Capítulo 3: Lecciones.

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Naruto pertenece a Masashi Kishimoto

Naruto se encontraba, entrenando su Taijutsu con Sakura.

El rubio estaba aprendiendo de un pergamino, el cual estaba ilustrado (lo cual, facilitaba las lecciones a ojos de Naruto) ¡Y vaya que estaba aprendiendo de ese estilo llamado Krav Magá! Naruto y Sakura, acudieron a Myght Guy, para que les otorgara pesas y poder emplearlas.

Además, Naruto y Sakura, usaban pergaminos que tenían cosas selladas: Como largos conos de metal, en cuya punta afilada, se colocaba una base de madera, en dónde tenían que mantener el equilibrio y la concentración, intentando meditar.

Colocaban en su lugar, artefactos que cumplirían las veces de obstáculos, en carreras, para mejorar la puntería, precisión y la atención, para evitar ser tomados por sorpresa.

Naruto no se daba cuenta, pero el Pergamino que le pasó la Sakura del futuro, rasgó su sello, permitiendo que él Chakra fluctuara mejor y al mismo tiempo, evitaría el sellado de Orochimaru, a causa de forma en la cual estaba rasgado, volviéndolo imposible de sellar, incluso por Jiraiya.

Pronto, Sakura se daría cuenta de cuántos vacíos existían en la educación ninja de Naruto: — ¡¿Me estás diciendo, que no recuerdas eso?! —preguntó incrédula, cuando él le preguntó, sobre cómo se podía sentir el Chakra. — ¡NOS LO ENSEÑARON EN CLASE, NARUTO! —verdaderamente, intentaba no enfurecerse con Naruto, debido a su amabilidad, por permitirle usar estos valiosos pergaminos, para entrenar.

Naruto suspiró y se cruzó de brazos. —Creo que lo has olvidado, Sakura: Pero Sasaki-Sensei, me sacó del salón de clases, debido a que soy un Jinchūriki —ante esa respuesta, Sakura se sonrojó y se disculpó profusamente, por haber olvidado como todos odiaban a Naruto, solo por haber nacido el día en el cual el Kyūbi atacó Konoha —no hay necesidad de disculparse, es imposible recordar absolutamente todos los días de seis años de Academia. —Ante esas palabras tan comprensivas y esa amabilidad en su palabra, Sakura se sintió desarmada y se desanimó.

—Si fuera yo, a quien estuviera refiriéndome, por no recordar algo y me regañara a mí misma, entonces... —le dijo ella, sintiéndose avergonzada de sí misma, por su forma de reaccionar ante Naruto y apretó los puños, sintiéndose sinceramente asqueada consigo misma —estoy absolutamente segura, de que estaría a cada segundo, más y más furiosa, por esos vacíos en mi propia educación... ¡Lo tengo! —Sakura guardó todo, rápidamente y lo arrastró a la Biblioteca, decidida a enseñarle a Naruto, todo lo que le hiciera falta... Incluso si tenía que arrastrarlo a la fuerza y encadenarlo a la silla, con tal de que entendiera lo que verdaderamente necesitaba saber. Sin importar cuán básico fuera. —No puedo ni imaginarme, como sería estar en la posición de Naruto —se dijo a sí misma, luego de lograr convencerlo de ir a aprender, tomaron libros y leyeron. —Ser despreciada por todos... Qué las personas te dejen de lado, por algo que no es tu culpa. Que nadie te vea como un humano, sino como un monstruo, que intenten destruir tu confianza, que intenten sabotear tu educación.


Siete días de entrenamiento, con los pergaminos de la Sakura del futuro. Con Naruto dándole a Sakura, palabras de aliento, con tal de que siguiera adelante, con el entrenamiento físico. Era bello para Sakura, ver que alguien creía auténticamente, que ella podía llegar a ser una Kunoichi.

Luego de las horas de entrenamiento físico, iban a sus hogares, se refrescaban e iban a la biblioteca, con Naruto usando el Kage Bunshin, para aprender tanto como le fuera posible. Con Sakura yendo de un lado a otro, explicando cuando algún clon (o el original) no entendían algo. Con tal de que Naruto estuviera académicamente, a la par de cualquier otro miembro de su generación.

Entre las cosas que Sarada-Sensei le dejó a Naruto, este encontró un par de bastones Bō y pergaminos de Bōjutsu, una sonrisa apareció en su rostro y decidió entrenar en eso también.

Por otro lado, solo cuando el Sasuke mayor, logró creer desde su alma, que el menor había comprendido el porqué de la masacre del Clan, entonces comenzó a entrenarlo en Taijutsu y Kenjutsu:

El estilo de Taijutsu, provenía de los pergaminos del Clan, así que le eran familiares al Uchiha menor Geigeki Ken (Puño Interceptor), pero el de Kenjutsu le era absolutamente un misterio. Jamás había escuchado sobre el estilo Surodoi Hebi (Serpiente Afilada), y el mayor se negó a darle explicaciones sobre porqué usaba un estilo ajeno al clan. Se centró en entrenarlo. —Si estoy accediendo a entrenarte, es porque deseo que recorras un camino, completamente distinto al que yo recorrí. Me dejé llevar por mi odio. —le contó, el Sasuke menor, prestó atención al tono de voz del mayor: sentía asco hacía sí mismo, mientras le hablaba, cruzado de brazos —Lo puse en un pedestal. Lo volví mi todo. Con el pasar del tiempo, sentí que Naruto estaba progresando y que yo era un perdedor. Me encontré con Itachi, cuando tenía tu edad y esto me llevó a tomar la decisión de irme de Konoha, con tal de buscar y encontrar poder. Pero ¿Qué quería yo realmente? —el menor, entrenaba fuertemente, pero escuchaba con toda su atención a su yo mayor —Debes de saberlo.

El menor, dejó la Kata de la Katana. No hablaron, por unos instantes —Quedarme.

El mayor asintió y fue algo que él menor vio. —El Equipo 7, me permitió llenar el vacío en mi interior. El cariño de mis amigos y lo que comenzaba a sentir por Hinata, me hicieron olvidarme de eso. Olvidé el deseo de venganza. Cuando lo volví a ver, lo despertó con todas sus fuerzas, lo enfrenté a los trece años y fuimos humillado a más no poder. Adquirí un poder que me costaría el alma (casi literalmente), un poder que me carcomería de dentro, hacía afuera, un poder impulsado (literalmente) por el odio y fui con un Nukennin de Konoha, que pudiera entrenarme, casi asesiné a Naruto en el Valle del Fin. —El menor jadeó, ¿Matar a su menor amigo? No. Era imposible. Jamás haría algo así —lo derroté y fui a buscar a ese sujeto. —El mayor vio el rostro horrorizado del menor. Decidido a cortar la historia por lo sano, se acercó más a él y puso sus manos en los hombros del menor, aferrándose con fuerza, con tal de que lo viera a los ojos y le prestara, toda su atención —coloqué al odio en un pedestal, la meta final. En lugar de verlo como lo que era realmente: Un sentimiento que (tarde o temprano) sería pasajero. Una meta que tarde o temprano cumpliría y después, ya no supe qué hacer. Luego de la muerte de Itachi, apareció un enmascarado: Uchiha Obito, líder de una organización Nukennin, quién me contó la verdad y me permitió obtener otro objetivo de venganza, manipulándome. Él quería aplastar Konoha y yo matar a los culpables de la masacre, sin terminar de comprender que el clan se lo buscó a sí mismo.

El menor tenía la cabeza gacha y el cabello cubrió sus ojos. —El Hokage... Es el máximo poder y él elige a su sucesor. En caso contrario, tomar por fuera el poder... Es un Golpe de Estado y eso es un crimen.

—Deja que sea YO, quien se encargue de nuestros enemigos —Rogó el mayor. —Si lo haces tú, infectarás aún más tu alma, pisotearás el deseo de Itachi para nosotros.

El Gennin de 13 años, se quedó en silencio. No habló, solo pensó, pensó en todo lo que sabía, en lo que su contraparte adulta, le estaba contando, lo que sentía ante la realidad. Lo que su madre querría para él... lo que Itachi REALMENTE quería para él. Entonces, miró al mayor y le dijo con seriedad. —Protegeremos la aldea, que Itachi amó —finalmente, dijo el Sasuke menor, luego de su silencio.

El mayor asintió. —Cuando Kakashi se acerque a nosotros, para proponernos realizar el Examen Chūnnin, debes de negarte inmediatamente. Kakashi solo piensa en nosotros, viendo a su amigo supuestamente fallecido. Quiere adjudicarnos la personalidad de Uchiha Obito, sin ver quiénes somos realmente. Quiere que Sakura y Naruto, entren en un Examen en el cual la probabilidad de muerte es casi del 85% —El menor lo miró horrorizado. —Si uno de los tres, se llega a negar a entrar en el Examen, entonces no podrán tomarlo. Mi plan, es esperar un año y seguir entrenado, hasta que estén nivelados. —El Sasuke menor asintió y el mayor enseñó una sonrisa, prosiguiendo el entrenamiento.

La Oportunidad del Amor (NaruSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora