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Hola... pido disculpas por desaparecerme pero heme aquí, trataré de terminar en este fin de semana la adaptación. 

Capítulo 13

Pov. Peeta

Es increíble cómo una noche puede pasar de ser algo que he estado esperando que sucediera durante años, a algo que he estado temiendo que sucediera durante años.

Si no hubiera recibido ese mensaje justo cuando estaba dejando a Katniss, la habría besado. Pero quiero que nuestro primer beso como adultos esté libre de distracción.

El mensaje era de Darin, informándome de que mi madre está en Bib's. No le dije a Katniss sobre el mensaje porque todavía no le había dicho que mi madre estaba intentando volver a mi vida. Y entonces, tan pronto como le dije que mi madre me había llamado, me arrepentí. La cita estaba yendo tan bien, y estaba arriesgando eso al terminar con una nota tan sombría.

No le devolví el mensaje a Darin porque no quería interrumpir mi tiempo con Katniss. Pero incluso después de que la cita terminara y nos fuéramos en autos separados, seguí sin contestarle a Darin. Conduje durante media hora tratando de averiguar qué hacer.

Espero que mi madre se haya cansado de esperarme. Me tomé mi tiempo en llegar de nuevo al restaurante, pero ya estoy aquí, y supongo que tengo que enfrentarme a esto. Parece que se empeña en hablar conmigo.

Me estaciono en el callejón detrás de Bib's para poder entrar por la puerta trasera en caso de que ella esté esperando en el vestíbulo del restaurante, o en una mesa. No estoy seguro de que me reconocería si me viera, pero prefiero tener la ventaja de acercarme a ella en mis condiciones.

Darin se da cuenta de que entro por la puerta trasera y se acerca inmediatamente.

—¿Recibiste mi mensaje?

Asiento con la cabeza y me quito el abrigo.

—Lo recibí. ¿Sigue aquí?

—Sí, insistió en esperar. La senté en la mesa ocho.

—Gracias.

Darin me mira con cautela.

—Quizás me estoy pasando, pero... creí que dijiste que tu madre estaba muerta.

Eso casi me hace reír.

—Nunca dije que estuviera muerta. Dije que se había ido, que es diferente.

—Puedo decirle que no vas a venir esta noche. Debe sentir la tormenta que se avecina.

—Está bien. Tengo la sensación de que no se irá hasta que hable con ella.

Darin asiente y da la vuelta para volver a su puesto en la cocina.

Me alegro de que no haga demasiadas preguntas, ya que no tengo ni idea de por qué está aquí, o quién es ahora. Probablemente quiera dinero. Diablos, yo se lo daría si eso significa que no tengo que lidiar con ella llamando o apareciendo de nuevo.

Debería prepararme para eso. Voy a mi oficina y agarro un puñado de dinero en efectivo de la caja fuerte y luego me dirijo a través de las puertas de la cocina, hacia el restaurante. Dudo antes de echar un vistazo a la mesa ocho. Cuando lo hago, me alivia ver que está de espaldas a mí.

Me calmo respirando profundamente y me dirijo hacia ella. No quiero tener que abrazarla ni fingir amabilidades, así que no dejo pasar el tiempo entre el contacto visual y me siento justo enfrente de ella.

Tiene la misma expresión de siempre cuando me mira a través de la mesa. Hay un pequeño ceño fruncido en la comisura de su boca, pero siempre está ahí. Constantemente, aunque sin querer, frunce el ceño.

Terminamos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora