Mia
Pasaron varios días y no volví a sacar el tema con Sam de lo ocurrido. Aunque necesitaba hablar con ella con urgencia para saber qué sentía, si solo fue por el juego o si yo le provocaba algo más que deseo. También necesitaba decirle cómo me sentía yo. Estaba entre confundida y nerviosa por todas las sensaciones nuevas que me abordaban.
Tenía miedo a esa conversación, porque no quería que se alejara de mí, si teníamos que hacer como si no hubiera pasado nada lo haría. Solo por el hecho de tenerla cerca.
Todo era tan sencillo hasta hace unos días... Nunca me hubiera visualizado besando a una chica. Y a día de hoy tampoco lo hago, sólo me atrae Sam y no pretendo ocultarlo ni nada por el estilo, pero ahora está tan distante y tan rara que no sé cómo asimilar todo lo que me está pasando ¿Me gustaba de verdad?.
Había quedado con Alice para dar un paseo por el bosque y hablar.
- ¿Me vas a decir ya lo que ocurrió en ese armario?.
- Que cumplimos las reglas del juego y nos besamos- solté encogiéndome de hombros, me gustaría contarle a Alice todo lo que ocurre en mi interior, pero no sé ni como definirlo imagínate, explicarlo.
Después de llevar como una hora andando Alice se sentó a descansar en un tronco y sacó un bocata que partió a la mitad, dándome a mí el pedazo grande como de costumbre. Me senté y suspiré junto a ella.
- ¿Y te gustó el beso?- preguntó curiosa, queriendo indagar más en el tema.
- Sí, no fue un mal beso- Dije sin darle mucha importancia.
Qué idiota estoy siendo. Sé perfectamente que ella me hace sentir bien, que me gustó mucho besarla, que quería más y que si la tenía cerca necesitaba el contacto de su piel, porque me reconforta. Lo que me preocupaba ahora mismo es saber qué pasaba por su cabeza.
Ahora mismo tenía dudas sobre mi orientación sexual, nunca me había sentido atraída por una chica, pero es cierto que con Sam esa tensión existió desde el primer momento y yo no la quería ver. No me suponía un drama, siempre he tenido la mente muy abierta. Pero ahora que me estaba pasando me sentía como un pato mareado. Ojalá pudiera gritar a los cuatro vientos lo que Sam me provoca.
- ¿Repetirías?- atacó con otra pregunta Alice.
- Sí Alice, deja de preguntar ya. Tengo un cacao mental que no sé cómo gestionar.
- A ver, estaba claro- soltó dandole un mordisco a su bocata y dejando su mofletes hinchados cual ardilla.
- ¿Cómo?.
- Siempre se ha palpado tensión entre vosotras- se encogió de hombros y bebió agua para bajar la comida con mas facilidad.
- ¿Y por qué no me habías dicho nada?.
- Tenías que darte cuenta tú, Mia.. ¿Entonces ahora eres lesbiana?.
- ¿De verdad? ¿Tengo que ponerme una etiqueta? No lo sé- Solté guardando mi medio bocadillo, no me entraba más. Alice asintió haciendo que mi rostro se relajara.
- Tendrás que ver porno lésbico para ponerte al día.
- ¡Alice! ¿Acaso tú has visto porno con ese fin? Es como con un chico no tienes ni puta idea hasta que lo haces y descubres que te gusta más o menos- Alice me miraba con los ojos abiertos, pero volvió a asentir para darme la razón.- No más preguntas, por favor.
- No haré más pero reconoce que quieres aprender que es lo que te gusta.. con Sam- añadió con una risa por lo bajo.
Le dí un empujón en el hombro haciendo que escupiera el último pedazo de bocadillo. Pero no contraatacó. Me abrazó con fuerza y me reconfortó con su cariño, y así nos quedamos un rato en silencio.
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La Playlist
Romance¿Alguna vez te has comunicado a través de una Playlist? Un día a Samantha le comienzan a aparecer canciones en su Playlist. No sabe de quién se trata. Podría hacerla privada y acabar con el misterio, pero le puede la curiosidad y comienza a crear un...