Samantha
Mia y yo nos despertamos de la mini siesta con los ojos algo pegados. Otra vez me encontraba en su habitación, y me parecía surrealista. Pedimos una pizza y buscamos una película en su cuenta de Netflix.
Eligió una al azar y más que ver la película nos dedicamos a comer y a hablar.
- ¿Por qué fisioterapia?- preguntó con verdadero interés observándome con esas aceitunas que tenía como ojos.
- Es una forma de estar en el proceso de recuperación de una persona. En mi caso quiero hacerlo en el ámbito deportivo.
Me miró pensativa durante un instante y chasqueó la lengua contra el paladar mirando hacia la ventana.
- ¿Qué ocurre, Mia?- puse mi mano sobre la de ella y comencé a dibujar círculos en su palma.
Ella miró ese gesto y sonrió. Me sonrojé por un momento, en las últimas horas ansiaba el mínimo contacto de su piel, eso no era bueno para mí. Tenía la sensación de que iba a salir jodida de esta situación.
- Debe de ser guay estudiar algo que realmente te apasione o te guste- confesó con cierta tristeza en la voz.
- ¿No te gusta lo que estudias?.- Pregunté confundida, estaba al tanto por Alice de que Mia aprobaba con facilidad, pero supongo que no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Se removió un poco en la cama, y abrazó sus rodillas alejando mi mano de la suya.
- ¿Gustarme? Lo detesto- inquirió mirando al techo, como si fuese la primera vez que lo pronunciase en alto y como si al hacerlo se hubiera liberado de un gran peso.
Guardé silencio para que siguiera hablando, se notaba que era un tema que le inquietaba y que llevaba unos meses tragando sola.
- Elegí derecho porque es lo que me llevan nombrando desde que tengo uso de razón: "una carrera con salida y que te dará un nombre".- dijo poniendo la voz grave y desinflándose. Volvió a coger mi mano del colchón y la apoyó en su rodilla desnuda, acariciándola en busca de inspiración para seguir hablando. Me quedé petrificada- y luego está la orientadora del instituto. La cual nos pasó un test en el que el resultado nos mostraría lo que queríamos ser- puso los ojos en blanco indignada- ¿Qué crees que me salió a mí?.
- ¡Astronauta! Porque eres de otro planeta- contesté burlona y acabó apoyando su cabeza en mi hombro con una suave risa.
- Medicina. ¡Yo! ¡Que tengo fobia a la sangre y a las agujas!. Me deprime un poco no tener algo que me apasione.
Me miraba con ojos tristes desde mi hombro, no pude evitar poner un mechón detrás de su oreja, provocándole una sonrisa que acabó por crear esos hoyuelos que me capturaban. Me cago en todo.
- Tienes tiempo para averiguarlo, a veces hay que chocar con varios muros hasta encontrar algo que de verdad nos apasione o que simplemente nos gratifique.
Sonrió y dirigió su mirada hacia la pantalla del portátil que descansaba a nuestros pies. De pronto se echó a reír y no entendía nada porque la escena que se estaba desarrollando era una muerte dramática.
- ¿Qué mierda estamos viendo?- preguntó riéndose con fuerza a lo que me uní y me incorporé para parar la película.
- Creo que la película nos estaba viendo a nosotras.
- Somos más interesantes que una muerte en pleno atraco- añadió a golpe de pestañeo.
Me levanté para quitar el portátil de la cama y recoger el cartón de pizza, puse los trozos que sobraron en una caja y tiré la otra a la basura. Volví a tumbarme a su lado y Mia como si fuera lo más normal del mundo, se apoyó en mi pecho como había hecho la noche anterior. Acaricié su pelo con cuidado, no quería sentir su rechazo. Olía a coco, supongo que es el champú que usa. Me gustaba mucho.
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La Playlist
Romance¿Alguna vez te has comunicado a través de una Playlist? Un día a Samantha le comienzan a aparecer canciones en su Playlist. No sabe de quién se trata. Podría hacerla privada y acabar con el misterio, pero le puede la curiosidad y comienza a crear un...