Opción equivocada.

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Ante sus ojos, Ishigami Senku tenía dos opciones: irse a buscar a otra persona o quedarse y enfrentar al ladrón por su propia cuenta.

Era consiente de su posición en aquel momento, quitando el claro hecho de que tenía un pie lastimado, no poseía la mínima fuerza física para defenderse si es que el sujeto en cuestión decidía utilizar la violencia.

La persona que había estado robando, y que aún no se percataba de su presencia, era uno de los revivimos por Tsukasa. Era fuerte, bastante a decir verdad, tal vez por eso lo habían despetrificado, porque, realmente, era en lo único que brillaba. Siempre estaba en la zona de construcción del barco, y nunca había resaltado ni nada parecido ya que solía acatar las órdenes de manera impecable y sin chistar.

Era, quien dice, un extra del fondo. Su nombre era Kusuri. Alto, fornido, tes un poco bronceada, cabello corto y negro, realmente no había nada en su persona que resaltara.

Ahora bien, a Senku si le extrañaba que esta persona fuera el causante de la desaparición de los analgésicos, principalmente por aquella razón de que era alguien totalmente ordinario. Siempre era respetuoso y trabajador, amigable y un poco tímido, pero, sobre todo, era alguien bueno, alguien de quien nunca tuvo que preocuparse. Era tan ordinario y común y, si se acordaba de su nombre era por su asombrosa memoria, porque puede jurar que tres palabras ha compartido con el chico.

Sin embargo ahí estaba, la definición de una persona ejemplar y normal cometiendo un crimen grave.

Si hubiese ingerido las pastillas porque le dolía algo, Senku lo hubiese dejado pasar. Posiblemente lo hubiera reprendido, tal vez unas horas de castigo, pero hasta ahí.

Pero esa no era la situación, lamentablemente. Lo que ocurría delante de sus ojos era que este chico había tomado una cantidad excesiva de analgésicos, más específicamente narcóticos, los estaba triturando con desesperación en un mortero de laboratorio y, a medida que lo hacía polvo, lo iba inhalando.

En otras palabras: se estaba drogando.

Decir que Ishigami estaba iracundo era quedarse corto. Costaba tanto hacer aquel medicamento y esta persona, además de robarlo, le estaba dando el peor uso posible.

Ganas no le faltaban a Senku de gritarle a este sujeto, pero sabía que esa era la opción incorrecta. Kusuri, a pesar de que nunca se había presentado como alguien violento o agresivo, ahora se encontraba bajo los efectos de las drogas, y, en consecuencia, no estaba en sus cinco sentidos, por lo cual era realmente peligroso que Senku intentara reprenderlo, es más, solo estar ahí de pie ya significaba un riesgo.

Con la impotencia y la rabia taladrandole la cabeza, opta por mejor salir del laboratorio y pedir ayuda a cualquiera que se le atravesara, hasta Ginro podía hacer más que él.

Pero quiero recordarles a todos que Ishigami Senku había nacido empapado en mala suerte, y así pues, cuando intentó dar media vuelta en silencio para poder retirarse por apoyo, golpea accidentalmente un vaso precipitado que se encuentra en el suelo, el cual hace el suficiente ruido como para llamar la atención del hombre agachado en el piso.

El hombre se sobresalta en ese instante, como si de repente alguien hubiese reventado la burbuja de su ensoñación. Levanta su vista al científico, y Senku, al ver las pupilas dilatadas y sus ojos rojos, se dio cuenta de que se había metido en una situación complicada, y que cualquier paso en falso podría significar peligro.

Kusuri suelta un jadeo de sorpresa y terror al ser sorprendido en dicha situación, intentó retroceder pero su espalda ya había chocado contra la pared. No tenía escapatoria, ninguno de los dos la tenía.

-¡S-Senku! No... no es... no... yo...

Era incapaz de conectar un hilo de palabras, tal vez por la droga, tal vez por el susto que estaba pasando.

Apostar Y Perder.  ♡Dr. Stone. SenkuHarem♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora