CAPÍTULO 20

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«Horas atrás»

Pain.

Seungmin.

—Kim Seungmin.

Me sobresalto cuando escucho a Christopher llamarme.

Ay no...

Un leve tirón, me hace caer en cuenta de que si, efectivamente, está enojado.

Doble ay no...

Volteó lentamente viendo como se acerca a mí con la mandíbula tensa.

¿Ya dije ay no?

—Capitán Bang —digo cuando se detiene frente a mí.

Bufa y frunce el ceño.

—¿Qué te he dicho, cariño? —levanta mi mentón y lo inclina de un lado a otro viéndolo detalladamente.

—Que te prende que te diga así...

Detiene sus movimientos y me observa serio.

—Eso no, Seungmin —resopla y suelto una risita.

—Que no me exija demasiado, no ponerme en peligro y atacar directamente si hay movimiento sospechoso.

—¡Exacto! —exclama—. Pero mira como te agarro, te pudo haber lastimado, Minnie —señala mi mentón.

—Pero no pasó, además misión completada, hecho —me encojo de hombros.

misiin cimplitidi —repite—. ¿El beso también era parte de la misión?

—No lo bese —niego divertido.

—Estuviste a esto Seungmin —hace una seña con sus dedos—. ¡A esto!

Me río.

—No iba a hacerlo, Channie.

Sus ojos se iluminan y me regala una sonrisa  que resalta su hoyuelo.

Estoy putamadre enamorado.

—Lo sé, bebé —esta vez me agarra del menton para dejar un beso sobre mis labios.

Sonrío y deja más besos, esta vez aprieta más fuerte y me quejo.

—Ves que si te lastimo —suelta un suspiro y se agarra el puente de la nariz negando con la cabeza.

—Agarraste duro —digo berrinchudo.

Ajam —caminamos hacía la salida y me agarra de la mano—. Hora de ir a casa.

Casa.

—Minnie, necesito que llames a Sam por el intercomunicador, ahora —su voz me sobresalta, últimamente me quedo dormido en todo lado

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—Minnie, necesito que llames a Sam por el intercomunicador, ahora —su voz me sobresalta, últimamente me quedo dormido en todo lado.

—¿Qué sucede?

—Hazlo, Seungmin —mira por el retrovisor y acelera más.

¿Qué pasa?

—Pide refuerzos y envía la ubicación —sigue ordenándome y Sam no contesta...

Un leve pitido suena.

—Sam necesito que mandes refuerzo a la ubicación que te acabo de enviar —hablo rápidamente.

—¿Qué pasa?

—¡Hazlo! —grita Christopher y me sobresalta.

¿Qué...?

—Escúchame, Minnie —dice—. Vas a ponerte el chaleco antibalas y te vas a tirar de la camioneta cuando yo te lo ordene ¿De acuerdo?

—¿De qué hablas, Christopher?

—Lo harás, ¿De acuerdo?

Niego con la cabeza y los ojos se me empiezan a llenar de lágrimas.

¿Qué mierda está pasando?

Miro hacía atrás viendo cómo varias camionetas nos siguen.

¿Qué mierda?

—¿Quiénes son?

—No lo sé...

Miente, miente y yo sé que lo hace.

—Ponte el chaleco, amor.

—Déjame ayudarte —se niega rápidamente—. Hasta que lleguen los refuerzos, Chris, no te dejaré aquí ¿Si?

Intenta negarse de nuevo pero yo alisto rápidamente una de las armas que tenemos en el asiento trasero y bajo la ventana.

En cuestión de segundos empiezo a disparar a las llantas de las camionetas y se van quedando atrás.

Un suspiro cansado sale de su garganta y trago asustado.

¿Qué está pasando?

El malestar por medio del lazo no parece detenerse y sé que no es de mi parte.

—¿Qué pasa, Channie? —me acomodo y dejo deslizar mi mano por su mejilla limpiando una lágrima.

—Estaremos bien, estarán bien.

Frunzo el ceño ante lo que dice.

—¿Uh?

—Nos alcanzaron.

—Channie...

—Pase lo que pase, no te dejaré ¿Bien?, Irás con Felix —me mira—. Prometelo.

—Lo prometo —tartamudeo.

Un golpe sordo hace que el auto pierda un poco el control, Christopher lo recupera y suspira.

Está bajando la velocidad.

Ay no...

—Vas a correr ¿De acuerdo?

Niego con la cabeza y él me sigue insistiendo.

Ya no queda nada.

Un auto detiene nuestro camino, y quiero negarme a asimilar esto, de verdad.

Antes de siquiera correr alguien me agarra el brazo y tapa mi boca, me retuerzo intentando safarme de él, pero es imposible.

Mis ojos desbordan lágrimas al ver como Christopher está intentando defenderse de los hombres que le atacan.

No hay salida.

Lo amarran rápidamente y conectamos miradas.

Su mirada muestra rabia y no baja mucho la intensidad al verme.

Niego con la cabeza intentando llegar hasta él pero se lo llevan.

Lo están alejando de mí...

El hombre que me sostiene me empuja y caigo en un golpe sordo al suelo, por suerte me sostuve de mis brazos.

Las camionetas empiezan a irse y no sé que hacer.

Estoy seguro de que mis sollozos cada vez se escuchan más fuertes, hay gente a mí al rededor y escucho vagamente el sonido de sirenas a lo lejos.

Pero yo solo puedo pensar en que no le dije...

No le dije que esperamos un bebé.

In Your Eyes | Changlix OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora