A Lambo qui non discat

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*Aclaraciones: En primer lugar, lamento la demora en actualizar; estoy bloqueada, tengo el siguiente capitulo a "medias", pues tengo idea de cómo terminarlo, pero no de como conectarlo con lo que ya escribí. Por ahora vamos con los especiales iniciando con el de Lambo.

Es de conocimiento general para Vongola la falta de prudencia que toda la Décima generación suele tener; sin embargo, hay uno de ellos que suele ser el que menos prudencia tiene y que se lanza de cabeza sin pensar al ser el menor de los guardianes, cosa que no le quita su gran inteligencia aunque suele dejarla de lado cuando no es nada relacionado con el estudio o la estrategia, pero, siendo un adolescente con las hormonas y la estupidez alborotada hacer idioteces era parte del pan de cada día.

Y siguiendo su instinto de idiotez y suicida, la joven vaca Vongola tomo rumbo a uno de los laboratorios de su Sede, donde encontraría al cómplice perfecto para su genial idea.

Lambo: Lou, estás aquí - cuestiono llamando a gran aliado en bromas, aunque no se comparaba a las que había logrado con Verde o Fran - oí, despierta - alego con enojo tomando la oreja del oriental que dormía sobre el escritorio con cientos de papeles sin terminar (imagínense a Komui de D.Gray-man solo que como adolescente de unos 17-18 años) - Lulú te va a castigar, otra vez por no hacer tu trabajo - aseguro mientras seguía moviendo al Pelinegro que estaba babeando sin ser consciente de su alrededor.

???????: Joven Lambo que hace aquí - cuestiono con duda una Pelimorada que lo escrutaba con ojo altamente critico - no estabas estudiando para tu examen de ingreso??? - añadió más curiosa, pues era sabido en todo Vongola que la Vaca estaba pronta a terminar su último año de preparatoria y se encontraba estudiando para entrar a la universidad con doble carrera - hay dios que idea se te ocurrió esta vez, no aprendes, cierto? - aseguro más que preguntar al ver la sonrisa que traba de ocultar el Joven Rayo - que sepas, que no vuelvo a interceder por ti. Puedes ser el jefe de la Sede, pero me cuestiono mucho tu instinto de supervivencia - advirtió y se burló un poco del pelinegro que frunció los labios.

Lambo: Lulú porque eres tan cruel, conmigo - dramatizo la vaca, haciendo reír a la Pelimorada.

Lulú: no soy cruel, Lambo - aseguro con confianza, pues en más de una ocasión había salvado a la vaca de las consecuencias de sus jugarretas y una que otra le había ayudado, aunque luego de uno que otro castigo del Décimo y de la Nube, prefiero no seguir participando de las andanzas de su jefe, pues no era masoquista ni mucho menos suicida - en serio no sé cómo no escarmientas, Cielo y Nube te han castigado lo suficiente tratando de hacerte entender que no hagas tantas estupideces - explico con calma y seriedad, y sonrió al escuchar al más joven bufar y girar la cara ofendido - supongo que buscas al idiota que debo castigar por andar durmiendo en vez de trabajar - afirmo cambiando de tema, haciendo que el Pelinegro volviera a mirarla entretenido - así nunca lo vas a despertar - aseguro con diversión, pues siempre que el Rayo lo venía a buscar lo encontraba despierto - tiene el sueño algo pesado, pero hay un truco para despertarlo que nunca falla - explico con una sonrisa que a Lambo se le antojó ligeramente sádica, mientras la Pelimorada se acercaba al bello durmiente y le susurraba algo haciéndolo saltar y caer de la silla.

Lambo: que le dijiste - pregunto curioso, pues como dijo la Pelimorada despertó de inmediato - quiero aprender - añadió con una sonrisa nada inocente.

Lulú: eso es un secreto - aseguro divertida, mientras el Rayo le hacía un mohín quejándose de que era mala con él - vayan a suicidarse por voluntad - afirmo con diversión sabiendo que ambos pelinegros gozaban de casi morir luego de hacer alguna de sus andanzas - y Lou, no olvides que debes entregar el reporte para mañana al medio día si no quieres eso - añadió enigmática mientras salía del laboratorio asustando al recién despertado, y dejando con la duda a la Vaca de con que era que amenazaba la Pelimorada a su compañero de jugarretas.

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