Pov. Katniss
Uno pierde las mañanas después de tener hijos. Solía abrir los ojos y quedarme tumbada en la cama durante varios minutos antes de agarrar el teléfono y ponerme al día de todo lo que me había perdido mientras dormía. Me tomaba una taza de café y luego planeaba mentalmente mi día mientras me duchaba.
Pero ahora que tengo a Emmy, su llanto mañanero me arranca de la cama y me convierto en su topo antes de tener tiempo de orinar. Me apresuro a cambiarla, vestirla y alimentarla. Para cuando termino con los deberes matutinos de madre, llego tarde al trabajo y apenas tengo tiempo de hacer esas cosas para mí.
Por eso aprecio los domingos por la mañana. Es el único día de la semana en el que tengo alguna sensación de calma. Cuando Emmy se despierta los domingos, siempre la llevo a la cama conmigo. Nos tumbamos juntas y la escucho balbucear y no hay ninguna prisa por levantarse o estar en algún sitio.
A veces, como ahora, se vuelve a dormir y me quedo mirándola durante largos ratos, maravillada por la maravilla que es la maternidad.
Agarro mi teléfono y le hago una foto para mandarle un mensaje a Gale, pero dudo antes de pulsar "enviar". No echo de menos a Gale en absoluto, pero me entristece en momentos como este que Gale no pueda hacer esto con nosotras, o que yo no pueda compartir las alegrías que tienen ellos juntos. No hay nada mejor que adorar al niño que has hecho con la persona con la que lo has hecho, por lo que siempre intento enviarle fotos y vídeos por mensaje de texto. Pero todavía estoy molesta por lo de anoche y no me apetece aún tenderle la mano. Me guardo la foto para un día más tranquilo.
Maldito Gale.
El divorcio es difícil. Sabía que lo sería, pero es mucho más difícil de lo que anticipé. Y navegar por el divorcio con una niña en el medio es un millón veces más difícil. Estás atrapada interactuando con esa persona por el resto de tu vida. Tienes que encontrar una manera de planear fiestas de cumpleaños juntos o encontrar una manera de estar bien con tener celebraciones separadas.
Hay que planificar qué días festivos puede pasar cada uno con su hijo, qué días de la semana, hasta las horas del día.
No puedes chasquear los dedos y terminar con la persona con la que te casaste y te divorciaste. Estás atrapado con ellos. Para siempre. Estoy atascada lidiando con los sentimientos de Gale para siempre, y francamente, estoy creciendo cansada de sentirme siempre apenada por él, preocupada por él, temerosa de él, considerando sus sentimientos.
¿Cuánto tiempo se supone que debo esperar antes de empezar a salir con alguien más sin que los celos de Gale estén justificados? ¿Cuánto tiempo tengo que esperar antes de decirle que estoy saliendo con Peeta si Peeta y yo nos convertimos en algo? ¿Cuánto tiempo tengo que esperar hasta que pueda empezar a tomar decisiones sobre mi propia vida sin preocuparme por sus sentimientos?
Mi teléfono vibra. Es mi madre la que llama. Me deslizo suavemente fuera de la cama para caminar hasta la sala de estar antes de contestar.
—Hola.
—¿Puedo tener a Emerson hoy?
Me río de su flagrante desprecio por su hija ahora que tiene una nieta.
—Estoy bien, ¿cómo estás tú?
Mi madre quiere a Emmy tanto como yo, estoy convencida de ello. Cuando Emmy cumplió seis semanas, mi madre empezó a llevársela durante unas horas mientras yo trabajaba. El mes pasado se quedó en su casa por una noche, fue la primera noche de Emmy lejos de mí desde que nació. Se había quedado dormida en casa de mi madre, y ninguna de las dos quería despertarla, así que regrese por ella a la mañana siguiente.
ESTÁS LEYENDO
Terminamos...
Teen Fiction"EL AMOR DUELE..." ¿cuántas veces hemos escuchado y creído esa frase? ¿Será cierta o simplemente no conocemos la definición de amor y el cómo debe vivirse? Katniss (como muchas otras personas) creció en un hogar disfuncional, donde la idea del amor...