Viaje a Italia

Birthday Present - HK

*Bien, este va a ser un capítulo corto, se me había pasado por todos mis temas personales y porque también, no lo puedo negar, centre mucho la historia en Tsuna, pero ayer 5 de mayo fue el cumpleaños de uno de mis personajes favoritos de esta historia, Hibari Kyoya; sin embargo, no nos vamos a salir de la historia, y vamos con algo de Lemmon. Por favor si no les gusta evitar comentarios y omitir este capítulo, y esperen el siguiente.

Gracias @KuramaKitsune7 por recordármelo 👍.

POV Kyoya

Luego de recibir lo que le solicite a Alberto, me dirigí a la cocina para evitar un desastre, si bien Daniela le perdonaba cualquier cosa a Tsunayoshi, e incluso le cumplía cualquier capricho, la cocina era territorio sagrado, y más me preocupaba la reacción de mi conejo luego de destruirla y no tener sus amados postres que la de la Loca al ver su santuario hecho trizas, aunque sería algo interesante de ver. Al llegar a la cocina no veo rastro de mi conejo, por lo que me aclaro la garganta llamando la atención de los que están limpiando, el pequeño desorden en esta, cosa que me sorprendió.

Seiya: el joven amo tomo algunas cosas luego de comerse una de las tortas de chocolate y salió corriendo como si fuera hacer una travesura - aseguro uno de los cocineros de mi preferencia, es callado y hace su trabajo pulcramente y además tiene muy buenas habilidades de batalla. Asiento agradeciendo la información y salgo de la cocina.

No voy a negar que Tsunayoshi es realmente sádico y le encanta jugar bromas demasiado pesadas, al parecer de algunos, en lo que a mí respecta si está feliz, me importa un bledo el desastre que arme; sin embargo, sé que cuando se propone jugar una de estas es imposible encontrarlo, a no ser que quiera lo contrario. Con una sonrisa ante la probable broma que está tramando, tomo camino a nuestra habitación, pues tarde o temprano volverá a ella, más mis paso se ven interrumpidos al escuchar una voz realmente odiosa.

Osamu: y cuál es tu plan Kensuke - cuestiono con curiosos el herbívoro inútil que no se despega del jodido imbécil, me causa curiosidad como se pasean por la mansión como si fuera suya a pesar de las advertencias del Bebe.

Kensuke: ese inútil siempre ha sido mío - aseguro con posesivo, cosa que me hace sonreír, pues es una vil mentira, pero me interesa hasta donde será capaz de llegar - Hattori nos ayudara a sacar del camino a Hibari, una vez pase le haré saber a todos que es mío y me quedaré con todo - aseguro como si realmente pudiera lograrlo - soy mejor que Hibari en todos los aspectos, así que ese inútil caerá a mis pies, puede que se haya mostrado diferente al Dame-Tsuna de siempre, pero eso es solo una fachada - afirmo, realmente no se puede ser más idiota - si no hubiera sido por Hibari él habría sido mío hace mucho - recordó con una sonrisa asquerosa, lo que intento hacer en primer año con mi conejo.

Osamu: y que hay de Kyoko - volvió a cuestionar la lapa; cierto, es bien sabido en Namimori que el idiota está completamente enamora de la hermana de Ryohei.

Kensuke: por mucho que la ame, no se puede vivir del amor - aseguro de forma repugnante - sin embargo, luego de un tiempo supongo que puedo tomarla como mi amante - añadió, realmente es el ser más repugnante que he conocido.

Puedo escuchar como comienzan a hablar de banalidades y que comienzan a subir las escaleras, es claro a donde se dirigen, regreso mis pasos ocultándome para ver la escena que se llevara a cabo, dirijo mi vista a una de las columnas en lo alto de las escaleras donde está sentada Allison con una sonrisa que no augura nada bueno para los intrusos, pues la Pelinegra se escondió bajo una ilusión, puede que no llegue al nivel de la piña, pero es excelente en el manejo de la llama de la Niebla y es de los escuadrones elite de investigación encubierta de mi rama.

Es divertido ver como el par de idiotas se estrellan contra la barrera del ala este una vez subieron, están refunfuñando al no ver que es lo que les está impidiendo entrar; sin embargo, todo sonido es acallado y el par se tensa al distinguir como unas figuras que claramente no son humanas se dirigen hacia ellos. Sin darles tiempo de correr, dos de los felinos Vongola se arroja sobra cada uno de ellos, aplastándolos con sus patas, haciéndolos gemir fuertemente de dolor.