22 | ¿Me quedo o me voy?

7.9K 1K 576
                                    

Cuando Takeshi abandona el aeropuerto siguiendo los pasos de Bárbara, siento que una parte de mis esperanzas de que este viaje fuera inolvidable abandonan mi alma también

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando Takeshi abandona el aeropuerto siguiendo los pasos de Bárbara, siento que una parte de mis esperanzas de que este viaje fuera inolvidable abandonan mi alma también.

—Tengo que ayudarlo —me susurro a mí mismo cuando veo que Finn se ha quedado parado en la salida, sin moverse, viendo como sus dos amigos se pierden en la distancia.

No sé qué fue lo que mi vecino pudo haberle dicho a Barb para que se vaya tan enojada, pero no puede ser tan malo, ¿verdad? Finn está sufriendo, pero no es una mala persona. Fueron varias las veces en las que me encontré con su dulzura y su gran corazón. ¿Será que ellos no lo ven de la misma forma que yo?

—Hey, Finn. —Toco su hombro y él se corre con disgusto. Le sonrío con amabilidad—. ¿Estás bien?

Se gira para observarme. Su rostro está rojo como el de un tomate. Su cuerpo está tenso, sus puños apretados al costado de su cuerpo.

—Vete.

—¿Q-qué?

—Te he dicho que te vayas. —Hay una súplica en su mirada.

—No quiero dejarte otra vez, por favor. —Yo le suplico a la par—. ¿Puedes decirme qué es lo que...?

—¡¿Qué parte no entiendes de que quiero que me dejes solo, Isaac?! ¡¿Eres estúpido?! —Sus palabras hieren y una minúscula parte de él lo nota, pero está consumido por una fuerza desconocida—. ¡Vete, vete de aquí, vete ahora, no quiero estar contigo!

Respiro profundo. No quiero dejarlo.

—Finn, no voy a irme hasta que me digas qué es lo que te sucede. Estoy muy preocupado. ¿Qué pasó con Barb? ¿Por qué la tomaste del...?

—¡No quiero contarte nada, Isaac, no quiero hablar contigo! En serio te lo digo, ¡¿eres tonto?! ¡¿Tienes alguna neurona activa?! —Sus gritos vuelven a llamar la atención del aeropuerto. Siento los ojos de la gente observándonos a nuestro alrededor—. ¡No parece que te funcione ninguna!

Trato de que lo que me está diciendo no me afecte, pero es difícil. Busco recordar las lecciones de mi madre en mi mente y tratar de justificar las acciones de Finn con el sufrimiento que todos sabemos que está atravesando. No es el Finn que yo conozco el que me está hablando ahora, así que tengo que mantenerme fuerte.

—No vas a alejarme a base de insultos, ¿si? Voy a quedarme aquí hasta que te tranquilices y nos vamos a ir juntos al hotel.

Empieza a sonreír, pero no reconozco esa sonrisa cargada de cinismo.

—Vamos, Finn, acompáñame —le suplico, tratando de tomarle la mano, pero él vuelve a correrse.

—No quiero que me tranquilices, quiero que te vayas y me dejes solo —repite, y luego se acerca mi oído para hablarme con una crueldad absoluta—: ¿Por qué estás obsesionado conmigo? ¿No te das cuenta lo patético que luces tratando de ayudarme? No importa cuánto lo intentes, es en vano. ¿Piensas que por idealizarme me voy a convertir en mejor persona? Te equivocas. Así que consíguete una vida, Isaac. Porque vivir a base de la mía da puta pena.

(Trans)parenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora