Fate: Hero and Sword

Capítulo 33: Tarjeta de visita (1)

El sonido de los pies crujiendo sobre un camino de tierra hizo eco con el sonido metálico de la armadura pesada en las primeras horas de la mañana. Una figura con placa completa evaluó el camino por delante antes de llamar a sus compañeros de viaje para que cambiaran a un ritmo más tranquilo a medida que se acercaban al Imperio Baharuth.

Después de todo, de los miembros actuales del grupo de la figura blindada, uno se destacaba demasiado no solo por su belleza juvenil, sino por su condición de Vampiro y sus continuos sollozos.

Ahora, en general, uno pensaría que la angustia de un miembro del grupo debería consolarse, especialmente si fueran amigos o camaradas, pero Ainz se desvió mientras dirigía en silencio desde el frente. Su voluminosa armadura de Perfect Warrior y su gran cuerpo podrían ocultar efectivamente a Shalltear de otros transeúntes que puedan encontrar en el camino de tierra.

No obstante, eso no significaba que Ainz pudiera ocultar a sus otros dos miembros del grupo, Narberal y Shirou solo con el tamaño de su cuerpo.

Shirou, por su parte, era el tipo de niño bonito y robusto con una armadura de caza de cuero, mientras que Narberal era una tranquila belleza de hielo.

Ainz ya estaba teniendo dolores de cabeza tratando de idear contramedidas para evitar las miradas de los demás, aunque solo fuera por la infamia actual de Shalltear y su continuo lamento.

"Yo... yo no merezco vivir", sollozó Shalltear, las manos acunando su cabeza metida entre sus hombros y su cuerpo encorvado mientras daba un paso tras otro, rezagada.

Ahí va de nuevo con eso.

Ainz había insistido en que no encontraría fallas en ella debido a la naturaleza de toda la situación, pero ¿era eso un verdadero consuelo para Shalltear o alguien de la Gran Tumba por este asunto?

Antes de que Ainz pudiera tener la oportunidad de castigar a Shalltear por su declaración, encontró a alguien más con quien frustrarse internamente.

"Parece que su cabeza finalmente está funcionando bien, señora Shalltear". A regañadientes, Narberal asintió con total acuerdo, para disgusto de Ainz. Si tuviera piel en la cara, estaría arrugando mucho la frente, pero ¿qué más podía hacer?

Un ataque contra un Supremo era la mayor ofensa a los ojos de sus NPC. Solo podía imaginar las opiniones de Albedo y el resto, y esto le dio un estrés indebido. No importa cómo lo viera, ¿era culpa de Shalltear por sucumbir a los efectos de un objeto de Clase Mundial?

Sí. Sí, lo era. ¡Cómo te atreves a levantar la mano contra el último Supremo!

Ainz podía adivinar con certeza cuál sería la respuesta de los residentes de la Gran Tumba y los Guardianes del Piso.

El ejemplo de Narberal de renunciar a regañadientes a sus relaciones con Shalltear para transmitir en silencio la sentencia de muerte por lealtad fue un largo camino para reflejar los sentimientos de la Gran Tumba.

No ayudó que Shalltear fuera de la misma opinión y estuviera completamente desanimada desde que recuperó la conciencia.

"Esto realmente parece estar afectando a ti, ¿no es así?" Shirou lo consoló en serio, caminando a la izquierda de Ainz, miró a Shalltear detrás de él. "Si significa algo, tu remordimiento por tus acciones no debe pasarse por alto. De hecho, es digno de elogio".

Ainz sintió que había mucho de malo en esa declaración, pero no había forma de que hablara ahora. Para empezar, la angustia de Shalltear no era por las personas que había matado en su estado mental, sino por el hecho de que se había atrevido a actuar contra Ainz, el último de los Supremos.