In Your Eyes | Changlix Omegaverse

CAPÍTULO 8

I just pretend.

Hyunjin.

Observo como Jisung organiza los auriculares con chip que están conectados unos a los otros y separa cuatro que supongo son los de Changbin, Minho, Felix y el mío.

Desde que entré a la habitación no hace nada más que ignorarme y empieza a estresarme.

– ¿Vas a decirme qué es lo que te molesta? –inquiero.

– No sé de qué hablas –murmura.

– ¿Es con Minho o conmigo?

– Sigo sin entender que tendría que ver Minho.

– ¿Es por Jeongin?

Suspira fuertemente y... Bingo.

– Oh, si es por Jeongin –digo con una sonrisa sin poder evitarlo y voltea a verme–. No entiendo porque no te agrada, es un lindo.

– Is in lindi –me arremeda–. Sigue pareciendome extraño el cómo se comporta, ningún beta es así, Hyunjin. Ningún beta parece ser tan "lindo".

– ¿Y qué tiene eso que ver contigo? ¿Qué te molesta? ¿Qué la atención de Minho este en él o que yo dejé de ponerte cuidado por andar detrás de él? –hago preguntas al azar y frunce el ceño.

Es tan divertido molestarlo.

– Deja de mencionar a Minho.

– Es lo único que me respondes.

Toma una respiración profunda y me mira serio, el aroma a vainilla empieza a inundar la habitación. «se está enojando»

Ah... Me encanta la vainilla.

– Minho solo es mi amigo y no tiene caso que lo menciones –dice apuntandome con el dedo índice–. Además, no sé ni porqué te doy explicaciones, no te las mereces, no eres nadie.

– Oh... No soy nadie ¿Verdad? –contraataco acercándome lentamente y retrocede.

«Que divertido»

– No –dice alzando la mirada.

Estoy a punto de responder cuando mi celular vibra en mi bolsillo con una llamada entrante.

Sam.

– ¿Si? –contesto.

– Tengo un mal presentimiento.

– ¿Y?

– Hazme un favor, no te pongas en riesgo está noche.

Alzo una ceja pensativo y Jisung usa esa distracción para escabullirse.

– Pero si es mi parte favorita.

– Esto es serio, Jin. —murmura al otro lado de la línea.

– Lo intentaré.

Jisung vuelve a ponerse en frente de mi y señala con su mirada los auriculares en sus manos, simplemente me recargo un poco en la pared quedando casi a su altura, rueda los ojos y empieza a acomodarlo en mi oreja.

– Nada de lo intentaré, Hwang Hyunjin.

– ¿Cómo sabes que tiene algo que ver conmigo? No soy la única persona en tu vida.

– No lo sé, pero si yo digo no te pongas en peligro tu dices si señor y ya. Porque soy el mayor.

Frunzo el ceño.

– ¿Qué te pasa idiota? Yo nací primero.

– Para que no pelees... Solo recuerda que mamá no sabía quién era quién cuando éramos bebés. Tal vez tú seas Sam y yo sea Hyunjin, nunca lo sabremos –rie y copio su acción.

Suspiro.

– Gracias por cortar la tensión –susurro.

– De nada, hermanito.

– ¿Con quién estás, Sam?

– Chris y Seungmin –responde.

– Debes descansar.

– Lo haré cuando ese niño esté lejos de esa familia.

Me sobo la frente estresado.

– Bien, estamos en contacto –digo despidiéndome.

– Si, dile a Felix que me llame y saluda a Jisung de mi parte.

– ¿Jisung?

– Sería más difícil identificarlo si tan solo dejarás de suspirar, grandísimo idiota –cuelga.

Hago una mueca de disgusto al darme cuenta que tengo sujetado a Jisung de la cintura, lo suelto rápidamente y su expresión se relaja.

Algo de ambos.

– Ya era hora –dice de mala gana.

– Perdón.

– Ajá, Ajá.

Los demás entran en la habitación y Jisung les señala los auriculares ubicados en la mesa.

Pronto Minho se lleva los auriculares restantes y llama a Jeongin para que le ayude.

Jisung se tensa cuando entra en la habitación desorientado y le señalo con la mano el resto de los auriculares a lo cual, el agradece dulcemente y se retira.

Felix salió hace como dos minutos y Changbin fue detrás de él como perrito faldero, así que de nuevo solo somos los dos.

Me enderezo ajustándome el chaleco antibalas y preparo el lente del francotirador que usaré hoy.

Es curioso como a pesar de no haber dormido nada, me siento con toda la energía.

Jisung se sienta en su silla correspondiente empezando a prender todas las computadoras, viendo atentamente las cámaras de ese lugar.

Una vez listo me dispongo a salir de la habitación y su voz me detiene.

– No hagas estupideces.

Su mensaje es algo parecido a lo que me dijo mi hermano.

– No juzgues a Jeongin igual que tu familia lo hizo contigo.

Cierro la puerta al salir.