Capítulo 21: Incidente.

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Llevó una mano a su cabeza, mientras se inclinaba sobre el inodoro y vacía el contenido de su estómago. Sintiéndose horrible cuando la bilis amarga subió por su garganta, para luego expulsarla.

Leo se sentó contra el piso y limpió su boca. Habían pasado días desde que no podía ingerir casi nada de comida sin vomitarla después. Su enfermedad parecía ser más seria de lo que pensaba, y aquello era muy preocupante.

— Leo ¿Estás bien? — Escuchó una voz detrás de la puerta.

Se levantó, tiró la cadena y fue a lavarse para estar al menos un poco presentable. Salió de los baños, encontrándose con el rostro preocupado de la chica, era Charlotte.

Últimamente habían pasado mucho tiempo juntos, pero era porque ella se preocupaba por él, o quizás porque se enteró de que fue rechazado por Juxta y se compadecía de él, no pudo evitar pensar el chico.

— Sí, estoy bien— Respondió en un susurró.

— No mientas ¿Aún estás mal del estómago? Te oí, bueno, ya sabes...

— Si, tranquila, solo es un virus estomacal que no he podido superar bien, o tal vez una bacteria, de todas formas, ya estoy tomando antibióticos, estos últimos hacen difícil que retenga algo en el estómago, pero ya pronto mejoraré— Prometió.

— Eso espero, todos estamos muy preocupados por ti, casi no comes.

— Como dije, los antibióticos son algo fuertes— Le quitó importancia, no quería más compasión por ese día— ¿Qué haremos hoy?

— ¿No deberías descansar?

— He pasado suficientes días en cama, quiero estirar las piernas y ver que todo esté bien en el campamento. Además, no siempre puedo sobrecargarte con mis deberes, Charlotte.

— Por mí no hay problema. Pero bien, señor terco, Alicia dijo que necesitaba un par de manos extra hoy en la cocina— Le comentó.

— Me parece bien— Leo asintió.

Era momento de que comenzara a moverse. Después de todo era el líder de la comunidad, debía dar el ejemplo, aun cuando se sintiera de la mierda, debía hacer su parte.


Fuera, en el patio, Juxta se encontraba trabajando junto a Ryan.

— ¿No has notado últimamente que Leonardo se comporta extraño? — El pelinegro preguntó de la nada, mientras cargaban unas tablas.

Querían mejorar los puestos de vigilancia, que, por los recientes vientos, ahora se veían y se sentían endebles. Algo muy inseguro para los encargados de hacer las guardias nocturnas. No podían permitirlo.

— Bueno, según Char, Leo pasa enfermo— Ryan se encogió de hombros, mientras depositaban la madera en el suelo y tomaba el martillo— ¿Ya no se hablan él y tú?

— Lo justo y necesario después de lo ocurrido— Juxta le extendió unos clavos.

— Bueno, supongo que debes entenderlo, debe ser incómodo para él reprimir lo que siente— El rubio comenzó a trabajar.

Juxta le había contado todo sobre la relación que ellos habían mantenido esos años. Eso en vez de molestar a Ryan, o colocarlo celoso, lo había hecho comprender muchas cosas tanto de Juxta como de Leonardo. Estaba convencido de que el pelinegro jamás había sentido algo de forma romántica por Leo, era solo sexo. Y en cierta forma tuvo algo de lástima por él. Debe ser difícil que la persona que crees amar te rechace, y que alguien de fuera termine quedándose con él.

De todas formas, siempre estaba atentó a las acciones de este último sobre Juxta, aunque solo era por si Leonardo llegara a incomodarlo, confiaba lo suficiente en el chico para saber que nada ocurriría entre ellos de nuevo. Juxta había sido claro, con que ya todo había terminado, su acuerdo ya no existía.

Miró al chico de cabellos oscuros clavar unas tablas a su lado. Aún ni siquiera habían definido bien su relación, ambos sabían que estaban juntos, y eran leales el uno con el otro, además de compartir varios momentos románticos, pero no tenían un nombre para su relación. Ryan quería dar el paso y pedirle que fuera su novio de forma correcta, pero también sabía que Juxta no era alguien a quien fuera buena idea presionar.

El chico se confundía aún con sus propias emociones y le costaba expresarse bien. Le daría el tiempo suficiente para que estuviera listo. Sería paciente. Después de todo Juxta lo había escogido a él.

— Supongo que debe ser difícil— El pelinegro asintió— Aunque me hubiera gustado que las cosas no cambiarán tanto.

— Solo dale tiempo, Jux. De seguro volverán a ser amigos— Ryan lo animó— Además, mientras me tienes a mí para conversar, yo soy tu amigo también ¿Sabes?

— No es lo mismo, además tú eres mi pareja— Él murmuró.

Ryan sonrió ampliamente y revolvió sus cabellos oscuros en respuesta. Juxta ladeó la cabeza confundido al no entender sus acciones.

— A veces dices cosas sorprendentes sin darte cuenta— Le robó un beso, provocando un suave sonrojo en el rostro pálido del chico.

Leo estaba cargando unos bidones vacíos cuando vio aquella escena de lejos. Sintió su sangre hervir, a la vez que su pecho se oprimía. Sabía que tendría que acostumbrarse tarde o temprano a esto, pero jamás creyó que sería tan difícil.

Los celos en su alma fueron interrumpidos, cuando escuchó unos gritos provenientes de la entrada principal. Rápidamente fue a ver lo que ocurría, dejando los bidones tirados.

Detrás del gran portón de fierros, Adam gritaba por ayuda, mientras cargaba en su espalda a un Steve malherido.

Abrieron la gran reja, y Leo fue a auxiliarlos rápidamente. Los demás no tardaron en llegar a ver por qué tanto alboroto. Juxta fue el primero, junto a Ryan, luego llegaron Alicia y Charlotte.

— ¿Qué sucedió? — Leo interrogó mientras hacía una revisión general del chico inconsciente, su ropa estaba empapada en sangre.

— Fuimos atacados por un Acechador.

— ¿De día? — Juxta se sorprendió ante la información.

— Sí— El chico asintió, estaba nervioso y alterado— ¿Van a ayudarlo verdad?

— ¿Lo mordieron? — Leo preguntó, debía asegurarse.

No podía arriesgarse a que alguien mordido entrara al campamento, era el protocolo. Una regla cruel, pero que debía ser respetada para la seguridad de todos los miembros.

— No, lo revisé yo mismo, además el Acechador no alcanzó a atacarnos, las heridas son por caer de un barranco mientras huíamos.

— Está bien, confío en ti, vamos a la enfermería. Ryan ayúdame con él, Juxta y Alicia traten de calmar a los demás, no quiero pánico innecesario. Charlotte ven conmigo— Leo ordenó.

Ryan y él ayudaron a Adam a cargar a Steve a la enfermería, donde lo depositaron con cuidado en la camilla. Leo actuó rápido, solicitándole a Charlotte lo que necesitaría, esta última lo había estado ayudando tanto esos últimos días, que ya sabía dónde estaba cada cosa.

Desvistió al chico, tenía el hombro izquierdo dislocado, la pierna derecha probablemente fracturada, y una herida profunda en su costado derecho, esta última llena de restos de astillas de madera, seguramente se habría enterrado un pedazo al caer. Por suerte no se había roto las costillas y no había señal de alguna mordida.

El siempre calmado Adam estaba nervioso, al lado de su compañero, casi histérico según la opinión de Leo, preguntando constantemente si "Steve ¿Estaba bien?" "¿Si no iba a pasar a mayores?" "¿Si iba a recuperarse?".

Leo lo corrió después de unos minutos, porque no lo dejaba hacer bien su trabajo. Ryan fue el encargado de llevárselo. Fuera, Juxta estaba esperando, ya había calmado a los niños y Alicia estaba cuidándolos.

— Necesito que me digas exactamente qué sucedió, y no omitas detalles.

Un Acechador que atacaba de día, era preocupante, y necesitarían reunir toda la información posible para cazar al espécimen, antes de que hiciera más estragos. 

Conectados [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora