CAPÍTULO 37

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Stay.

Changbin.

Pierdo la cuenta de los segundos que llevo mirando el techo de mi habitación de la misma manera en la que he perdido la cuenta de las veces que Felix ha temblado en mis brazos. Sigue durmiendo, pero al parecer hay algo que lo carcome realmente, incluso en sus sueños.

Incluso su aura y su aroma han cambiado, ¿Cómo es que no me he dado cuenta?

Se remueve en mis brazos y la atmósfera cambia cuando se da cuenta cómo está ubicado. Pero incluso cuando pienso que se va a alejar solo se acerca y se aprieta más cerca de mí.

Ignorando los ojos adormilados que me observan vuelvo a mirar al techo. Él suspira y hace círculos con su mano en mi abdomen.

—Buenos días —murmura y cierro los ojos.

—Buenos días.

Y ahí muere la conversación, con solo nuestras respiraciones acompañándonos.

—Bin...

—Lo decía en serio, Felix.

—¿Qué cosa? —su tono de voz es confundido a la vez que temeroso.

—No quiero que te vayas —volteo a verlo y sus ojitos brillan.

No dice nada y baja la mirada, hago una mueca y mi mirada se aleja nuevamente de él. Estoy sinceramente cansado de esperar algo que no va a llegar.

—Está bien... —murmura lo suficientemente bajo porque aún así puedo escucharlo.

—¿Qué dijiste? —inquiero y fijo mi mirada en él.

—Me quedaré aquí... contigo.

Y aunque aún falten muchas respuestas, esta es suficiente para que yo me incline y lo bese de la manera en la que tanto esperé estos días.

Instantes más tarde ahora el se encuentra sobre mi cuerpo y yo sigo con mi tarea de hacerlo sentir bien lo más que puedo.

Estar así después de las discusiones anteriores sigue sintiéndose irreal y de cierta manera me hace sentir vulnerable, pero con él siempre he sido vulnerable.

—Sigues apestando a alcohol —me observa con sus manos en mi pecho y su cara recostada brevemente en ellas.

—Ujum —murmuro en respuesta, me estoy quedando dormido de nuevo—. Debería ir a darme una ducha —cierro los ojos.

Felix ríe pero su risa se apaga brevemente y abro los ojos de nuevo.

—Antes debo mostrarte algo.

Se sienta en mi regazo y se estira hasta la mesita de noche, estoy seguro que existe otra manera de alcanzar las cosas y no rozando todo su cuerpo contra el mío.

Sin embargo no digo nada cuando se vuelve a acomodar y me entrega su teléfono, frunzo mis cejas en confusión y él lo desbloquea entrando a un chat.

Lo que antes era confusión ahora es una mezcla entre enojo y frustración.

Así que por esto era...

Me enseña con sus dedos temblorosos el historial de llamadas e incluso los mensajes de texto ¿qué mierda?

—Yo siento mucho no haberte dicho nada pero tenía mucho miedo... luego mencionaban a Jake y yo no quería... no quiero...

Rompe en llanto y el nudo en mi garganta sube, lo atraigo hacia mis brazos y trato de consolarlo lo más que puedo.

—No es tu culpa, Lix.

—No quiero que más personas sufran por mí culpa —menciona.

Objeciono todo lo que dice, mencionando todo lo que ha logrado sin ayuda y lo mucho que sus amigos lo quieren.

Minutos más tarde ya se encuentra mucho más calmado y aunque yo me sienta casi igual, la sed de venganza contra esa familia aún no se detiene incluso se ha incrementado.

Tocan la puerta y suspiro. «se habían tardado»

Aunque Felix intenta bajarse de mi regazo no se lo permito y en cambio ordeno a la persona del otro lado que pase.

Si me sorprendo o no, mi cara no lo demuestra, en cambio Mingi si mira sorprendido a Felix hasta que carraspeó.

—Oh, si... —Mingi sigue con el teléfono en la oreja y ahora me da una sonrisa socarrona .

¿Ahora qué?

—¿Y? —inquiero.

—Señor, el muchacho Jung pregunta por usted, ya que no se reporto anoche luego de irse del bar —me mira inocente como si fuera un manual lo que acaba de decir y lo miro mal.

—Luego le llamo —digo y Mingi cuelga la llamada— Antes de que te vayas, ¿Dónde está Jake?

—Con su padre, señor.

—Bien... vete —lo echo.

Se despide con reverencias e ignoro de nuevo la sonrisa estúpida que pone al salir y como se aguanta la risa.

¿Le hice algo anoche o qué mierda?

Una vez la puerta está cerrada de nuevo, Felix se remueve en mis brazos y sale de la cama con la cara roja.

«Ah...»

—Felix...

No responde.

—Felix... —vuelvo a llamar pero me ignora y saca prendas del closet.

—Deberías levantarte y darte un baño —dice en respuesta.

—Felix.

—¿Qué? —se exaspera y voltea a verme.

—Te ves lindo celoso.

—Yo no...—empieza a decir pero ya me he levantado de la cama y ahora estoy frente a él—. No estoy celoso.

—Ya —murmuro e intento agarrar un mechón de su pelo pero se aleja de mi toque y sonrío.

—De verdad, báñate, quiero bajar a desayunar.

—Lix.

—No me importa —murmura y me río sin evitarlo, lo que hace que voltee a verme aún más enojado.

—Parece lo contrario —tarareo y rueda los ojos.

Vuelve a mirar las prendas lo que hace que no prevenga que lo levante en mis brazos dirigiéndonos al baño.

—Bájame, Changbin —grita y patalea pero lo ignoro hasta que llegamos a la ducha.

—Que pollito tan necio —me causa gracia ver su cara después de llamarlo así, pues hace mucho no lo hacía.

—Ya te he dicho que no me llames así —me pega en el brazo sin fuerza.

—Suena lindo... como tú cuando estás celoso.

—¡Qué no estoy...! —lo miro con diversión— ¡Agh! Me caes mal —dice indignado—. Me da ganas de usar mi colección de navajas contigo...

Habla en tono bajito molestándome y me río.

—Pero que pollito tan sádico...

Mi risa se detiene cuando me golpea con un poco más de fuerza y él empieza a reírse. Risa que muere cuando nos empujo dentro de la ducha y abro el grifo sacando agua fría.

In Your Eyes | Changlix OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora