Capítulo 31: ¿Cómo es esto posible?

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Leonardo despertó poco a poco de su inconsciencia, sentía de alguna forma sus extremidades entumecidas y restringidas, y un fuerte dolor de cabeza se negaba a dejarlo ir.

Abrió sus párpados lentamente, encontrándose en lo que parecía ser el galpón, todo estaba muy oscuro aún, debía ser de noche. Trató de levantarse de aquella incómoda posición en la que estaba, sentado contra una superficie plana, pero no pudo hacerlo, el sonido de las cadenas siendo forzadas lo hizo darse cuenta de su realidad.

Se encontraba encadenado contra unas vigas, parecido a como había retenido a aquel Acechador.

¿Qué estaba ocurriendo?

Desesperado, siguió tirando de las cadenas, lo suficientemente fuerte para que su "captor" viniera a comprobar que era lo que ocurría. Su rostro fue iluminado con la luz de una linterna demasiado potente, que hizo que entrecerrara sus párpados, aun así, pudo ver la cara del contrario. Reconociendo el cabello rubio, era Ryan.

— Ya despertó— Fue todo lo que este dijo, alejando la linterna por fin de su rostro.

Escuchó otros pasos detrás y reconoció los ojos grises que lo miraron a continuación. Juxta, quien tenía un semblante afligido y nervioso.

— De seguro te estará preguntando por qué estás aquí— El pelinegro murmuró— Solo puedo decir que es por tu bien.

— ¡¿Por mi bien?! — No pudo evitar molestarse y tirar de aquellas cadenas, necesitaba una explicación mejor a su cautiverio.

— Lo lamento— Él no fue capaz de mirarle esta vez— No sé cómo llegamos a esto.

Horas atrás. Ryan se sorprendió cuando Juxta apareció en su habitación, cuando estaba a punto de salir rumbo al puesto de vigilancia, sobre todo porque el siempre calmado chico parecía al borde del colapso nervioso.

— Necesito tu ayuda— Es todo lo que Jux le había dicho. Antes de llevarlo con él sin despertar a Charlotte.

La situación fue más que surreal para el rubio, encadenar a un inconsciente Leo a esas vigas sin hacer preguntas, fue el mayor acto de confianza que hizo por su novio, pero la confianza tenía límites.

No tardó en encarar a Juxta cuando salieron del galpón por un poco de aire.

— ¿Por qué? — Fue una pregunta sencilla, pero que abarcaba mucho a la vez.

— Yo... — Juxta trató de buscar las palabras correctas para hablar a continuación— Creo que convertí a Leo en uno de los míos.

Ryan no supo qué responder al principio ante esa declaración, quedando totalmente sorprendido y paralizado.

— Yo, no sé cómo sucedió, se supone que no soy contagioso, mi padre hizo centenares de pruebas, y jamás había pasado algo así, yo no sé qué hacer ¿Y si Leo no es como yo? ¿Sino qué es peligroso? Tal vez lo termine convirtiendo en un Acechador diurno y está en pleno proceso transformación, puede desear la carne humana, no hay vuelta atrás después de eso— Juxta soltaba aquellas palabras sin pausas ni respiros, alterado.

Ryan tuvo que abrazarlo para calmarlo y cortar sus desvaríos. Nunca lo había visto así de nervioso, esto debía ser grave.

— Creo que nos estamos adelantando, han pasado semanas desde que mordiste a Leo y él no ha presentado ningún comportamiento agresivo— Le dio los hechos— Además ¿Qué te hace pensar que es uno de los tuyos?

— Su olor, ya no huele a un humano— El pelinegro suspiró.

— ¿Puedes diferenciar los olores a ese nivel?

Conectados [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora