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Mamá: Te extraño. ¿Cuándo voy a verte?

Miro el mensaje. Han pasado dos días desde que Gale descubrió que estoy embarazada. Sé que es momento de decirle a mi mamá. No me encuentro nerviosa por decirle que estoy embarazada. Lo único que me asusta es discutir mi situación con Gale con ella.

También te extraño. Iré mañana en la tarde. ¿Puedes hacer lasaña?

Tan pronto como cierro su mensaje, llega otro.

Madge: Ven arriba y cena con nosotros hoy. Es noche de pizza casera.

No he estado en el departamento de Madge en un par de días. Desde antes que Gale volviera a casa. No me encuentro segura de donde se queda, pero asumo que es con ellos. Lo último que quiero ahora mismo es estar en el mismo apartamento con él.

¿Quiénes serán los que estén allí?

Madge: Katniss... No te haría eso. Él está trabajando hasta las ocho de la mañana de mañana. Solo seremos nosotros tres.

Me conoce demasiado bien. Le respondo el mensaje y le digo que iré tan pronto como termine con el trabajo.

***

—¿Qué comen los bebés a esa edad?

Todos nos hallamos sentados alrededor de la mesa. Galee estaba dormida cuando llegué aquí, pero la desperté para poder cargarla. A Madge no le importó, dijo que no quería que estuviera completamente despierta cuando esté lista para irse a la cama.

—Leche materna —dice Tom con la boca llena—. Pero algunas veces meto el dedo en la soda y se lo pongo en la boca para que pueda probarla.

—¡Tom! —grita Madge—. Será mejor que estés bromeando.

—Es completamente en broma —dice, aunque no puedo decir si en verdad lo es.

—¿Pero cuando empiezan a comer comida de bebé? —pregunto. Imagino que necesito aprender estas cosas antes de dar a luz.

—Alrededor de los cuatro meses —dice Madge con un bostezo. Deja caer el tenedor y se recuesta en su silla, frotándose los ojos.

—¿Quieres que la lleve a mi departamento esta noche para que ustedes puedan tener una noche completa de sueño?

Madge dice—: No, está bien.

Al mismo tiempo que Tom dice—: Eso sería genial.

Rio. —En serio. Vivo justo bajando las escaleras. No trabajo mañana así que si no duermo nada esta noche puedo simplemente dormir mañana.

Rio. —En serio. Vivo justo bajando las escaleras. No trabajo mañana así que si no duermo nada esta noche puedo simplemente dormir mañana.

Madge luce como si lo contemplara por un momento. —Puedo dejar mi celular en caso que me necesites.

Bajo la mirada hacia Galee y sonrió. —¿Escuchaste eso? ¡Vas a tener una pijamada con la tía Katniss!

***

Con todo lo que Madge lanza a la pañalera, parece que estuviera a punto de llevar a Galee en un viaje por todo del país. —Te dejará saber cuándo tiene hambre. No uses el microondas para calentar la leche, solo ponla en...

—Lo sé —la interrumpo—. Le he preparado cincuenta biberones desde que nació.

Asiente y se acerca a la cama. Deja caer la pañalera a mi lado. Tom se encuentra en la sala de estar alimentado a Galee por última vez, así que Madge se acuesta a mi lado en la cama mientras esperamos. Apoya la cabeza en su mano. —¿Sabes lo que significa esto? —pregunta.

—No. ¿Qué?

—Que tendré sexo esta noche. Han pasado cuatro meses.

Frunzo la nariz. —No necesitaba saber eso.

Se ríe y cae sobre las almohadas, pero luego se sienta derecha. —Mierda —dice—. Probablemente debería afeitarme las piernas. Creo que han pasado cuatro meses desde que hice eso, también.

Me río, pero luego jadeo. Mis manos se mueven rápidamente a mi estómago. —¡Oh, Dios mío! ¡Acabo de sentir algo!

—¿En serio? —Madge pone las manos sobre mi estómago y las dos permanecemos quietas por los próximos cinco minutos mientras esperamos que algo pase de nuevo. Lo hace, pero es tan suave, es casi imperceptible. Vuelvo a reí tan pronto como pasa.

—No sentí nada —dice, haciendo puchero—. Sin embargo, supongo que faltan unas semanas para que se pueda sentirse desde afuera. ¿Es la primera vez que lo sientes moverse?

—Sí. He estado asustada de estar criando al bebé más flojo de la historia. — Mantengo las manos en mi estómago, esperando sentirlo de nuevo. Nos sentamos quietas por unos minutos más, y no puedo evitar desear que mis circunstancias fueran diferentes. Gale debería estar aquí. Debería ser quien esté sentado a mi lado con las manos sobre mi estómago. No Madge.

El pensamiento casi elimina toda la alegría que estoy sintiendo. Madge debe notarlo, porque pone una mano sobre la mía y aprieta. Cuando la miro, ya no está sonriendo.

—Katniss —dice—. He querido decirte algo.

Oh, Dios. No me gusta el tono de su voz.

—¿Qué?

Suspira y luego fuerza una sonrisa triste. —Sé que te encuentras triste porque vas a atravesar esto sin mi hermano. Sin importar cuán involucrado esté, solo quiero que sepas que esta es la mejor cosa que experimentarás en tu vida. Vas a ser una gran mamá, Katniss. Este bebé es realmente afortunado.

Me alegra que sea Madge quien está aquí ahora mismo, porque sus palabras me hacen reír, llorar, y moquear como una adolescente hormonal. La abrazo y le agradezco. Es increíble como el oír esas palabras me devuelve la alegría que estaba sintiendo.

Sonríe y luego me dice—: Ahora ve a buscar a mi bebé y llévatela de aquí para que yo pueda tener un poco de sexo con mi asquerosamente rico esposo.

Salgo de la cama y me pongo de pie. —Seguro que sabes cómo darle ligereza a una situación. Diría que es tu punto fuerte.

Sonríe. —Eso es para lo que estoy aquí. Ahora vete.

Terminamos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora