Capítulo 34: Recuperándose.

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Steve trató de levantarse, estar en cama era sumamente aburrido para él, estaba acostumbrado a salir y a pasear por el campamento brindando su ayuda en lo que pudiera para matar el tiempo, si había algo que realmente odiaba era estar desocupado y no hacer nada en el día. Estar herido era algo frustrante.

Intentó acercar la silla de rueda con su mano, que amablemente le habían concedido después del incidente, tenía prohibido caminar, le habían advertido que cualquier intento por apoyar su pie en el suelo, solo empeoraría la fractura que tenía, y que su tratamiento solo se basaría en el reposo absoluto, y de vez en cuando algún analgésico para el dolor. Por suerte su hombro estaba bien y la herida de su abdomen sanaba de forma saludable. El único problema era la maldita pierna.

Estaba por lograr su cometido cuando la puerta se abrió, siendo descubierto por Adam. El chico de cabellos negros frunció el ceño apenas ver las acciones del otro muchacho.

— ¿Qué acaso no puedes quedarte quieto unos minutos? — Regañó, dejando la bandeja con botanas que traía en sus manos, en un mesón cercano— Ahora sé por qué te hiciste el hambriento.

Steve había alegado estar terriblemente hambriento hace unos minutos atrás, pero ahora solo parecía haber sido una excusa para sacar a Adam de la habitación y aprovechar su ausencia para intentar fugarse.

— Sí tenía hambre— Se defendió el chico de cabellos castaños— Es solo que también me aburro mucho estando aquí encerrado— Se quejó— Es sofocante. Quiero salir.

— Sabes que tienes que hacer reposo absoluto, Leonardo lo recomendó.

— Sí, sí, pero por otro lado... tengo una silla de ruedas— Steve sonrió— Podrías ayudarme a subir a ella, así no apoyaría mi pie derecho en el suelo, y así no estaría en problemas y podríamos salir un rato a pasear ¿Qué dices?

Adam no estaba muy seguro al respecto, desde el incidente prefería que Steve estuviera en su habitación, a salvo, y alejado de todo peligro, por otro lado... El chico le dedicaba una mirada suplicante.

Maldición, era débil ante esa mirada.

— Está bien, solo una vuelta— Aceptó.

— Yeiii— Steve hizo una pequeña celebración con sus brazos, para luego extenderlos hacia el otro chico para que lo cargara.

Adam suspiró antes de tomarlo entre sus brazos y ayudarlo a subir a la silla de ruedas. Sabía en el fondo que sería más de una vuelta la que darían.

En el bosque.

Mordió y despedazó, con desesperación. Nada en su vida se comparaba con esta sensación, el deseo de devorar y destruir, combinados con el hambre insaciable. El sabor a sangre y la carne siendo desgarrada...

Juxta lo observó desde una distancia prudente, mientras Leo devoraba a aquel pobre conejo. Por un segundo tuvo la sensación de ser reflejado en un espejo. Se avergonzó ante este pensamiento.

Agradeció otra vez haber dejado que Ryan se quedará en la camioneta, después de todo este no era un espectáculo digno de ver. Ellos eran animales salvajes en ese momento. Esos fueron sus pensamientos, antes de cerrar sus ojos y localizar una presa para él, también aprovecharía la ocasión para cazar.

En el campamento.

— Pero miren que tenemos aquí— Alicia sonrió al verlos entrar al comedor— Pensé que jamás saldrías de tu cueva— Le molestó.

— El guardia de mi confinamiento me dejo por fin salir a dar un paseo— Steve rio, a lo que Adam resopló, mientras empujaba la silla de ruedas del chico para que estuviera frente a Alicia.

Conectados [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora