Termino de enjuagar los pinceles y luego me alejo del cuarto del bebé para admirar el mural. Pasé la mayor parte del día de ayer y de hoy pintándolo.
Han pasado dos semanas desde que Gale vino y armó la cuna. Ahora que el mural está terminado y traje unas cuantas plantas más de la tienda, se siente como si el cuarto del bebé estuviera finalizado por completo. Echo un vistazo a mí alrededor y me entristece un poco que nadie esté aquí para contemplarlo conmigo. Agarro mi teléfono, y le envío un mensaje a Madge.
Yo: ¡El mural está terminado! Deberías venir a verlo.
Madge: No estoy en casa. Haciendo trámites. Pero iré mañana a verlo.
Frunzo el ceño y decido enviarle un mensaje a mamá. Tiene que trabajar mañana, pero sé que estará tan de emocionada de verlo como yo de terminarlo.
Yo: ¿Tienes ganas de venir esta noche? El cuarto del bebé está listo.
Mamá: No puedo. Hay un recital esta noche en la escuela. Llegaré tarde a casa. ¡No puedo esperar a verlo! ¡Me pasaré por allá mañana!
Me siento en la mecedora y sé que no debería hacer lo que estoy a punto de hacer, pero lo hago de todos modos.
Yo: El cuarto del bebé está listo. ¿Quieres venir a verlo?
Cada nervio de mi cuerpo revive en cuanto presiono "enviar". Observo el teléfono hasta que su respuesta aparece.
Gale: Por supuesto. Voy ahora mismo.
De inmediato, me pongo de pie y comienzo a terminar los últimos detalles. Ahueco los cojines en el sillón y estiro una de las cortinas. Apenas llego a la puerta principal cuando escucho su toque. La abro y, maldita sea. Está usando uniforme.
Me hago a un lado cuando entra a la casa.
―Madge dijo que estabas pintando un mural.
Lo sigo por el pasillo hacia el cuarto del bebé.
―Me llevó dos días terminarlo ―le digo―. Siento como si hubiera corrido una maratón, y todo lo que hice fue subir y bajar una escalera unas pocas veces.
Echa un vistazo sobre su hombro y veo la preocupación en su rostro. Le preocupa que estuviera aquí haciéndolo sola. No debería preocuparle. Puedo manejarlo.
Cuando llegamos al cuarto, se detiene en el marco de la puerta. En la pared del fondo, pinté un jardín. Está lleno con casi cada fruta y vegetal que pude pensar que crece en un jardín. No soy una pintora, pero es increíble lo que puedes hacer con un proyector y papel transparente.
―Guau ―dice Gale.
Sonrío, porque reconozco la sorpresa en su voz y sé que es genuina. Entra al cuarto y mira alrededor, sacudiendo la cabeza mientras lo hace.
―Katniss. Es... guau.
Si fuera Madge, yo aplaudiría y saltaría de arriba a abajo. Pero es Gale y, por cómo están las cosas entre nosotros, eso sería un poquito incómodo.
Camina hacia la ventana donde coloqué un columpio para bebés. Le da un pequeño empujón y este comienza a balancearse de lado a lado.
―También se mueve de adelante hacia atrás ―le digo. No sé si sabe algo de columpios de bebés, pero a mí me impresionó bastante esa característica.
Se dirige hacia el cambiador y saca un pañal del porta pañales. Lo abre y lo sostiene frente a él. ―Es tan pequeño ―dice―. No recuerdo que Galee fuera tan pequeña.
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Terminamos...
Teen Fiction"EL AMOR DUELE..." ¿cuántas veces hemos escuchado y creído esa frase? ¿Será cierta o simplemente no conocemos la definición de amor y el cómo debe vivirse? Katniss (como muchas otras personas) creció en un hogar disfuncional, donde la idea del amor...