13

56 4 0
                                    

Gale: ¿Estás en casa o en el trabajo?

Yo: Trabajo. Debería terminar en una hora.

Gale: ¿Puedo ir a verte?

Yo: ¿Sabes cómo la gente dice que no hay tal cosa como una pregunta estúpida? Bueno están equivocados. Esa fue una pregunta estúpida.

Gale: 😁

Media hora más tarde, está llamando a la puerta principal de la floristería.

Cerré la tienda hace casi tres horas, pero sigo aquí, tratando de poner al día el caos del primer mes. La tienda aún es demasiado nueva para tener una proyección de lo bien o mal que le está yendo. Algunos días son buenos y algunos tan lentos que envío Madge a casa. Pero en general estoy contenta con la forma en que ha ido hasta ahora.

Y feliz en cómo están yendo las cosas con Gale.

Desbloqueo la puerta para dejarlo entrar. Lleva su bata color azul claro de nuevo, y todavía tiene el estetoscopio alrededor de su cuello. Fresco del trabajo. Un buen toque. Lo juro, cada vez que lo veo después de una de sus guardias, tengo que esconder una estúpida sonrisa en mi rostro. Le doy un rápido beso y luego me vuelvo hacia la oficina. —Tengo algunas cosas que terminar y después podemos ir a mi casa.

Me sigue a la oficina y cierra la puerta. —¿Conseguiste un sofá? —pregunta, mirando alrededor.

He pasado algo de esta semana poniendo los toques finales. Compré un par de lámparas así no tengo que prender las abrumadoras luces fluorescentes. Las lámparas le dan un suave brillo. También compré algunas plantas para mantener de forma permanente. No es un jardín, pero es lo que más se le acerca. Se ha recorrido un largo camino desde que este espacio era utilizado como un almacén de cajas de vegetales.

Gale camina hacia el sofá y cae sobre él con la cara primero. —Tómate tu tiempo —murmura contra el cojín—. Solo tomaré una siesta hasta que termines.

Algunas veces me preocupa lo mucho que se exige con el trabajo, pero no digo nada. He estado sentada en la oficina doce horas, así que no tengo mucho que decir cuando se trata de ser demasiado ambicioso.

Paso los próximos quince minutos finalizando pedidos. Cuando he acabado, cierro mi laptop y miro hacia Gale.

Pensaba que estaría dormido, pero en vez de eso se encuentra acostado de lado con la cabeza apoyada sobre la mano. Me ha estado mirando todo este tiempo, y ver la sonrisa en su rostro me hace enrojecer. Empujo mi silla hacia atrás y me levanto.

—Katniss, creo que me gustas demasiado —dice mientras me dirijo hacia él.

Arrugo la nariz mientras se sienta en el sofá y me empuja hacia su regazo. —¿Demasiado? Eso no suena como un cumplido.

—Es porque no sé si lo sea —dice. Ajusta mis piernas a cada lado de él y luego envuelve sus brazos sobre mi cintura—. Esta es mi primera relación real. No sé si se supone que me gustes tanto ya. No quiero asustarte.

Me río. —Como si eso pudiera pasar. Trabajas demasiado como para asfixiarme.

Frota con sus manos mi espalda. —¿Te molesta que trabaje tanto?

Sacudo la cabeza. —No. Me preocupa algunas veces porque no quiero que te desgastes. Pero no me importa tener que compartirte con tu pasión. En realidad, me gusta lo ambicioso que eres. Es algo sexy. Puede que sea lo que más me gusta de ti.

—¿Sabes lo que me gusta más de ti?

—Ya sé la respuesta —digo, sonriendo—. Mi boca.

Inclina la cabeza contra el sofá. —Ah sí. Eso es lo primero. Pero, ¿sabes la segunda cosa que me gusta más de ti?

Terminamos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora