Capítulo 23: La reunión.

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Los cinco chicos estaban reunidos en el comedor, la tensión por la situación ocurrida era visible en todos los presentes. Un Acechador que atacaba de día era más que preocupante, los obligaba a tomar nuevas medidas de seguridad y cambiar su rutina, todo en virtud de proteger a la comunidad.

— Conserva características humanas, cabello en su cabeza, no parece estar tan deformado, es bípedo, significa que camina en dos patas como nosotros. Conserva su voz, o al menos los ruidos asociados a los gritos y la necesidad de pedir ayuda, pero estos sonidos los utiliza con el fin de atraer a sus presas. Las características similares que lo vuelven un Acechador son las garras alargadas, los colmillos y la sustancia amarillenta que cubren sus cuerpos. Aunque difieren en el horario utilizado para cazar— Juxta terminó de describir y relatar la información proporcionada por Adam, compartiéndola con los presentes.

— ¿Es toda la información que tenemos por ahora? — Leonardo interrogó con seriedad.

— Es todo lo que el chico pudo ver dada la situación— Ryan contestó por Juxta.

— Un Acechador diurno— Alicia susurró— ¿Será el único o solo un espécimen aislado? ¿Qué es lo que hace que prefiera cazar de día y no de noche como los demás? — Planteó las interrogantes, que la mayoría pensaba para ese entonces.

— Hemos comprobado que los ojos de los Acechadores comunes son extremadamente sensibles ante la luz, es por esto, que divisan a sus presas a la perfección a pesar de la oscuridad de la noche— Juxta explicó— Es posible que no estén hechos para deambular de día, y por eso prefieran "hibernar" en este horario.

— ¿Estás sugiriendo entonces que la composición de los ojos de este espécimen puede ser diferente y que por eso deambula de día? — Leo interrogó pensativo.

— Es posible— El pelinegro asintió— Aunque solo es una teoría— Le recordó— Adam no mencionó nada sobre los ojos de la criatura. Era difícil de ver desde su posición.

— Podríamos preguntarle al otro chico— Charlotte comentó— Él estuvo más cerca al parecer. Aunque primero debemos esperar a que despierte, claro.

— Me parece bien— Leo aprobó— Aunque si siguiéramos la teoría de Juxta y la información que ya tenemos sobre las diferencias de este espécimen con un Acechador normal, tenemos que barajar la pregunta de ¿A qué pueden deberse estos cambios?

— Como todos sabemos, la plaga amarilla, es un virus altamente contagioso, que se transmite vía contacto directo con un infectado. Una mordida es suficiente. Afecta de manera tanto física como mental, a través de la mutación y deformación del cuerpo, y la alteración del comportamiento normal, convirtiendo al huésped en un animal salvaje de instintos básicos por alimentarse— Murmuró Juxta.

— Una descripción rápida de un Acechador ¿Cuál es tu punto? — Leo interrogó.

— Es un virus, y como todo virus, por lo tanto, tiene la opción de mutar o evolucionar con el tiempo. Es algo natural— Él explicó.

— Entonces el mismo virus, diferente cepa— El castaño comprendió a qué se refería el discurso del chico.

Juxta asintió.

— Es probable que el Acechador con el que se toparon Adam y Steve no sea el único que veamos. Debemos prepararnos para este escenario, para un nuevo tipo de Acechador. Aún más, si esta criatura es inmune a las balas.

— ¿Cómo que es inhume a las balas? — Alicia se preocupó. Juxta había omitido esa información en la descripción inicial.

— El chico, Adam, nos relató que le disparó en la cabeza al Acechador, pero esto solo pareció aturdirlo unos minutos, no lo mató— Ryan explicó.

— Esto es preocupante, hasta ahora estas criaturas no eran inmortales, podías derribarlos como a cualquier animal, más certeramente si les dabas en la cabeza— Leo murmuró.

— Quizás debamos analizarlo más de cerca— Juxta comentó.

— ¿A qué te refieres?

— Debemos cazarlo, así sabremos exactamente a lo que nos enfrentamos— Propuso con seriedad.

— Eso no se oye muy seguro— Charlotte murmuró.

— No es la primera vez que lo hago. Será sencillo, solo tendremos que atraerlo con un cebo.

— Charlotte tiene razón, es arriesgado, no sabemos exactamente a qué nos enfrentamos, pero...— Leo hizo una mueca, parecía luchar con el dilema que esto representaba en su cabeza— No podemos dejar que una criatura así ronde cerca del campamento— Le dedicó una mirada seria a Juxta— Cázalo, pero ten cuidado— Aprobó por fin.

— Yo iré contigo— Ryan se comprometió a su lado— Sé que probablemente puedas solo, pero ir contigo me mantendrá más tranquilo al respecto.

Juxta asintió, aceptando la ayuda extra. En esta ocasión, ante la incertidumbre, la necesitaría.

— Tenemos que pensar en las medidas de seguridad que tomaremos de ahora en adelante— Leo cambió el tema.

— Tendremos que reforzar los grupos de vigilancia tanto diurnos como nocturnos. Quizás comenzar a incorporar a los miembros de entre doce y catorce años en este tipo de labores— Juxta susurró.

— Si, ya no podemos seguir postergándolo, los miembros más jóvenes necesitan comenzar a ser una parte activa de la comunidad, después de todo no siempre podremos protegerlos— Leo compartió la idea, era algo que llevaba pensando hace mucho tiempo.

— Respecto a ese punto— Alicia levantó su mano— Me gustaría que comenzáramos a entrenar reemplazos para nuestros puestos, como dice Leo, no siempre podremos protegerlos. Además, muchas veces, hasta los mismos líderes pueden estar ausentes, ya sea por una enfermedad o por quedar atrapados en una tormenta, debemos tener protocolos claros para ese tipo de ocasiones— Les recordó.

Alicia tenía un punto, no siempre estarían en sus puestos cuando se necesitara, eran humanos después de todo y muchas variantes se escapaban de su control. Tendrían que pensar en planes alternativos.

— Comprendo tu inquietud, Juxta y yo entrenaremos cada uno a alguien, para que sea nuestro representante en nuestra ausencia.

— Bien, me parece, yo haré lo mismo con la cocina y los suministros. Así que no piensen en mí como su representante— Ella aclaró, de alguna forma estaba cansada de encargarse de todo cuando Leo y Juxta desaparecían, así también ambos comenzarían a pensar e incluir a los demás miembros del campamento.

— Entendido— Leo asintió— También tendremos que dejar de postergar tareas importantes como lo son el reforzamiento de los muros exteriores— Los presentes estuvieron de acuerdo— ¿Algo más que discutir?

Los cuatro chicos se observaron mutuamente, esperando que alguno hablara, pero nadie lo hizo. Al parecer eso era todo lo que debían discutir por ahora.

— Bien, entonces pondremos en marcha lo que aquí se ha discutido, cualquier duda pueden acudir tanto a Juxta como a mí— El chico dio por terminada la reunión.

Todos se levantaron para salir del comedor.

Leo estaba por irse, e ir a ver a su paciente y evaluar su avance, cuando Charlotte se le acercó. La chica tenía un semblante afligido ¿Por qué?

— Estoy preocupada por incluir a los más jóvenes en tareas de adultos— Le susurró.

Entonces el castaño comprendió que la chica se refería a la incorporación de los niños a los puestos de vigilancia, donde manejarían armas de fuego.

— Tranquila, la mayoría aquí ya sabe usar un arma de forma responsable, incluido los más pequeños— Trató de calmarla.

— No es eso ¿Esto puede significar que dejen sus clases?

— Oh— Leo sonrió, de cierta forma esa preocupación le pareció un poco adorable— No, me encargaré de que no falten. Lo prometo.

— Gracias, Leo— Ella sonrió y depositó un beso en su mejilla antes de irse.

El chico tocó su mejilla, eso se había sentido ¿Bien? Aquello era un sentimiento extraño. 

Conectados [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora