gruñó, no iba a esperar a que Ring-Ring la viera y le presumiera, piso el pie de Garu haciendo que este se quejara y así ella lo llevase a rastras a la pista de baile, donde tomó la mano del ninja poniéndola en su cintura y la otra alzándola, y claro, su aura tenebrosa hizo que el pálido terminara bailando estando asustado, no iba a esperar a que su "novia" realmente se enojara y lo mandara a la luna de un puñetazo.

Mientras bailaban de la forma más torpe posible, con Pucca pisando de vez en cuando los torpes pies de Garu que no tenía idea de cómo bailar, sin importar cuántas veces Pucca lo haya obligado a bailar, lo más asemejado que hacía era saltar...

Y pasaron un buen rato así, recibiendo besos de ella junto a una que otra pisada, hasta que todo en Sooga comenzaba a volverse rojo, la luna ya estaba casi completamente roja, Pucca emocionada sonrió y tomó la mano del ninja para llevarlo fuera de la fiesta al parque más alto de la aldea, él la siguió con dificultad por las pisadas en sus pies, y al llegar, jadeó cansado y se sentó en la primera banca que vio, mientras que la de vestido rojo miraba la luna estando emocionada.

Faltaba tan poco... muy poco

La poca luz blanca de la luna fue
desapareciendo...
hasta que el rojo la invadió por completo.

La luna roja estaba completa,
y brillaba de forma deslumbrante...

    Pucca gritó emocionada y se abalanzó a Garu para besarlo, sentándose a su lado mientras tomaba su rostro y cerraba sus ojos emocionada, el ninja quien no iba a moverse ni a oponerse, sabía que el día era especial para Pucca, y seguramente su rayo de esperanza se vería aniquilado esta noche...

     Iba a cerrar sus ojos, pero vio como su hilo comenzaba a mostrase en su dedo meñique y a extenderse poco a poco, por un momento parecía que iba a unirse al de Pucca, sin embargo, el hilo se siguió de largo bajo los pies de ella y más allá de la banca donde estaban.

El de coletas quedó atónito, pero más que el poder extenderse en su sensación de impacto, no dudo en separarse y crear un clon rápidamente para que este recibiera los besos de Pucca y luego correr tan rápido como era posible, sin importarle su dolor de pies o su impacto.

     Ese rayo de luz no se había esfumado, había crecido, pero también tenía miedo, pese a su problemática relación con Pucca, siempre supo que esperar a lado de ella si el hilo los unía, pero si no era ella... ¿con quién estaría unido?

¿Era alguien que desconocía, o
alguien que estaba más unido a él
en su rutina que la mismísima Pucca?

Pucca terminó notando al clon, lo golpeó para desaparecerlo y gruñir molesta, pero al ver su hilo en su meñique, sonrió y lo siguió, estaba más que convencida que este la guiaría a Garu... pero que equivocada estaba.

¡𝕸𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝐇𝒾𝓁𝑜 𝕽𝑜𝑗𝑜!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora