In Your Eyes | Changlix Omegaverse

CAPÍTULO 12

Hope.

Changbin.

Suaves toqueteos en mi mejilla me despiertan, abro lentamente mis ojos encontrándome con otro par idénticos a los míos.

Jake. 

– ¿Qué pasa? –susurro.

Señala su barriga, así que supongo que tiene hambre.

Me levanto de la cama intentando no hacer algún ruido posible y él estira sus bracitos hacía mí.

Solo en las mañanas.

Han pasado dos semanas desde que están aquí, y el único momento en el que Jake me da atención a mí es en la mañana.

Cuando Felix no está despierto, claro.

Ubico a Jake sobre uno de los taburetes de la cocina y me ubico al lado de él, segundos después platos de comida son depositados en el mesón.

A él no le gusta comer en el comedor.

Meto una cucharada del huevo revuelto a mi boca y luego hago lo mismo con él.

Mastico con paciencia y repito el mismo proceso hasta que terminamos. Finalizamos tomando el jugo de naranja y...

Minho y Jeongin entran a la cocina interrumpiendo nuestros minutos de paz.

Suelto un suspiro y Jake deposita con fuerza su biberón en el mesón, casi quiero reírme.

Tan consentido y tan gruñón...

– Largo.

– Es importante –habla Minho.

– En unos minutos voy con ustedes –respondo.

Los platos son recogidos de la mesa y Jake trepa en ella hasta quedar sentado frente a mí.

– Es de lo que hemos estado buscando por semanas –de nuevo Minho hace el intento.

– ¿Tienes información de eso? –inquiero.

Jake me mira con el ceño fruncido... Piensa que le estoy siguiendo la conversación.

– No.

– Bueno.

– Bin... –es Jeongin.

– No.

Quedamos en silencio unos segundos por la indignación con la que habló Jake.

– Bin, mío –se cuelga a mi cuello y sonrío.

Lo sostengo fácilmente y me levanto de la silla, ignorandolos.

– Changbin...

Y denle con eso.

– ¿Tengo que repetirlo?

Volteo a verlos y al parecer mi mirada lo dice todo, pues, niegan rápidamente con la cabeza y me alejo subiendo de vuelta a la habitación.

Cuando ingresamos a esta, deposito a Jake en el suelo y este corre con su papá.

– ¿Qué hacían? –pregunta.

Sé que no me lo dice a mí, así que solo me dirijo a mi clóset y empiezo a buscar la ropa que me pondré hoy.

Una vez la tengo lista, la dejo sobre la cama, y entro al baño sin decir una palabra haciendo la misma rutina de todos los días.

Al salir choco con Felix quien literalmente me analiza de pies a cabeza.