Manos a la obra.

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Si las miradas mataran, Ishigami Senku ya hubiese desaparecido a las cinco personas que tenía como generales en aquel mundo de piedra. Diez mil millones por siento seguro.

Sentados se encontraban todos en el taller de Yuzuriha, esperando a que el científico dejara de ser un necio y accediera a ponerse la ropa.

Hoy no había prisas, hoy era domingo, por lo cual las personas del reino científico tenían el día libre. Los generales, a pesar de no tomarse el día libre, si tenían una considerable menor cantidad de trabajo, por lo cual no había que ponerse a trabajar tan temprano.

-Senku, por favor...

La chica le insiste para que se dejara vestir de una vez. Este, sin duda alguna, era uno de los mejores vestuarios que había hecho, y se moría de ganas por verselo puesto a su mejor amigo.

El chico niega una vez más. Llevaban sin mentirles como hora y media intentando que Senku se pusiera la ropa.

-Yo no me voy a poner nada hasta que esos imbeciles- Los señala con el dedo. -Se vayan.

Pero los demás generales parchados estaban sentados en aquel lugar, Yuzu como el ser de Dios que era les había ofrecido un té caliente y un par de galletas que tenía guardadas. Los generales comían y se burlaban de el científico.

-¿Cuando empieza el espespectaculo pues? Pónganle la ropa al payaso.

Descaradamente se burla el mentalista del grupo antes de darle un sorbo a su tasa de té, provocando así un par de carcajadas a sus compañeros.

-Ya, Yuzuriha, no nos dejes con la intriga, ¿que clase de ropa hiciste esta vez?

Chrome ciertamente se encontraba más emocionado por ver la ropa que por burlarse de su compañero, es más, no entendía el porqué a los demás les había causado gracia que Senku se hubiese puesto aquel uniforme el día anterior, pero no le daba importancia. Tal vez para los del mundo antiguo la ropa de este mundo de piedra era sumamente básica, pero para él que sólo había conocido ropa de cuero, esto que le mostraba Yuzuriha era como magia ante sus ojos. Era ciencia, y Chrome siempre se iba a entusiasmar con la ciencia.

-Es una sorpresa~- Canturea la chica. -Pero estoy seguro de que les va a gustar, me quedó muy bonito.

Conocía ese tono que usaba la costurera, y por aquella razón el más inteligente de la habitación se prepara mentalmente para verse a sí mismo con, yo que se, lencería. Ese tono que había utilizado Yuzuriha solo se debía a una cosa: había hecho una travesura.

-¿Y aceptas nuevas propuestas para la ropa de los siguientes días?

Sinceramente Tsukasa no tenía ninguna propuesta para hacerle, sin embargo disfrutó ver como aquella sola pregunta lograba alterar a el científico.

-¡No! ¡No voy a permitir que me vuelvan a usar para calmar sus filias y fetiches sexuales!

Un leve rubor apareció en el rostro de Ukyo, pero decidió hacerse el de las gafas dándole un sorbo a su té.

-¿Filias... y fetiches?

La vocecita de la única mujer presente sale apenas audible, estaba muy confundida y sus mejillas comenzaban a agarrar un color rosa suave.

Se miran, maldición, los que ayer se estaban comiendo la lengua conectan miradas casi al instante. Ishigami sonríe, tiene la ventaja. Saionji se pone aún más rojo, tiene todas las de perder.

-¡Es que yo no te conté, Yuzuriha, lo que pasó ayer! ¡Te vas a morir cuando lo escuches!

-¡Siéntate, Senku! ¡Cierra la boca!

Apostar Y Perder.  ♡Dr. Stone. SenkuHarem♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora