Apostar Y Perder. ♡Dr. Stone. SenkuHarem♡

Distintas formas de querer.

Senku nunca esperó amar tanto estar metido en el bosque, recogiendo flores y perdiendo el tiempo. Lo amaba porque de aquella forma nadie podía verlo vestir aquel estúpido traje que le habían puesto.

Decir que los comandantes se habían reído de el es poco. No estaban preparados, ellos esperaban un vestido o algo, pero, cuando se dieron media vuelta para verlo, y pusieron sus ojos sobre Ishigami conejo Senku, estallaron a carcajadas pensando que se trataba de una broma. Sin mentirles, fácil fue media hora de burlas y risas, en el piso terminaron todos.

Mientras ellos seguían intentando agarra aire y tranquilizarse, Yuzuriha nuevamente le puso algo de base a Senku para tapar la mancha roja que aún permanecía al rededor de sus labios. Poco a poco el pigmento se iba cayendo, pero igual ahí seguía.

Y solo para mantener aún más humilde a Ishigami, la costurera no me dio ni unas chancletas, a pies descalzos lo dejó, ¿Su excusa? Que como no iba a caminar era un desperdicio hacerle. Solo aquello le faltaba al científico.

Estuvo el resto del tiempo sentado, esperando que sus amigos se levantaran del suelo, pensando en aquello que lo tenía intranquilo: faltaban medicamentos en el laboratorio, incluso más que el día anterior. Si los comandantes no le habían notificado haber tomado medicina, significaba que ellos no habían sido, o tal vez se les había olvidado informar, pero no lo creía muy posible. La opción más viable era que alguien estuviese robando, pero, aunque fuese lo más probable, no tenía ningún indicio o pruebas de que eso fuese verdad.

Senku tenía planeado hablar de esto con los demás después de vestirse, pero como los vio haciendo el idiota prefirió dejarlo para después, además de que, pues, no daba mucha autoridad con aquella ropa.

De hecho, no tenía nada de autoridad aquel día, por lo cual no podía ordenarles que dejaran de ser imbeciles y se fueran a trabajar. Aquel día le tocaba fluir con lo que tuviese el destino para darle.

Cuando finalmente los comandantes pudieron mirarlo sin soltarse a reír, decidieron que era momento de regresar a sus trabajos habituales. Tsukasa una vez más se lo echó a la espalda, y salieron de aquel lugar junto con Mirai y Suika, que sorpresivamente era la que sabia donde conseguir las mejores flores.

La gente se lo queda mirando al pasar. Algunos se ríen de él, algunos otros solo lo miran sin entender nada,  y a otros simplemente no les importa. Ishigami toma aire profundamente y decide apoyar su mentón en el hombro del mayor y así intentar relajarse así sea un poco, vamos, si no iba a ser un día muy largo. Si no tenía solución, si no podía hacer nada por evitarlo, el científico prefería entonces no preocuparse y martirisarse.

Aparte de las personas que ríen, que miran y que ignoran, hay un grupo de personas que lo saludan, ya sea con palabras, con la cabeza o con las manos. Pero se da cuenta de que no lo saludan a él, saludan a Tsukasa, porque la mayoria de personas pertenecieron antes al imperio de Tsukasa, y porque aun hay gente que lo reconoce como único líder y lo sigue fielmente a él, no a Senku. Habían personas que aún no aceptaban a Senku, no aceptaban haber perdido ante el reino científico.

Ishigami pasa sus brazos al rededor del cuello ajeno y lo abraza, intentando demostrar que ellos estaban juntos no en una alianza momentánea que se podía romper en cualquier momento y así volver a la guerra, si no porque había sabido superar sus diferencias y trabajar juntos. Senku quería mostrarles a los demás que no eran enemigos y que todo esto no era una simple actuación... ya saben, para que después no vayan a haber inconvenientes con los habitantes del reino y así pudiesen confiar en él y que en un futuro no hubiesen revueltas.

-¿Senku?

Cuestiona el primate más fuerte, sintiéndose extrañado por aquella muestra de afecto, pero no incómodo. El susodicho guarda silencio por un rato, hasta que, sin saber de dónde vienen y el porqué de las palabras, habla en un tono como distante, como si estuviese metido en su mente, en sus recuerdos: