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—Deja de moverte —dice Cinna.

—No estoy moviéndome.

Entrelaza su brazo con el mío mientras me acompaña hacia el elevador. —Sí, te mueves. Y si te subes esa camiseta de tirantes sobre el escote otra vez, acabará con todo el propósito de tu pequeño vestido negro. —Lo agarra y lo baja de nuevo, y entonces mete la mano para ajustarme el sujetador.

—¡Cinna! —Lo alejo con una palmada y se ríe.

—Relájate, Katniss. He tocado tetas mucho mejores que las tuyas y todavía soy gay.

—Sí, pero apuesto a que esas tetas estaban pegadas a personas con las que probablemente sales más de una vez cada seis meses.

Cinna se ríe. —Cierto, pero eso es en parte tu culpa. Tú eres la que nos abandonó para ir a jugar con flores.

Cinna era una de mis personas favoritas en la firma de publicidad en la que solía trabajar, pero no éramos tan cercanos como para convertirnos en amigos fuera del trabajo. Se pasó por la floristería en la tarde y Madge le tomó cariño casi de inmediato. Le suplicó que viniera a la fiesta conmigo y como de verdad no quería aparecer sola, también terminé rogándole que me acompañara.

Me aliso el cabello con las manos y trato de atrapar mi reflejo en las paredes del elevador.

—¿Por qué estás tan nerviosa? —pregunta.

—No estoy nerviosa. Es solo que odio ir a lugares en los que no conozco a nadie.

Cinna me da una sonrisa conocedora y entonces dice—: ¿Cómo se llama?

Dejo escapar un suspiro reprimido. ¿Soy tan transparente? —Gale. Es neurocirujano. Y quiere acostarse conmigo, como demasiado.

—¿Cómo sabes que quiere acostarse contigo?

—Porque literalmente se arrodilló y dijo "Por favor, Katniss. Por favor, ten sexo conmigo".

Cinna arquea una ceja. —¿Te rogó?

Asiento. —No fue tan patético como suena. Por lo general, tiene más compostura.

El elevador suena y la puerta comienza a abrirse. Puedo escuchar la música que se eleva por el corredor. Cinna me toma de las manos y dice—: Entonces, ¿cuál es el plan? ¿Tengo que poner celoso a este tipo?

—No —digo, meneando la cabeza—. Eso no estaría bien. —Pero... Gale se esfuerza en demostrar cada vez que me ve que espera nunca verme de nuevo—. ¿Tal vez solo un poco? —digo, arrugando la nariz—. ¿Un poquitín?

Cinna perfila la mandíbula y dice—: Considéralo hecho. —Pone su mano en la parte baja de mi espalda cuando salimos del elevador. Solo hay una puerta visible en el corredor, así que nos acercamos y tocamos el timbre.

—¿Por qué solo hay una puerta? —dice.

—Es dueña de todo el piso superior.

Deja escapar una carcajada. —¿Y trabaja para ti? Maldición, tu vida solo sigue poniéndose más y más interesante.

La puerta comienza a abrirse, y me siento increíblemente aliviada de ver a Madge parada delante de mí. El apartamento se desborda con música y carcajadas. Sostiene una copa de champaña en una mano y una fusta en la otra. Me atrapa viendo la fusta con una expresión confundida en el rostro, entonces la arroja por encima de su hombro y agarra mi mano.

—Es una larga historia —dice riendo—. ¡Entren, entren!

Me lleva hacia el interior y aprieto la mano de Cinna, arrastrándolo a mis espaldas. Ella continúa guiándonos a través de una multitud de gente hasta que llegamos al otro lado de la sala de estar. —¡Hola! —dice, tirando del brazo de Tom. Él se gira y me sonríe, luego me acerca para darme un abrazo. Miro por encima de él, y alrededor de nosotros, pero no hay señales de Gale. Tal vez tuve suerte y lo llamaron para que trabajara la noche.

Terminamos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora