Capítulo 15

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Mia

Sam volvía a estar seca o quizás por mensaje simplemente era así. Fui a terminar las sobras de pizza con Alice y para que me pusiera al día en su quedada con Harry. Se mostró reacia a hablar del tema hasta que le sonsaqué el por qué.

- Me pidió consejo sobre si estaría bien invitar a una amiga a casa por Navidad- comentó con la voz compungida.

- ¿Y eso a ti te molesta... por?.

- ¿A mí? A mí no- respondió algo sobresaltada- me molesta porque no tiene en cuenta tu opinión.

Así que Harry se había echado novia. Me dolía por Alice, se notaba que le afectaba el tema pero si mi hermano lleva a alguien a casa es porque de verdad es importante para él. Sentía curiosidad.

Después de esa charla con Alice y del intercambio de canciones que tuve con algodón de azúcar me acosté en la cama de Sam. Aprovechando que ella dormía fuera.. ¿Dónde dormiría?. El día de la fiesta se había arreglado mucho, lo mismo tenía una cita y yo se la jodí y la está teniendo ahora. Me acurruqué entre sus mantas. Y me impregné de su olor. Vainilla con un toque de canela.

- ¿Qué tal estuvo la fiesta?- preguntó con un bostezo mi pelirroja.

Me quedé helada por un instante. No me gustaba ocultarle cosas a ella pero era mejor que esto no lo supiera. Por suerte no me pasó nada y según me contó Sam, el iba a estar lejos. Igualmente se seguía generando en mi interior una sensación de pánico al cerrar los ojos. Me concentré en el olor de las sábanas para relajarme.

- Sin más, Alice- contesté como si nada, fingiendo voz de cansada para no hablar más del tema.

- Oye, ¿Le pediste permiso a Sam para quedarte en su cama?- Se giró para verme y me encogí de hombros

- No, no creo que se de cuenta y prefiero no estar molestando. Creo que está en una cita.- puse los ojos en blanco de manera inconsciente. Si se da cuenta me da igual. Ella ya ha dormido en mi cama por lo que considero que tengo vía libre.

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Iba a ser la primera competición de atletismo antes de las vacaciones de Navidad. Estaba súper nerviosa porque quería dar la talla con el equipo. Por mi culpa Sam se había lesionado y no podía competir, viendo los resultados de años anteriores era la que mayor puntuación traía al equipo y ahora no podíamos contar con ella por yo pecar de ingenua.

Estaba sentada en el rondo con el resto de las chicas, con las que mi relación había mejorado bastante. No con todas pero sí con unas cuantas. Sobre todo con Helena, es la que más se me acercaba siempre con su sonrisa dibujada, era buenísima en salto de pértiga.

- ¿A qué estamos esperando?- pregunté en un murmuro a Helena.

El ambiente se terciaba algo nervioso y había más silencio del normal.

- Eres una pescona, Olsen- me dió un golpe en el hombro y se acercó para susurrarme- Hoy nos dirán qué pruebas vamos a realizar en la primera competición.

- ¿Pescona?- pregunté con una mueca divertida ante esa expresión.

- Sí, siempre estás en tu mundo viéndolas venir, como los pescadores esperando que pique algún pez- Me eche a reír y ella se unió a mí.

- A ver, cuéntame. ¿Y por qué tanto secretismo?- susurré mientras a lo lejos veía la figura de Sam con unas gafas de sol en la cabeza y la mirada perdida en Gus y Eric.

- Es algo que nos pone nerviosas. A veces hay chicas que no pueden competir por faltas a los entrenamientos.

Ahora entendía la tensión del ambiente. Sam se presentó ante nosotras con el rostro serio. Iba con un pantalón corto deportivo y una sudadera gris. Aún llevaba la tobillera puesta. Mientras nosotras entrenamos ella solía hacer ejercicios de rehabilitación. No podía apartar la vista de su tobillo, me seguía sintiendo culpable por ello. Alcé la vista hasta sus ojos azules y los encontré observando los míos, pero rápidamente los apartó.

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