CAPÍTULO 46

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Night.

Changbin.

Suelto un suspiro levantándome del escritorio en el que estoy y contesto la llamada entrante de Minho.

—Dame una buena razón para que estés llamándome a las 11 de la noche —es lo primero que digo.

No podía dormir sin antes escuchar tu voz —responde y ruedo los ojos.

—Dejate de ridiculeces, ve al punto.

Los padres de Felix no trabajan solos... Al inicio pensé que era algún ministro o algo así pero no —suspira—. Todo está fríamente calculado para que ni siquiera la policía lo sepa. Salen a las afueras de la ciudad para encontrarse con esta persona y no dejan que nadie los acompañe, únicamente ellos.

Frunzo el ceño analizando las palabras.

Siempre he sabido que esas personas ocultan algo, sin embargo, aún no entiendo que es lo que Felix tiene que ver con todo esto... ¿Es por mí? La insistencia que tienen y las amenazas no tan vacías...

—Me quieren a mí —repito en voz alta.

No me lo digas —Minho bufa—. Trabajan con alguien que ¡Oh sorpresa! También te quiere a ti... Puedes empezar pensando a quién mas le hiciste daño en años pasados.

—No se me viene nadie a la mente —respondo—. Debe ser un imbécil con complejo de héroe o qué sé yo.

Si, como sea, seguiré investigando y veré si la milicia también colabora con ellos —se queda unos segundos en silencio—. ¿Hablaste con Sung?

—No precisamente —respondo y enciendo un cigarrillo inclinándome en el balcón.

¿Que hiciste ahora?

—¿Por qué insinuas que yo hice algo?

Porque te conozco, simple.

—Si, como sea, no salió bien.

Lo sabía —murmura—. Es que eres tan idiota, dios.

—Ten cuidado por como me hablas —respondo sin verdadero interés.

Minho se ríe al otro lado de la línea y sonrío negando con la cabeza.

Bin... ¿Puedo ir a verlos?

—No.

Dale~ —alarga la última vocal y ruedo los ojos.

—No, Minho —tomo un calado—. Probablemente ni siquiera vuelvas a pisar está mansión.

¡¿Qué?! ¿Por qué?

—Pues porque nos vamos a ir de acá... Jeongin... Y muchas personas más saben dónde está ubicada. No es seguro.

La línea se queda unos segundos más en silencio hasta que escucho como se mueve.

¿Cada uno por nuestro lado?

—Si, Minho... No soporto tu trasero en la misma casa donde duermo.

Idiota —se ríe—. Aunque si es lo mejor... Puedo ayudarte a buscar la mejor seguridad.

—Ese es un trabajo tuyo y de Han —respondo.

No me sorprendo ante la repentina presencia de Felix, era cuestión de minutos para que se levantara.

—Hablamos luego —murmuro y escucho la voz al otro lado de la línea quejarse.

Felix toma mi celular y sonríe escuchando a Minho.

—Hola Minho, adiós Minho.

Y cuelga.

—¿Te desperté? —inquiero apagando lo que queda del cigarrillo.

Él niega con la cabeza y se acerca a mí depositando un leve beso en mis labios.

«Apenas y lo sentí»

Lo atraigo nuevamente hacia mí agarrando su cara entre mis manos y besándolo con ansias.

Refunfuña y aleja de mí.

—No me gusta como sabe la nicotina —dice y me encojo de hombros.

—No me importa.

—Idiota.

Se adhiere a mí como una segunda piel y jadeo en medio del beso abriendo sus piernas.

Él deja que lo toque y rápidamente cambiamos de posición, se recuesta sobre el balcón y yo tomo su ereccion entre mi mano derecha.

—Bin... —dice con la voz entrecortada—. Hay guardaespaldas abajo.

—Si no haces ruido no te escucharán, cielo —respondo—. Y no queremos que alguien te escuche, ¿Verdad?

Él asiente rápidamente con la cabeza y el éxtasis llega cuando libero mi erección y la junto con la suya.

Respiro entre dientes moviendo mi mano en un vaivén rápido. Me concentro en la vista hasta que él tira de mi cabello para que lo vuelva a besar y me trago todos los jadeos y gemidos que suelta.

—Bin...

Shh Shh...

Acerco mi cara hasta su cuello, justo donde sale su delicioso aroma y me permito inhalar la dosis que me merezco.

Escuchando que está pronto a venirse dejo una leve mordida justo ahí y él es quien llega primero soltando un gemido que apenas intenta callar, posteriormente sigo yo con el rostro aún entre su cuello y hombro.

Nos toma tan solo unos minutos recomponernos y sonrío al ver qué tiembla levemente.

—Es por el frío —me observa y yo alzo las manos.

—Como digas.

Tiro de el hacia el baño y tomamos una ducha rápida. Me pongo un pantalón de pijama y me acuesto viéndolo dar vueltas por la habitación.

No me preocupo porque Jake ya tiene una habitación designada justo al lado de la nuestra «custodiada obviamente» y un solo movimiento raro pondría en alerta a todo el personal.

—¿Ya te acuestas? —murmuro pasando un brazo por mis ojos, me fastidia la luz.

—Voy.

Cuando termina de hacer lo que sea que haya estado haciendo se acuesta a mi lado y apago la luz de las lámparas.

Lix se pega a mí como una sanguijuela y quita el brazo de mi rostro.

—¿Me vas a contar que pasó hoy? —inquiere.

Suelto un suspiro y asiento con la cabeza, empezando a hablarle por primera vez a alguien sobre mi hermana.

In Your Eyes | Changlix OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora